La intrahistoria de un merecido homenaje

El CN Catalunya rindió homenaje al quizás mejor portero de la historia del waterpolo que nos dejó de manera prematura ahora hace doce años; un acto cargado de emoción que recordó la bondad y ejemplaridad del siempre querido Jesús Rollán

Una imagen de Jesús Rollán / MARÍA GUIXA

El viernes pasado el CN Catalunya quiso rendir homenaje a Jesús Rollán, quizás el mejor portero de la historia del waterpolo, que nos dejó prematuramente ahora hace doce años. Y lo hizo de manera sencilla, emotiva, con los que fueron “su club”, su casa y que no solo por sus muchas temporadas y títulos defendiendo sus colores, sino por su carisma y forma de ser. Su carácter alegre, jovial, próximo le hacía muy cercano y querido a todos los que le trataban y aquel joven, que llegó de Madrid el año 1986, se ganó los corazones de toda la familia del CN Catalunya. Sus risotadas, sus bromas, su voz aún resuenan en la piscina de Ramiro de Maeztu y en los corazones de todos los que le tuvieron, tuvimos, la suerte de compartir vivencias con Jesús.

El homenaje, nombrar a la sala social del club como sala Jesús Rollán, seguro que hubiera complacido y enorgullecido al homenajeado, que seguro hubiera besado a la niña que con la camiseta del club , acompañada por el presidente de la entidad, Albert Girbal, descubría la placa que le recordará para siempre, para los que le hayan conocido, los que solo han oído de sus gestas, o incluso los que entren en la sala sin saber quién era el personaje a quien corresponde el nombre de la sala social del club, seguro que preguntaran y siempre habrá alguien que les informará y dará cuenta de su grandeza como deportista y persona.

Un emotivo recuerdo

Entre los presentes muchos compañeros de equipos, de los que lograron títulos nacionales e internacionales, con Copas de Europa, Recopas, Supercopas, Ligas, Copas del Rey, etc. Con la plata i el oro en los JJOO y Mundiales como máximo esplendor. No es momento para poner nombres, puesto que los que pudieron acudir y los que no, no lo duden, estuvieron presentes en el sentimiento de la celebración.

Las palabras fueron las necesarias, las oportunas, las del presidente Albert Girbal, como compañero de equipo en aquel entonces y amigo, y las de un muy emocionado Ramón Geli, el presidente en el años 1986 que durante el Mundial de Madrid 1986, se desplazó a la capital para formalizar con los padres el acuerdo. Ambos, en breves alocuciones, presentaron a los niños, al futuro del club, quien era Jesús, lo GRANDE, si en mayúsculas, que era. Gelí, emocionado, con las lágrimas brotando de sus ojos, recalcó la personalidad del gran guardameta, su bondad como persona, y su ejemplaridad, no solo en la defensa de sus colores, sino, en el trato con las personas. Quiso recordar cómo fue su fichaje, sus primeras vivencias, su integración, a la vez que mostró su convencimiento que la RFEN está aun en deuda con la memoria de Jesús.

En la semana que hubiera cumplido los 50 años, aquel niño mayor, como le retrataba su amigo Jordi Payá, el club al que se unió para siempre, en el que Jesús obtuvo todos sus títulos como jugador , los mismos que tiene la entidad del barrio barcelonés de Gracia, queda inmortalizada su memoria. Por años que pasen nadie olvidará a aquel gran portero que era capaz de dar todo a los demás sin esperar nada a cambio, que fue capaz de entregar hasta su medalla de oro olímpica para ayudar a la gente que lo necesitaba. Un autentico fenómeno dentro y fuera del agua, al que nunca podremos llegar a agradecer todo lo que nos dio. Mi más sincero agradecimiento al CN Catalunya por reconciliar a toda la familia del club con Jesús.

twitter-bird@GasparVenturaM

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