Perth 1991: el Campeonato en el que España dio el salto definitivo al podio mundial

El VI Campeonato Mundial de Natación se celebró en Perth (Australia) entre el 3 y el 13 de enero de 1991. La participación superó el millar de deportistas, 1.142 atletas representantes de 60 federaciones nacionales. Todas las competiciones se realizaron en las piscinas del Centro Acuático Perth Superdrome, a excepción de las pruebas de aguas abiertas que se disputaron en el río Swan.

Fue el de la puesta de largo de la federación española que logró el primer oro de la historia, de Martín López Zubero en los 200 metros espalda, más su bronce en los 100 metros de la misma especialidad. Nuestro waterpolo no podía ser menos y el combinado que dirigía el controvertido Dragan Matutinovic llegó a la final, sumando una plata que supo a poco. Quien no recuerda el revés de Chava Gómez a escasos segundos para finalizar el partido. No entró por poco y nos hubiese llevado a la prorroga y quién sabe si al oro.

La primera prueba de Dragan

Fue el primer gran éxito de una selección que durante una década dominó el waterpolo mundial. La firma de esta medalla era de Dragan, con unos sistemas de entrenamiento que, con el paso de los años, fueron muy criticados, pero el salto a la élite era ya una realidad. Así y todo es de justicia recordar que la paternidad de este equipo corresponde a Toni Esteller, que realizó una apuesta atrevida por un grupo de jóvenes, descarados, a los que el mundo se les hacia pequeño. Esta misma juventud e inconsciencia que les hacia imbatibles hizo que Toni festejase los éxitos fuera del banquillo. Dragan, más allá de las discusiones sobre sus métodos, supo llevar las riendas de un equipo con potencial que debía ser explotado.

«Dragan, más allá de las discusiones sobre sus métodos, supo llevar las riendas de un equipo con potencial que debía ser explotado»

El inicio del campeonato fue duro, un revés ante la que posteriormente se proclamaría campeona, Yugoslavia, 3-8, duro. Dos victorias obligadas en esta fase llevaron a nuestra selección a unos cuartos en que se superó a Italia y la URSS, dos potencias tradicionales que magnificaba la clasificación para las semifinales ante los maestros magiares. Hungría fue un duro rival pero terminó claudicando ante el espíritu de equipo y moral de triunfo imparable del equipo que en el agua capitaneaba Manel Estiarte.

Se llegó a la final crecidos, sin límites y solo falto un periodo más para que la gran sorpresa se diera. Se había llegado y era para seguir allí, el futuro era de este equipo. En el apartado político los enfrentamientos entre cortas y serbios, con Dragan negando el saludo a sus teóricos compatriotas mostraba el inicio de un conflicto bélico que encogió los corazones de todos los habitantes del viejo continente.

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