Carlos Román, enganchado a la adrenalina del waterpolo
Este colegiado catalán es uno de los diferentes árbitros que dirige partidos en Nacional y que disfruta de su pasión como es el caso del waterpolo por medio del arbitraje
El waterpolo siempre ha tenido un peso importante en la familia de Carlos Román. «Mi padre fue portero en el CN Poblenou y a los tres años ya estaba metido en una piscina. Años más tarde tuve la suerte de pertenecer a ese mismo club, a la generación del 1988, un equipo de una calidad increíble y que con muy pocos medios fuimos casi campeones de todo, fuimos el equipo a batir. Después de aquello, con 16 años debuté en División de Honor de la mano de Toni Esteller en el CN Barcelona jugando con los mejores jugadores del mundo tales como Ivan Perez, Guillermo Molina, Kiko Perrone, Blai Mallarach, Iñaki Aguilar. Aquel año fue un master en waterpolo para mí y algo que con el paso del tiempo le doy un valor enorme. Jugar en División de Honor y con esos compañeros me hizo crecer mucho técnicamente«, reconoce a WATERPOLISTA.com un amante del waterpolo que entre los 17 y 30 años (cuando optó por colgar el gorro) ha estado vinculado a diferentes equipos catalanes en las categorías de Primera y Segunda División.
| Su pasión por el arbitraje
Sin embargo, una vez puso punto y final a su etapa como jugador en activo, se centró en el arbitraje. «Para mí ser arbitro supone no despegarme nunca de este deporte. No puedo. Llevo desde los 7 años jugando, entrenando cada día de la semana, jugando hasta 3 partidos en un mismo fin de semana cuándo jugaba en categorías, veranos entrenando para los campeonatos, navidades entrenando doble sesión y ahora que decidí que era el momento de dejarlo, se hacía raro dejar de tener eso. Es un estilo de vida, o lo tienes o no lo tienes. Ese “gusanillo”, esas ganas de que llegue el sábado para ir a pitar y esas ganas de lunes para recibir la convocatoria, es un síntoma de que estas enganchado a este deporte. Se me hace raro un fin de semana sin waterpolo», comenta un colegiado catalán que a su vez ejerce de árbitro nacional desde este año. «Tenía muchas ganas. Era continuar una historia que empezó como jugador y que ahora sigue como árbitro. Conocía el Waterpolo Nacional a las mil maravillas como jugador y tenía ganas de ser participe de estas ligas Nacionales como árbitro. Ir a pitar a piscinas donde hace unos años atrás habías jugado tiene ese punto romántico y de nostalgia que me encanta«, puntualiza.
En este sentido, Román que se caracteriza por ser «una persona perfeccionista a la que le gustan las cosas bien hechas«, y que se define por ser un «árbitro serio y riguroso» tiene su hoja de ruta bastante clara: «los objetivos pasan por aspirar a seguir creciendo como árbitro, aprender de todos los compañeros y disfrutar el camino hasta lo más arriba posible. Poder pitar una Copa del Rey, de la Reina o una final del Play Off lo tengo como objetivo personal«, relata, así como considera que en Cataluña hay un nivel «muy alto» de arbitraje. «Cada fin de semana tenemos muchos partidos y eso favorece a subir el nivel. Creo que somos muchos jóvenes los que vamos subiendo y no defraudamos», comenta un colegiado, que considera que «la Federación no se equivoca cuando apuesta por una hornada de tantos árbitros Nacionales jóvenes a la vez. Es una apuesta ganadora. Los más jóvenes necesitamos oportunidades para demostrar que tenemos talento y que podemos estar en cualquier tipo de partidos. Creo que es bueno que los diferentes equipos que conforman las ligas vean más diversidad de árbitros y la Federación y el CNA está trabajando bien eso«, concluye.