Una de las cosas buenas del waterpolo es que, al ser un mundo muy pequeño, te da la oportunidad de conocer a mucha gente especial. Una muestra clara de esto es la pareja formada por Sergi y Lorena que, tras conocerse en el Mediterrani, llevan ya más de 5 años de relación. Una historia de amor ligada al deporte que, después de estar un año distanciados, les ha llevado a vivir juntos en Francia. Concretamente en París, la que muchos conocen como ciudad del amor.
Sergi, cansado de llevar siempre la misma rutina, fue el primero en hacer las maletas el curso pasado. A pesar de que su primera idea fue irse al Reino Unido, acabó, gracias a la ayuda de Tomas Bruder, militando en las filas de un club modesto de la Pro A Francesa: el Noisy le Sec. En su decisión influyó también el hecho de que las condiciones económicas en Francia distan mucho de las que actualmente se dan en España, país en el que según el jugador el nivel de jugadores es superior. Este primer año fue complicado para él, ya que, aparte de estar lejos de sus amigos, familia y pareja, tuvo que lidiar con el hándicap del idioma y adaptarse a un modo diferente de entrenar.
Lorena juega en el Choisy Le Roi, equipo que juega en la categoría N1 femenina y cuyo objetivo es subir a División de Honor
Al acabar la temporada, Sergi tuvo varias ofertas cobre la mesa de diferentes clubs, tanto de Francia como de España. Tras valorarlas, habló con Lorena y decidieron que no querían pasar otro año separados. Así que tomaron la decisión de emprender esta nueva aventura conjunta en la capital francesa. Él acabó fichando por el Club Nautique Livry-Gargan, club de la Primera División Francesa que tiene como objetivo quedar en el Top 4 de la categoría y que le permite compaginar su actividad deportiva con su profesión como dentista. Por su parte, ella, que destaca que llevaron bien el hecho de estar separados, encontró un equipo con el que seguir manteniendo sus hábitos: el Choisy Le Roi, equipo que juega en la categoría N1 femenina y cuyo objetivo es subir a División de Honor.
UNA VIDA LIGADA AL WATERPOLO
Lorena, que considera que es una jugadora constante, trabajadora y perfeccionista a la que le gusta que los entrenos sean exigentes, empezó a jugar a waterpolo en el Club Esportiu Mediterrani después de una infancia dedicada a la natación. Ahí pasó por todas las categorías de base hasta juvenil. Después, se fue una temporada al Sant Andreu, lugar donde compaginó el juvenil con el primer equipo. Según ella, fue una de sus mejores temporadas a nivel personal y profesional. Tras esa campaña, regresó un año a su club de origen para, más tarde, irse tres cursos al Club Natació L’Hospitalet. Ahí, tuvo la oportunidad de disfrutar con su grupo de amigas. Por último, antes de irse a Francia estuvo en el Aese, lugar en el que aprendió mucho, tanto de sus compañeras como del entrenador.
Por su lado, Sergi, que se define como un jugador polivalente que puede jugar en todas las facetas del juego, se crio en el CNB. Tras finalizar su etapa de formación, se fue dos años al Mediterrani, club que tuvo que dejar por motivos universitarios. De ahí pasó al Montjuic de Segunda División, equipo en del cual formó parte tres temporadas y con el que logró ascender a División de Honor. Después, antes de emprender su aventura francesa, estuvo 2 años más en el CNB, 1 en el Sant Andreu y otro en el Catalunya.
VIDA EN PAREJA
Como a la mayoría de las parejas, el waterpolo no es lo único que une a Sergi y Lorena. Como ellos destacan, son una pareja muy activa a la que le gusta estar haciendo planes constantemente: viajar, estar en familia, quedar con los amigos, ir al cine, etc. Y, sobre todo, hacerse reír mutuamente. Y como curiosidad final, mientras que Sergi no se moja a la hora de definirse como novio, Lorena cree que como novia es una persona comprensiva y muy atenta. Aunque también cree que en ocasiones debería controlar su carácter.
@nicolasarlanzon