Dani Cèrcols, el silencioso nómada

Cuando uno piensa en las figuras más míticas del waterpolo español, se le viene el nombre de Dani Cèrcols a la cabeza. El catalán, que empezó en el AE Trinitat Vella, un pequeño club de barrio, ha pasado por doce equipos a lo largo de su carrera: AE Trinitat Vella, CN Montjuic, CE Mediterrani, CN Catalunya, CN Sabadell, Waterpolo Navarra, CN Barcelona, CN Sant Andreu.(España), Cercle des Nageurs Noiséens (Francia), Clube Paineiras do Morumbi, Clube Hebraica (Brasil) New York Athletic Club (USA). Precisamente, ahora afronta la que podría ser su última temporada en el Sant Andreu, club que se fusionó con su club de origen,

Para Cèrcols, el waterpolo es su vida y su trabajo a tiempo completo. Según él, a pesar de que con el paso de los años sus prioridades han ido cambiando, no puede estar sin tocar el agua. Un medio que le ha llevado a vivir experiencias en diversas ligas como la americana, la brasileña o la francesa. De entre todas, se queda con la nacional por los siguientes motivos: muchos más partidos, jugadores más rápidos, inteligentes e impredecibles, extranjeros de primer nivel y la posibilidad de jugar en Europa.

LA SELECCIÓN, ÚNICA ‘ESPINITA’

Muchos podrían pensar que es un nómada del waterpolo, pero, más allá de eso, el jugador se considera un profesional. En varios de los clubs en los que ha estado, cree que se podría haber quedado toda la vida porque tenía un buen salario, aspiraciones, cariño, buenos entrenadores y compañeros, etc. Pero todo no dura eternamente, y, según él, es complicado mantenerse en esa situación: “Hay ciclos, cambios de entrenadores, presidentes, juntas, crisis económicas… Cualquier cosa te obliga a tomar decisiones difíciles y cambiar de aires”.

Después de tantos años, la espinita, o estaca, que le queda clavada es el no haber tenido más presencia en el equipo nacional. El jugador catalán, que a los 15 años estuvo preparando Sheffield 93, cree que se han portado muy mal con él, ya que han llevado a defensores para ocupar la posición de boya o a jugadores lesionados. A partir de ese campeonato, todo han sido obstáculos para un paciente Cèrcols que nunca se quejó, ya que entendía que estaban en ese momento en la época dorada del waterpolo español. Pero cuando ésta se acabó, al ver como todos pasaban de él, sí que hablo, algo que le costó dos olimpiadas y otras tantas competiciones importantes. El último feo para él, el mundial disputado en casa.

A pesar de ello, Dani Cèrcols cree que todo tiene una parte positiva: “Quizás era el destino, gracias a ello conocí un montón de gente en mis veranos libres, se abrieron nuevas puertas y pude tener un futuro fuera de España”.

twitter-bird@nicolasarlanzon
FOTO: JOSEP ARNAU (ATELIER PHOTO)

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