La LEN trabaja en una competición por selecciones paralela a la World League para hacer frente a la FINA

La guerra está servida. Es un secreto a voces que existe una creciente tensión entre FINA y LEN. La derrota del italiano Paolo Barelli en las elecciones a la presidencia del órgano internacional ha supuesto un nuevo tira y afloja entre dos organismos que mantienen una relación cortante en la que cada paso de una de las partes es medido exhaustivamente por la otra.

Bien es cierto que desde los últimos meses las diferencias entre las Federaciones europeas (con mucho mayor peso en el waterpolo) y la FINA parecen haber vivido un crecimiento insultante. Los cambios en el reglamento (menos jugadores, menos posesión y reducción del campo, entre otros muchos) propuestos por Cornel Marculescu y compañía no han gustado a los dirigentes del viejo continente que desde el inicio rechazaron en bloque estas medidas. Esta disconformidad se vio en el Congreso celebrado en Budapest hace unas semanas donde los asistentes decidieron posponer la votación y debate con el objeto de evitar una guerra política.



No obstante ya es una realidad la disminución del número de jugadores en las competiciones olímpicas por imperativo del COI. La FINA tuvo que dar su brazo a torcer y anunciar que cada selección deberá de contar con tan sólo once deportistas. Un hecho criticado por gran parte de los estamentos del waterpolo, sobre todo por los entrenadores. Al fin y al cabo los números por federación son números clausus, así y todo en el caso del waterpolo es una jugada maestra de Cornel, puesto que ahora con 11 jugadores/as seguro que en corto plazo (uno o dos años) el waterpolo europeo tendrá que hacer alguna concesión. Es una partida de ajedrez que acaba de empezar y el jaque maté está fijado para Tokio 2020.

Menos europeos en el Comité

Una vez salió reelegido Julio Maglione como presidente de la FINA, las diferentes comisiones que conforman la Federación se han reestructurado. Uno de los comités que ha sido sometido a mayores cambios ha sido el de waterpolo en el que la presencia de miembros europeos ha disminuido de nueve a seis. Sin embargo, la nota más importante pasa por su presidencia en la que la salida de Gianni Lonzi tras más de 20 años en el cargo ha supuesto la entrada del español Lolo Ibern, hasta ahora miembro destacado del propio comité.

Aunque en una reciente entrevista Lonzi reconoció que su salida es voluntaria y propuesta por él mismo, es cierto que el italiano fue uno de los principales detractores de las modificaciones promovidas por la cúpula de la FINA. «Siempre he tratado de mediar pero oponiéndome firmemente a estos cambios«, declaró una influyente personalidad que continuará teniendo todo el peso del waterpolo en la LEN junto al español Ángel Moliner, su mano derecha.

«Quizás la FINA debe replantearse el sistema para, basándose en Europa, mejorar las prestaciones de la World League»

No obstante, el nombramiento de Lolo Ibern, muy cercano a Marculescu (Director Ejecutivo de la FINA), tiene un claro significado: promover el acercamiento de las partes por medio de una figura que se ha dado a conocer por su espíritu conciliador. «Lolo tendrá que nadar entre aguas revueltas«, señala a esta web un destacado miembro de la Federación, que destaca el buen hacer del catalán. «En la FINA confían en que Lolo pueda revertir esta situación«, recalcan. En esta misma línea se pronuncia Fernando Carpena, que tras apoyar a Barelli en los comicios ha salido del Bureau: «Ahora tiene el importante reto de conciliar la situación que vive el waterpolo con la posición que tiene Europa y que en Budapest, la FINA tuvo que echar marcha atrás por la otra guerra política«.

Cornel, que es muy listo, buscará el acercamiento de países amigos, como puede ser España. El nombramiento de Lolo Ibern es tender la mano. Europa o el waterpolo potente que es contrario a las modificaciones son Serbia, Croacia, Montenegro, Italia, Hungría, España, Grecia (su presidente tiene peso en en la FINA) nadarán entre dos aguas, y las emergentes (o lo deberían ser) Holanda, Francia son favorables al acercamiento.

Una competición paralela

Mientras tanto la LEN quiere continuar en su línea de trabajo que pasa por hacer más fuerte sus competiciones. El waterpolo europeo está en pleno auge, sobre todo a nivel de clubes donde el nivel es creciente. La Champions League vive un momento dulce. De ahí que la LEN haya aumentado el número de equipos en la fase final de seis a ocho. Cada vez son más los equipos del continente que apuestan por jugar en Europa y eso es una baza con la que juegan.

Es por ello que en base a esta teoría, el órgano que preside el italiano Paolo Barelli trabaja ya por crear una competición de selecciones europea paralela a la World League según ha podido saber WATERPOLISTA.com. Este Campeonato, que está en fase de estudio, quiere competir con una Liga Mundial que supone cada año un alto coste para las Federaciones nacionales, quienes miran con buenos ojos la medida, la cual puede suponer un duro revés para la FINA. Aunque a estas alturas se desconoce los detalles del proyecto (desde la LEN están dialogando con los países miembros) la competición puede contar con varias divisiones con la idea de conglomerar al mayor número de selecciones posibles. Así es una jugada más de una partida de póker en la que Europa tiene peores cartas o mejor dicho menos figuras aunque sean de mucho más valor.

«Con el nombramiento de Lolo Ibern la FINA quiere promover el acercamiento de las partes por medio de una figura que se ha dado a conocer por su espíritu conciliador»

En este sentido, la RFEN es favorable a esta medida: «hace tiempo estamos buscando optimizar recursos para conseguir más eficacia en las competiciones preparatorias de los equipos nacionales de todas las disciplinas, no sólo del waterpolo ni sólo el alto nivel. LEN puede destinar recursos y estamos trabajando en varias líneas. Esto no excluye la World league. Quizás FINA debe replantearse el sistema para, basándose en Europa, mejorar las prestaciones de la World League«, reconocen fuentes cercanas de la Federación española.

Sospecha de corrupción

A todo esto la corrupción amenaza a la FINA. En medio de la disputa del Mundial de Budapest, la Federación Internacional se vio de nuevo sacudida por un escándalo de corrupción en el que estaría implicado su vicepresidente, el kuwaití Husain Al Musallam. En una grabación publicada por el diario británico The Times y la web de la revista alemana Der Spiegel, Husain Al Musallam reclamó a un intermediario una comisión de 10% sobre futuros contratos de patrocinio.

En tanto que director general del Consejo Olímpico Asiático, el dirigente kuwaití reclamaría, según la grabación, “comisiones” sobre contratos por un monto total de “40 a 50 millones” de dólares. No es la primera vez que Al Musallam está en el punto de mira. El dirigente kuwaití fue citado por la justicia estadounidense el pasado mes de abril como uno de los conspiradores en un caso de un supuesto pago ilegal al presidente de la Federación de Fútbol de Guam. Este asunto provocó la dimisión de la FIFA del jeque kuwaití Ahmad al Fahad al Sabah, citado también por la justicia norteamericana y del que Al Musallam es su brazo derecho.

Estas sospechas han sido criticadas con dureza por el sector europeo. A lo largo de la carrera electoral Barelli ha cargado contra la cúpula de la FINA. No sólo él ha ido en contra de Maglione (presidente desde 2009), Carpena también lo ha hecho, llegando asegurar en esta web que «Europa siempre ha buscado conseguir una mayor claridad y transparencia en la gestión de la FINA haciendo hincapié en el respeto a las normas del Código de Buen Gobierno que no se ha cumplido en alguno de sus miembros”.

twitter-bird@etoster

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