¿Qué sientes cuando pierdes 56-0?

Dicen que de las derrotas se aprende. Pero en la vida hay derrotas, y derrotas. Perder un partido por 56-0 no es de buen gusto para nadie y si a esto le sumas que los jugadores son niños de entre 12 y 13 años el cóctel es explosivo. El seleccionador de Castilla y León nos habla de sus sensaciones tras la contundente derrota encajada ante Madrid en la primera jornada del Campeonato de España Infantil por Federaciones Territoriales que se celebra estos días en la capital del país. Un 56-0 que ha dado de que hablar mucho en las últimas horas. Las redes sociales han ardido con opiniones y puntos de vista muy diversos. «Cada selección viene a hacer su torneo, el nuestro, por ahora, no está en rivalizar con selecciones con una experiencia de waterpolo infinitamente superior», reconoce en WATERPOLISTA.com Víctor Fernández.

En Castilla y León tan sólo hay tres equipos y como es lógico la competición doméstica tiene poco nivel a pesar del enorme ímpetu que ponen sus protagonistas para llevar a buen puerto la promoción de nuestro deporte en una Comunidad con poca tradición. «Para nosotros es la forma de conocer deportistas de otras regiones y de otros niveles.

Asistir a este campeonato es una herramienta más de motivación para todos los chicos que se acercan a las piscinas a hacer waterpolo», explica el seleccionador del equipo masculino, quien considera que el hecho de querer formar parte de la selección » les hace entrenar mejor con sus clubes, asistir a todos los entrenamientos, querer nadar y manejar la pelota cada vez más rápido». «Para los técnicos, es la oportunidad de que ellos transmitan en cada uno de sus clubes un nivel más alto de waterpolo, de implicación o de intensidad. A partir de ahí, pensamos que es la forma de conseguir que en Castilla y León haya más clubes y más deportistas en esta disciplina.

Era la segunda ocasión en la que la comunidad acudía a un campeonato desde este calibre. El año pasado, de hecho, fueron los anfitriones. Un hecho histórico teniendo en cuenta que, a pesar de tener experiencia en la organización de competiciones nacionales de natación o de sincronizada nunca se había hecho de waterpolo. Todo un reto, pero también una gran experiencia para un equipo que tenía mucho que aprender. Este año, venían ya con la lección aprendida, especialmente seis jugadores que ya participaron en la edición anterior. Y, aparte de mejorar los resultados, también esperaban lograr que los chavales vean el waterpolo como un deporte serio que requiere entrenamiento serio y dedicación: “Es un gran escaparate de habilidades técnicas que intentamos aprender”. En este sentido, era la primera vez que muchos de los niños, que llegaban con las pilas cargadas, muy motivados y conocedores de sus posibilidades teniendo en cuenta el rendimiento del equipo el año pasado, jugaban en una piscina fuera de su región y en una situación similar a la que pueden ver por televisión.

“Nos metieron 56, y volvimos de nuevo a luchar”. Un perfecto resumen de la actitud de unos chavales que saben que su rival era físicamente y tácticamente superior porque entrenan durante toda la temporada y que supieron relativizar el resultado. Un hecho al que ayudó, según Fernández, que los propios entrenadores tampoco le dieron mucha importancia: “Cuando terminó el partido nos centramos en remarcar aquello que habíamos hecho bien y que queremos que se repita en los próximos partidos”.

UNA SITUACIÓN INCÓMODA

Respecto a su rival, el seleccionador de Castilla y León cree que, a nivel defensivo, podrían haber comenzado antes – y no solo en el último periodo – a dejarles montar el arco, facilitar los pases y a intensificar la defensa más cerca de su portería. En cuanto a su ataque, cree que, en cierto modo, abusaron de los dos contra uno al contraataque: “Entiendo que los propios jugadores también tienen ese espíritu competitivo y quieren marcar goles, pero es cierto que hay variantes tácticas que pueden limitar situaciones de superioridad tan claras, y eso es labor de los entrenadores”. Eso sí, valora que al final del partido los madrileños dieron un sincero apretón de manos a unos jugadores que cuando acabó el encuentro pensaron en la paliza que les habían dado. Un resultado que ya les era común porque la liga de su comunidad la forman equipos con diferentes grados de experiencia y ya habían vivido situaciones de este tipo.

“Que se queden en casa el viernes y el jueves, que vengan a la piscina el sábado y domingo”. Este es el claro mensaje que manda Víctor Fernández, que cree que al nivelarse los cruces los partidos tienen un carácter interesante porque las cuestiones técnicas, tácticas y físicas se igualan, a los que piensan que en este tipo de torneos solo pueden estar los mejores. “En este campeonato cada año hay selecciones nuevas que, en ocasiones, los jugadores son captados para la selección y no seleccionados entre una gran cantidad de deportistas”, comenta Fernández, que asegura que se trata de un torneo organizado por la RFEN, quien les ha agradecido el hecho de participar un año más, con la intención de reunir a todos los jugadores infantiles con un claro carácter formativo: “El resultado aunque es importante, no es lo determinante”.

Quienes tienen otro punto de vista diferente a los críticos son todos los técnicos que se les han acercado estos días para animar a los chicos a que sigan progresando: “Hemos recibido mensajes para que animemos a los deportistas a seguir con esfuerzo”. Algunos de ellos, pertenecientes a selecciones que pasaron por lo mismo en el pasado y que ahora cuentan con una gran cantera, hecho que todavía les da un mayor valor. “Tanto los jugadores como la propia Federación de Castilla y León estamos con ganas e ilusión, para nosotros ha tenido una trascendencia minúscula”, concluye Fernández.

twitter-bird@nicolasarlanzon

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