Lo definen como un «ejemplo a seguir», y su nombre ha estado ligado siempre con el balón amarillo. Él y su hermano Miguel Ángel (ambos con orígenes en Boadilla) se han convertido en dos referentes para el CW Marbella después de su llegada hace ya seis años, cuando le ofrecieron tomar las riendas de la sección de waterpolo. Ambos la coordinan. Mientras Jorge (que es el hermano mayor) está al frente del primer equipo masculino que compite en Segunda División, Miguel Ángel hace lo propio con el femenino en Primera División. «Ha dio uno de mis mejores entrenadores por sus métodos ‘raros’ de entrenar; todo el día estaba experimentando y de cualquier cosa te hacía una herramienta para entrenar», recuerdan algunos de los jugadores que llegó a dirigir en el Acorcoón.
En este sentido, Jorge resume el inicio de temporada realizado por los chicos como «bueno en casa», pero con una asignatura pendiente en cuanto a los partidos como visitantes. «De cara a la segunda vuelta tenemos que mejorar fuera. La defensa se va ajustando, y es importante para mantener la situación actual, ya que hay muchos equipos luchando por la permanencia», apunta. Y es que a estas alturas la plantilla andaluza ocupa la séptima plaza con cinco puntos de diferencia con la zona de descenso.
CRECER, CRECER Y CRECER
En cuanto a la situación del femenino, Botello es algo más pesimista, aunque reconoce el «buen trabajado que están haciendo, creciendo mucho y compitiendo cada vez mejor». Son a día de hoy penúltimas con tres puntos. «El objetivo es complicado pero con trabajo y ganas todo es posible». Y es que para el técnico del cuadro marbellí, los objetivos de ambos conjuntos pasan por la misma idea: «seguir creciendo cada partido y pelear para mantener la categoría».
Para ello el trabajo regular, decidido y constante de la entidad en cuanto a la promoción deportiva ha traído un «crecimiento importante a nivel de implicación y sacrificio tanto de los deportistas como de las familias y de la directiva de un Club humilde que se sienten una gran familia unida y que lanzan un grito de auxilio ante una necesaria «mayor infraestructura para poder seguir creciendo». «Una piscina reglamentaria en Marbella es vital. Aunque en Torre del Mar nos sentimos como en casa, por el trato y la implicación, y es una instalación ideal, todos sabemos lo duro que es nuestro deporte (entrenamientos, horarios, compatibilizar estudios…) pero jugar los partidos de casa a 100 km de Marbella lo complica todo bastante. Esperemos que la situación cambie», explica.
@etoster