‘Verano de siembra, futuro de cosecha’

El 82% de los integrantes de las selecciones españolas de categorías residen en Cataluña; y ahora pensemos, ¿qué ocurre con el resto de Comunidades Autónomas?

Este pasado verano 2018 ha resultado ser muy estimulante y ha conseguido devolver las esperanzas a los seguidores del waterpolo masculino y por otro lado enseñar que no es oro todo lo que reluce y las chicas pueden perfectamente dar un pasito atrás, para coger carrerilla para el próximo intento. Eso esperamos. La actividad de waterpolo senior nos hace creer en nuevas expectativas, pero conviene no olvidar los pasos dados para conseguir un radical cambio de actitud y de cara.

La nueva dirección ha sido sin duda, la que ha propiciado todo lo que conlleva el cambio. Una nueva actitud tanto en la de los jugadores como en la manera de enfrentarse a las dificultades y competiciones de alto rango. La final desarrollada ante Serbia mostró una cara llena de aires nuevos, una descarada manera de tutearse con equipos que hasta hace poco sólo eran como espejismos con los que enfrentarnos podían resultar como la quimera de Don Quijote con los molinos de la obra de Cervantes. Gran responsabilidad en defensa, sin perder el afán y la toma de decisiones en cualquier momento, siempre eficaz en ataque. Posiblemente creerse que se puede llegar al objetivo. Que no es una quimera lo que hay enfrente . Te lleva en volandas para aspirar a lo más alto.

Unido a ese frotarse los ojos al final de ese Campeonato Europeo hay que sumar los dos resultados igualmente brillantes como son los Campeonatos de Europa y Mundo de Juveniles y Juniores en categoría masculina. Esta faceta al contrario de los mayores. Cada año nuestros equipos suelen quedar en puestos de cabeza, aunque no sean oro, como en las chicas juveniles y junior este año. Quedan un poquito lejanos los Oros: de Barcelona, Long Beach y Sao Paulo.

Cuestionar aunar más fuerzas

El estar constantemente rozando el metal, en cualquier momento se puede decantar la fortuna. No obstante y siendo conscientes de estas realidades. El oro no llega, da la sensación que llegar a las finales, ya es un objetivo seguro y ansiado. El ganar es ya cuestión de otro capítulo. Los resultados están ahí y no hay nada que objetar. Otra cosa sería cuestionar, si falta algo más para añadir fuerzas nuevas.

Desde hace algunos años tenemos en diversas zonas de España centros de Tecnificación o donde se pueden de manera concienzuda realizar una mejor realización y optimización del rendimiento de los jóvenes residentes cerca de dichos Centros. Por otro lado el número de equipos en los diversos Campeonatos Nacionales por Comunidades se ha incrementado de manera notable. La masa está muy bien sobre todo a nivel político para vender que se hace waterpolo en toda lámina de agua que se precise.

¿Y el resto de Comunidades?

No obstante, es una verdad a medias ya que no es la masa estadística la consecuencia real de conseguir verdaderos talentos que incrementen el potencial de los equipos nacionales. Nuestros CAR no obtienen una muestra garante de eficacia y de rendimiento. Si nos fijamos en el grupo de jugadores que forman las diferentes formaciones de grupos de edades. De los 30 jugadores en total de equipos Juvenil y Junior masculinos, únicamente seis pertenecen a diferentes núcleos de formación: dos de Zaragoza, tres de Madrid y uno Valencia, lo que representa el 18% del total. El resto del bloque (es decir el 82%) pertenece al colectivo catalán.

Hay que felicitar netamente el excelente trabajo de éstos últimos, a sus responsables y a la buena utilización de unas instalaciones envidiables únicas en España. Habrá de plantearse que tipo de formación y programación se desarrolla en las diferentes sedes de formación de jóvenes (Madrid, Valencia, Galicia, Andalucía, Aragón y País Vasco etc) de formación. Es imprescindible no sólo el chequeo de los jugadores sino el de los propios entrenadores. Actualizar tanto conocimientos y estrategias como de objetivos de dichos centros.

La creación de encuentros regulares entre las diferentes Comunidades permitirá comprobar los niveles conseguidos teniendo en cuenta que se trata de grupos de alto rendimiento y de objetivos unificados. Tiene poca eficacia el seguimiento exhaustivo de alguno de ellos y de una revisión esporádica del resto. Una competición entre los diferentes centros daría más información que la escueta visita de fin de semana. La asistencia y colaboración a los diferentes Torneos o Competiciones Internacionales proporcionarán una actualización tanto en medios de entrenamiento y estrategias como de los niveles a conseguir y afianzar en los propios centros. No sería descabellado al inicio de temporada una toma de contacto de los diferentes centros y de responsables federativos para unificar el objetivo de común .

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