Los ‘protocolos’ de la RFEN levantan pasiones enfrentadas

Aunque desde la Federación destacan el consenso con el que han llegado los acuerdos, algunas entidades de las principales competiciones del país argumentan falta de recursos para poder cumplir con las exigencias estipuladas

Este pasado fin de semana se llevó a la prácticas una serie de medidas por medio de las cuales la RFEN pretender mimar (pero sobretodo mejorar) la imagen de las Ligas / JOSEP ARNAU (ATELIER PHOTO)

Las dos máximas competiciones del waterpolo español masculino y femenino se han estrenado en esta nueva temporada con nuevo nombre. Pero los nuevos patrocinadores, Premaat e Iberdrola, no solo han dado nombre a las ligas de división de honor. Estos acuerdos suponen el inicio de una etapa de trabajo conjunto y coordinado entre la Real Federación Española de Natación (RFEN) y los clubes en áreas como la comunicación, la promoción y las relaciones públicas.

Algunos clubes recriminan falta de apoyo con los gastos que suponen

En el marco del llamado Proyecto Acorda, la RFEN ha publicado dos guías de protocolo para la organización de partidos de la Liga Premaat y de la Liga Iberdrola. Los documentos, de 23 páginas cada uno, se centran en la mejora de los escenarios y animación de los partidos de waterpolo, poniendo el acento en los dos partidos que se emiten en streaming cada jornada. Algunas de las directrices son la habilitación de un espacio para dejar los uniformes en los banquillos, la colocación de toblerones a lo largo de la piscina, zonas VIP en la grada o un cesto sumergible para el inicio de cada cuarto.

Entre estas exigencias que según la Federación han sido consensuadas con lo clubes destacan la grabación por los equipos locales de los encuentros para que después sean editados -previo pago- por la RFEN y publicado en su canal de youtube. Con todo esto se busca promover el waterpolo por todo el país, así como procurar la mayor asistencia a los partidos y su máxima difusión. Desde el alto órgano federativo se quiere mimar y cuidar de cerca la imagen de las principales competiciones por excelencia, por lo que no quieren dejar pasar ningún detalles. Es aquí cuando jugará un papel determinante del delegado federativo, encargado de controlar todo lo que ocurra en la instalación antes, durante y después.

¿Y los gastos?

A raíz de estos requerimientos, algunos clubes de las ligas de División de Honor se han mostrado descontentos con algunos puntos, aunque no han cuestionado el objetivo de fondo: “Nos parece bien que tratemos de tener un protocolo para los partidos, pero no que la RFEN se lleve todos los ingresos y los clubs debamos correr con todos los gastos”. Esa es, ciertamente, una de las quejas más extendidas.

«¿En qué competición se ha visto que los partidos empiecen 6 minutos después del horario previsto? Solo en waterpolo», asegura uno de los clubes

Àngel Moliner, vocal de waterpolo en la directiva de la RFEN, ha salido en defensa de los protocolos, comentando que “buena parte de las aportaciones de los nuevos patrocinadores revierten en los clubes de una forma fija o variable, según se aprobó en la pasada asamblea de la RFEN”. Además, ha añadido que “los nuevos sponsors esperan un retorno y, en consecuencia, también una mejora en las competiciones patrocinadas”.

La verdad es que las quejas que provienen de los clubs no critican la razón de ser de los protocolos, sino la falta de recursos que muchos sufren para hacer frente a tan elevadas exigencias de una temporada a la otra. Muchos argumentan que la instalación es uno de los problemas de base que dificultan la aplicación de los protocolos. O la falta de espacio donde guardar todo el material requerido a nivel de marketing e imagen. Paralelamente, comentan que “además de tener que correr con los gastos, toda la publicidad que se muestra es de la RFEN y no se ve prácticamente nada del club organizador”.

Desde la RFEN esperan promover el waterpolo por el territorio español, pero sobretodo asegurar el mayor seguimiento posible de cada uno de los compromisos / JOSEP ARNAU (ATELIER PHOTO)

Uno de los puntos del protocolo con más controversia es la animación. Dicho apartado obliga a seguir una cuenta atrás desde 5 minutos antes de la hora oficial de inicio hasta el pitido inicial, sorprendentemente programado para 6 minutos después de la hora oficial. La animación coordina acciones como la entrada de jugadores y árbitros con niños, presentación de los equipos y hasta los gritos de guerra. Voces de algunos clubs se preguntan: “¿En qué competición se ha visto que los partidos empiecen 6 minutos después del horario previsto? Solo en waterpolo”, concluyen.

Por su parte, Moliner cree que “desde la RFEN nos parece una muy buena iniciativa para poder dignificar y unificar los escenarios de la competición”. Y sentencia, “como todas las novedades que se implementan debemos cotejar como funcionan todas las propuestas y buscar la máxima eficiencia en todas ellas”.

twitter-bird@marti_cerca

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