Valladolid, el equipo sin balón

Hacerse un hueco en una ciudad polideportiva como Valladolid, a pesar de que todas las disciplinas pueden llegar a tener cabida, no resulta nada sencillo. Los amantes del waterpolo de esta localidad han tenido que luchar contra viento y marea, a veces sin hacer mucho ruido, para conseguir su implantación. Si no, que se lo digan a los fundadores del actual Parquesol Waterpolo Valladolid, que han tenido que hacer frente a contratiempos de todo tipo desde el nacimiento del club en octubre de 2015. El más destacado, el hecho de no poder utilizar un elemento tan necesario en este deporte como el balón. ¿Se imaginan que un club de fútbol tuviese permiso para poder utilizar un campo pero no para usar pelotas en sus entrenamientos?

El proyecto vallisoletano empezó de la nada, tal y como relata un Álvaro Asensio que, a pesar de su juventud, fue uno de los miembros fundacionales del equipo junto a otras dos personas más. Curiosamente, cada uno procedía de una comunidad diferente: Andalucía, Canarias y Galicia. Los comienzos no fueron nada sencillos. Empezaron entrenando en un parque al lado de su universidad y se presentaron a una liga no federada: la Liga Noroeste. Poco a poco, la gente se fue interesando y llegaron a formar un conjunto integrado en su mayoría por personas residentes en Valladolid por motivos de trabajo y que habían mantenido contacto con el waterpolo en algún momento de su vida.

«Con este espacio, los entrenamientos se hacen insostenibles cuando se juntan todas las categorías ya que son cerca de 38 deportistas», confiesa Asensio

Al año siguiente, aun sin la posibilidad de meter el balón en el agua durante la mitad del mismo, decidieron dar un paso adelante y además de la competición mencionada con anterioridad, disputaron, con la intención de dar un empujón a la cantera, un nuevo campeonato federado que se creó en Castilla y León. Además, el hecho de anexionarse con el CN Parquesol les ayudó a conseguir que muchos niños se interesasen. Su crecimiento a pasos agigantados provocó que se tuviesen que reunir con el ayuntamiento a mediados de 2016, encuentro en el que llegaron al acuerdo de poder utilizar dos carriles y balones los martes y los jueves de nueva a once de la noche. Una situación complicada que se mantiene en la actualidad y que Asensio cree que les limita mucho, a pesar de que este año también hayan llegado a otro acuerdo para que los más pequeños puedan entrenar de la una a las tres los sábados. Unos entrenos que, según él, se hacen insostenibles cuando se juntan todas las categorías, ya que en su tercer curso cuentan con 38 deportistas. Por ello, luchan por mejorar y ampliar sus horarios y, sobre todo, poder usar más horas la pelota.

La primera Liga leonesa

En relación con su crecimiento, en menos de un año, el club de Valladolid, ayudado por el Miramadrid – un colegio de Paracuellos de Jarama dirigido por Loany que cuenta con diferentes proyectos como el de crear escuelas de adultos de waterpolo-, ha pasado de no tener categorías inferiores a tener equipos cadetes e infantiles. En este sentido, Álvaro cree que, a pesar de los buenos resultados, tienen que seguir creciendo mucho más y que les queda mucho camino por delante para afianzar el club. Un Parquesol Waterpolo Valladolid que este año ha decidido jugar solo la Liga Federada de Castilla y León, en la que se enfrentan al Castellae (Burgos), al Zamora y a un Oviedo que, en caso de lograrla, cedería su plaza de ascenso.

«Esperamos poder implantar iniciativas en verano como campus o jornadas de puertas abiertas para captar más jugadores, afirma su técnico

Para el club, tener la posibilidad de disputar esta competición, que dio comienzo el 21 de enero, supone la oportunidad de fomentar el waterpolo, un deporte poco conocido, en la comunidad de Castilla y León. Por los correos que recibe de padres de diferentes escuelas, Álvaro Asensio asegura que esta maltratada disciplina, que no cuenta con una accesibilidad fácil, interesa a muchos jóvenes. De cara al futuro, su intención, aparte de afianzar las categorías infantil – en la que han sido campeones de liga- y cadete, es crear escuelas donde puedan tener también alevines y cadetes. Además, espera fomentar su pasión a través de campus de verano y jornadas de puertas abiertas la época estival. Pese a las condiciones en las que entrenan, quiere también ganar el título en las tres categorías.

De momento, el buen trabajo del club de Valladolid en la base parece dar sus frutos. Y es que, al igual que el año pasado, cuando la selección de Castilla y León convocó a dos de sus integrantes, este año tres infantiles han sido llamados para formar parte del combinado autonómico.

twitter-bird@nicolasarlanzon

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