Fernando Carpena: «Europa quiere conseguir una mayor transparencia en la gestión de la FINA»


Ejerce sus influencias más allá de las fronteras españolas. Fernando Carpena no sólo es el máximo dirigente de la Real Federación Española de Natación sino que además es miembro de los órganos de dirección tanto de FINA como de LEN. El pasado fin de semana el recientemente reelegido presiente de la RFEN tomó partido en el Congreso anual que la LEN celebró en la ciudad francesa de Marsella. En el, el alto comisionado europeo tocó, entre otras cosas, cuestiones referentes al estado económico de la Federación que en palabras del propio Carpena «se constata que es boyante con un cierre del ejercicio económico 2016 con superávit y el presupuesto provisional de 2017 en el que hay una importante partida de premios a los deportistas y ayudas a las Federaciones en competiciones europeas».

Apoyo incondicional a Barelli

A lo largo del Congreso, las Federaciones representadas respaldaron en bloque la estrategia que viene llevando a cabo al frente de la LEN Paolo Barelli. El también presidente de la Federación italiana (FIN) sintió el calor del resto de países europeos de cara a la carrera electoral en la que intentará hacerse con la presidencia de la FINA. «No sólo mostramos el apoyo a la candidatura de Barelli sino a la de los demás miembros europeos en el Bureau FINA -su órgano ejecutivo- que pasan por Hungría, Grecia, Inglaterra, Alemania y España», explica Carpena, el cual desvela que la apuesta de Europa es «conseguir una mayor claridad y transparencia en la gestión de la FINA» haciendo hincapié en el «respeto» a las normas del Código de Buen Gobierno que según el propio presidente de la RFEN no se ha cumplido en «alguno de sus miembros». Quizás se refiere a las informaciones que se han conocido en medios internacionales, donde se ha venido apuntando que el FBI investiga a Husain Al Musallam, vicepresidente vicario de la FINA por supuestamente estar involucrado en uno de los casos de corrupción referentes a la FIFA.

En este punto, Barelli no sólo mostró su disconformidad a lo largo del Congreso. Semanas atrás el italiano cargó duramente ante la actual gestión de Julio Maglione al frente de la FINA. El uruguayo será el rival del italiano en unas intensas elecciones que se celebrarán el 22 de julio. En líneas generales el italiano pretende que Europa gane peso en el órgano en el que se toman todas las decisiones referentes al mundo acuático, puesto que según explica «en los últimos años un cincuenta por ciento de las medallas recaen en manos de deportistas europeos».

Ante este panorama cargado de incertidumbre, Carpena considera que hay posibilidades de volver ver a un europeo presidir la FINA después de cerca de treinta y cuatro años. «Es algo difícil pero el escenario es convulso y nunca se sabe», sentencia.

Polémicos cambios

En un punto en el que los principales dirigentes europeos coincidieron fue en rechazar los cambios que la FINA quiere implantar en el reglamento de waterpolo. Medidas impulsadas por el Director Ejecutivo de la Federación Internacional Cornel Marculescu, una de las personas con más influencia en el Comité Técnico de waterpolo. Entre otras cosas, se habla de la reducción de campo de 30 a 25 metros, de la disminución del tiempo de posesión -de 30 a 25 segundos-, así como del posible cambio en el número de jugadores en acta. Pretenden pasar de 13 a 11. Esto se debe, entre otras cosas, a que el Comité Olímpico Internacional exige que en competición olímpica el número de equipos masculinos se reduzca de 12 a 10, mientras que el de chicas aumente de 8 a 10.

De estas posibles modificaciones que serán debatidas en el Congreso Internacional del próximo 13 de julio en Budapest con motivo del Campeonato del Mundo, los países europeos rechazan «la propuesta de reducción de campo y de jugadores», que al fin y al cabo vienen a ser las más debatidas. Para Carpena «la reducción del campo de juego a 25 metros no introduce más piletas para la competición porque hablamos de campo de juego, no de vaso». «Si se pretende un juego más rápido y vistoso tampoco está claro», puntualiza el abogado madrileño, quien considera que en cuanto a bajar de 13 a 11 jugadores «vemos en Europa que es un riesgo grande al tener tan poco banquillo». En este sentido, desvela que «late la idea en un futuro de reducir el número de jugadores a cinco más portero lo que en opinión de expertos es desvirtuar la esencia de nuestro deporte».

El Congreso en el que se debatirán estos cambios se celebrará antes de los comicios, por lo que éstos no podrán influir en la decisión previa. Sin embargo, Carpena avisa que «si puede tener influencia en el desarrollo de lo que quizás pudiera venir después si un europeo no preside la FINA», declara.

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