Ramón Díaz se rearma

Ramón Díaz es puro waterpolo. Después de una excelsa trayectoria como jugador, el deportista catalán se centra ahora en potenciar el proyecto ya de por sí ambicioso del CW Morvedre. Hablar de Ramón es hablar de constancia, esfuerzo y dedicación al waterpolo, su principal pasión después eso sí de su hija, la cual ha hecho ya sus pinitos como waterpolista. Al fin y al cabo, el talento se hereda.

Aunque de vez en cuando mata el gusanillo con alguna que otra ‘pachanga’, su vida ahora está en los banquillos. Cada día intenta inculcar a sus chavales el amor que siente por este deporte pero sobretodo la experiencia y valores que ha ganado en estos años. Y es que el que fuera jugador de más de seis equipos diferentes -todo un nómada- se siente un privilegiado al poder trabajar en lo que ama. «El poder transmitir chicos y chicas lo vivido y aprendido en el agua es algo fascinante», reconoce a WATERPOLISTA.com una persona agradecida con el trato recibido en todo momento por el CW Turia, su último equipo entre los años 2013 y 2017. «Vicente siempre ha apostado por mí. Los años anteriores han sido geniales. Pero este último año, ha sido muy duro para el equipo, desde el primer momento se puso la situación muy complicada. Intenté ayudar, pero no se pudo conseguir la salvación», explica.

«El poder transmitir a otros chicos y chicas lo vivido y aprendido en el agua es algo fascinante; me encanta mi trabajo»

En el año 2003 vivió su primera experiencia en tierras valencianas con su fichaje por el Aguas de Valencia que militaba en División de Honor. Mucho ha llovido desde entonces, puesto que tras esta etapa ha pasado por otros equipos tan diversos como CN Martiánez, CE Mediterrani y CNB, entre otros. Desde aquel entonces la ciudad le atrapó y a día de hoy está muy a gusto allí. «Es un lugar genial para vivir», añade Díaz que confiesa sentirse un valenciano más, aunque no olvida de donde viene. «Estoy muy orgulloso de ser de Barcelona»-

«Un proyecto realista»

Tienen las cosas muy claras en el CW Morvedre que cuentan a estas alturas con más de 80 deportistas. Desde la entidad definen el proyecto como «ambicioso pero realista». «La idea del club es crecer como entidad en todos los aspectos. El objetivo inmediato para mí está en devolver la ilusión a todos, ya que por diferentes circunstancias cuando yo llego al club están todos sin muchas ganas de nada. La verdad es que ha salido bien. Y puedo decir que la temporada la hemos salvado», explica un entrenador que ya tiene la mente puesta en el próximo curso donde esperan mejorar y poder luchar de tú a tú con todos los rivales, puesto que el reto es ganar la Liga valenciana en todas las categorías posibles. Todo ello sin olvidar una de las cosas más importantes que hay en nuestro deporte: el trabajo de cantera. La promoción que llevan a cabo es casi inaudita en la comarca. «Estamos llevando el waterpolo a todos los colegios. Nuestro objetivo a largo plazo es hacer el Club grande», puntualiza.

Por el momento y aunque lleva muy poco al frente de la dirección del Club los resultados están siendo positivos, destacando en varias categorías pero sobretodo atrayendo a una imponente masa social. Una de las líneas del proyecto pasa por crear afición por el waterpolo. Para ello «hay que trabajar con corazón», pero sobretodo «esforzarse para llegar a ser mejores cada día». «Cuando haces las cosas con corazón, nada puede salir mal», sentencia.

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