8M: un partido por disputar
La presencia femenina en el waterpolo español sigue creciendo, pese a las diferencias notables; y coincidiendo con el Día de la Mujer hacemos un balance de la coyuntura actual en nuestro país
Parece que el waterpolo nacional va volviendo cada vez más a la normalidad previa al Covid. Las competiciones nacionales se han retomado y estamos volviendo a disfrutar de este deporte que nos une. No hace falta que sea 8M para reivindicar a las mujeres en el waterpolo, seguimos en la lucha todo el año y su presencia sigue firme, aunque todavía queden pasos por dar. En este deporte minoritario la presencia masculina siempre ha sido superior a la femenina, con el paso del tiempo esta desigualdad en licencias de deportistas ha ido disminuyendo, sin embargo, sigue existiendo diferencias numéricas. La temporada pasada el Covid hizo que el número de licencias disminuyese; a nivel autonómico en la temporada 2019/2020 hubo 410 deportistas masculinos menos y 82 en la sección femenina. En la temporada 20/21 las licencias masculinas seguían bajando quedando en 7202 y las femeninas en 2626, una diferencia notable. Todo esto sin contar los clubes que no pueden federar a sus jugadoras para competir porque existen clubes que no tienen equipos femeninos de categorías, pero si masculinos; lo que nos hace pensar que es muy importante hacer crecer el waterpolo femenino desde la base para que cada vez más niñas se interesen en un deporte que es poco conocido.
A nivel estatal, la pandemia también afectó al número de licencias perdiendo unas 1000 masculinas y casi 500 femeninas en la temporada 19/20. En cuanto a la pasada (20/21), los datos son más alentadores ya que se pudieron recuperar a los deportistas no federados e incluso sumar, quedándose los datos de 696 licencias masculinas a 1706 y de 376 a 930 licencias femeninas de un año a otro. La presencia de los chicos es mayor también a nivel nacional teniendo en cuenta que existe una liga más para ellos (División de Honor, Primera y Segunda masculina), mientras que las féminas cuentan con dos (División de Honor y Primera femenina) por el número de equipos.
| El papel en los banquillos
En este sentido, la mayoría de entrenadores en las ligas nacionales son hombres. Primera, Segunda y División de Honor Masculina no cuentan con ninguna mujer al frente de los equipos. Sin embargo, en Primera y División de Honor Femenina la cosa cambia y los banquillos cuentan con mujeres. El CE Mediterrani tiene a Marian Díaz como primera entrenadora y a Ariadna Espasa como segunda, eL CDN Boadilla cuenta con Patri Herrera como primera y con Mar Rodríguez como directora técnica del club, el EW Zaragoza tiene a Paula Esteban como primera y a Susana Escolano como su segunda, una de las pioneras del waterpolo femenino en Aragón. Elena Padilla es segunda de Dani Ballart en el CN Mataró y entrenadora de categorías y, por último, en División de Honor femenina, el CN Sant Andreu cuenta con Bea Espinosa como segunda de Javi Aznar. Pasando a la Primera femenina, el AESE tiene a Judit Pujol como cabeza del equipo, en el Cuatro Caminos a Miriam López Escribano, en el Leioa IT a Ane Basauri como segunda de Gorka Sánchez, en el Real Canoe NC a Astrid Álvarez y en el CW Marbella a Lucía Gómez. Tener a mujeres en el banquillo dirigiendo equipos en varios clubes es sinónimo de crecimiento, toda esta presencia es importante para que niñas de categorías inferiores se den cuenta de que, a parte de otras razones, también contamos en el deporte que amamos. Tener referentes femeninos es tan importante como tener masculinos. Aunque bien es cierto que en puestos de dirección, la presencia de mujeres es mínima.
Por otro lado, el mundo del arbitraje en el waterpolo tampoco se salva de la desigualdad numérica, pero cabe destacar que de la temporada 19/20 a la pasada (20/21) hay 23 incorporaciones femeninas y seis bajas masculinas a nivel autonómico. A nivel estatal también ha habido incremento en licencias arbitrales con 100 masculinas (+12) y tan solo 16 femeninas (+5) en la temporada 20/21. La diferencia es elevada tanto autonómicamente como estatalmente, aunque cada vez vemos a más mujeres pitando en las piscinas en citas importantes tanto a nivel nacional como internacional.
No es un secreto que ver jugadoras internacionales ganando partidos y títulos es motivacional para las/los más pequeñas/os y no tan pequeñas/os. Ser medallista mundial en tres ocasiones, cuatro en europeos y otras dos en Juegos Olímpicos es de admirar cuanto ni menos. Las chicas de Miki Oca se han convertido en referentes y pioneras actuales del waterpolo femenino con una trayectoria de muchos años que se podría decir nunca vista antes por las féminas. Siempre la selección femenina ha participado en las citas internacionales muchos años después que la masculina, pero toca seguir escribiendo historia y mirar para adelante. Muchos pasos por dar todavía y desde WATERPOLISTA.com vamos a seguir dando visibilidad a las mujeres porque, al igual que con los chicos, sin ellas este deporte no estaría completo.