La involución de la selección brasileña tras la marcha del croata Ratko Rudic
El año 2016 será recordado toda la vida por lo amantes del waterpolo brasileño. Fue en verano del pasado año cuando la selección alcanzó grandes cotas deportivas por medio de unos Juegos de Río 2016 para el recuerdo. Los anfitriones liderados en el banquillo por el croata Ratko Rudic dejaron grandes sensaciones en su participación olímpica más allá de la octava posición alcanzada, venciendo inclusive en la fase de grupos a la todopoderosa Serbia.
Sin embargo, lejos ya de estos días de gloria, la marcha de Rudic y la publicación de varias informaciones acerca de presuntos casos de corrupción en la cúpula de la Confederación Brasileña de Deportes Acuáticos (CBDA) han dejado a las selecciones, tanto masculina como femenina, en un limbo deportivo, puesto que a día de hoy el proyecto brilla por su ausencia y parece entrar en una clara decadencia. Todo esto a pocos meses para que se celebren elecciones a la presidencia que pueden traer consigo grandes cambios regenerativos.
Sin ir más lejos, Brasil ha suplido la baja de Rudic con el nombramiento de Angelo Coelho como seleccionador absoluto. Éste ha venido ejerciendo de seleccionador junior las últimas temporadas, además de miembro de la comisión técnica. Es considerado una persona de confianza de los dirigentes de la CBDA. No obstante, la nota más característica y esclarecedora de la coyuntura en la que se encuentra a día de hoy el combinado brasileño es que han viajado al pre mundial de Trinidad y Tobago con tan sólo tres de los trece internacionales que estuvieron en Río 2016: Soro, Reis y Guimarães. Entre ellos destaca el portero Slobodan Soro que será el capitán. En juego hay dos plazas para el Mundial de Budapest 2017.
@etoster