Alfredo Aller: «Cuando hago algo, me implico»

Muchos le llaman el 'eterno Aller'. Alfredo es historia viva del waterpolo madrileño al haber sido protagonista clave en la trayectoria de varios equipos, entre ellos el AR Concepción Lineal con quien ascendió a la élite

hablar de Alfredo Aller es hablar de waterpolo, y es que el veterano jugador de la A. R. Concepción, tras 14 años en Liga Nacional, ha vuelto a conseguir un ascenso a la máxima categoría del waterpolo español. No es la primera vez que consigue ascender con la Concha, pues Alfredo ya ha conseguido, además de este, tres ascensos más, los cuales son sus éxitos más importantes. Repasamos con él este y otros momentazos desde que comenzara a jugar con 9 años.

– ¿Por qué decidiste empezar a jugar al waterpolo?
“Tus padres te apuntan a los cursos de natación, te invitan a probar el waterpolo y poco a poco te va enganchando. Luego, cuando creas un grupo de amigos, todos nos implicamos más, y ves que se te va dando bien, vas a tope».

– ¿Qué significa la Concha para ti?
“Ha sido una parte muy importante de mi vida, no sólo un equipo de waterpolo donde voy con mis colegas, le he dedicado muchos años. He pasado por todas las categorías, he llevado la escuela de natación, he sido entrenador de categorías, miembro de la Junta Directiva, etc. Mis amigos no son del colegio ni del instituto, sino gente del club, entonces… ha sido un poco mi vida».

– ¿Por qué decidiste dejar la Conxa e irte a otros clubs como Askartza o Cuatro Caminos?
“Askartza siempre ha sido un club muy especial para mí, donde tengo varios amigos. Era como un sueño de pequeño el jugar en el País Vasco, además la cultura vasca me encanta. Ya no me esperaba ir, pero Joan me llamó y por motivos de trabajo, me animé. Estas cosas pasan sólo una vez y hay que aprovecharlas, que la vida está para eso. Fue un año muy bueno, y me trataron genial. Al final, para mí eso es lo importante, la gente que vas conociendo y con la que te quedas después del waterpolo. Lo de Cuatro Caminos fue cuando volví del País Vasco, y mi vida ya estaba encaminada a mi futuro profesional. Me llamaron Pancho y Barturen, me presentaron un proyecto interesante con gente muy joven y me pidieron que echara una mano para mantener al equipo en Segunda División. Deportivamente no pudo ser, pero lo guardo con buen recuerdo».

– Dos veces campeón de Primera División, ¿cómo se vive? ¿Qué ascenso has disfrutado más?
“Se vive de forma distinta. La primera vez era un equipo ya hecho, y la vuelta de Borja Hernández era la pieza que nos faltaba para terminar de marcar las diferencias y subir. Fue un año muy bonito aunque al principio nos costó un poco. Se mezcló mucho jugón, y cuando estábamos a tope era muy difícil pararnos. Fue como el fin de una etapa para mí. Este segundo ascenso ha sido muy distinto. Jugadores más jóvenes, menos gente de la casa, y se ha conseguido un resultado que nadie se esperaba. La gente que ha entrado este año tiene un perfil que hace equipo. Evidentemente David, Álvaro, Bruno… han marcado las diferencias, pero el buen ambiente ha sido lo que ha ayudado a conseguir este resultado. Quizás el ascenso que más he disfrutado ha sido el primero, estábamos todos juntos y jugamos División de Honor».

– ¿Cuánto de importante es la unión del grupo para ganar?
“Para mí es la clave. Evidentemente siempre hay gente que por su calidad marca la diferencia, pero debes tener personas que ayuden a la cohesión del grupo. Eso es importante luego para los momentos malos. Cuando llegan varias derrotas seguidas, esas cosas marcan la diferencia entre qué equipo sigue adelante y lucha por el objetivo, y qué equipo se cae».

– Siempre has sido un referente en tus equipos, ¿cómo se lleva esa responsabilidad?
“Yo creo que me sobrevaloras un poco. Un referente no, yo intentaba hacer que la gente a mi lado estuviera cómoda, e integrar a la gente nueva que llegara. Más que responsabilidad, echar una mano a los compañeros.
Quizá la gente me veía como un referente por la experiencia y porque me involucraba mucho en el equipo, pero no me pesaba eso, es algo que sale natural. Cuando hago algo, me implico, y no me supone una presión externa».

– ¿Cómo ha evolucionado el waterpolo en estos años que llevas jugando?
“Ha evolucionado mucho, han cambiado muchas normas. Pero en lo que se refiere al juego, antes era mucho más dinámico, había jugadas muy raras y mucho movimiento. Cuando esto cambia, acompañado del físico de los jugadores que son más corpulentos, se hace un juego más lento y, bajo mi punto de vista, más aburrido. También es más físico, antes había muchos jugadores pequeños, ahora el perfil ha cambiado. Prima la fuerza física dejando a un lado la calidad, que ha disminuido, y no se trabaja tanto como antes.”

– ¿Cuál es la etapa que más has disfrutado?
“Yo destacaría dos etapas. La primera cuando empecé a jugar con el equipo absoluto y conseguimos en una misma temporada, haciendo un grupo muy bueno, subir a Segunda y Primera División, ya que antes la Segunda División no existía como tal. Entonces supuso que la Conxa, después de muchos años en territorial, volviera a jugar en Nacional. La segunda etapa, cuando llegó Alberto Jiménez como entrenador. Conseguimos hacer un grupo de gente muy heterogéneo, que nos hicimos muy amigos y conseguimos volver a subir a Primera División tras descender años atrás y estar entre los mejores de Primera».

– ¿Cuál es el entrenador que más te ha marcado?
“Uf… esta es complicada. Probablemente, por la etapa tan bonita que viví, el grupo tan bueno que hicimos, Alberto Jiménez. Además él apostó por mí para ser entrenador en categorías inferiores y guardo muy buen recuerdo. Luego también Guti, cómo no voy a nombrarlo, fue la persona con la que empecé a jugar. Por la implicación que ha tenido siempre y porque muchas veces es el que ha tirado del carro y sigue trabajando desinteresadamente por el club».

– Muchos te llaman el ‘Eterno Alfredo Aller’, pero, ¿hasta cuándo vamos a disfrutar de ti?
“Quién sabe, ya me queda poco. Mientras pueda compaginar mi trabajo y demás movimientos en los que estoy implicado, me gustaría seguir jugando unos años. A mí el deporte no me gusta mucho, sólo el waterpolo, entonces para mantenerme en forma y seguir viendo a la gente, aunque ya quedan menos de mi generación, prefiero ir a entrenar un par de días o tres en vez de ir al gimnasio. Algunos años me quedan, pero no muchos”.

twitter-bird@jplazar7

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