Amedeo Pomilio: «Los partidos entre España e Italia en los años 90 tenían un encanto especial y difíciles de volver a ver»

Se trata de una de las figuras deportivas más influyentes de la generación de los 90 que tantos éxitos consumó con Italia, y que ahora se mantiene como mano derecha en el equipo nacional que dirige Sandro Campagna

A día de hoy, Amedeo Pomilio es la mano derecha y el segundo de abordo de Alessandro Campagna al frente de la selección nacional italiana, ocupando un rol determinante en el día a día de uno de los equipos más significativos e importantes del panorama internacional. Sin embargo, lo cierto es que el técnico italiano, nacido en febrero de 1967, también destaca por haber sido un destacado deportista con amplio y exitoso recorrido, sobretodo representando a su país. Y es que desde que jugara su primer partido a los ocho años, el balón amarillo pasó a ocupar un lugar determinante. «El día que marque mi primer gol, entendí que jugaría al waterpolo durante toda mi vida», reconoce a WATERPOLISTA.com un ex – waterpolista que se formó y creció junto a su club, el Pescara, con quien hizo frente a los grandes colosos del Campeonato, siendo él uno de los referentes. Una notable actuación que le permitió dar el salto a la selección nacional. Debutó en el año 1988 ante Yugoslavia, y desde entonces se mantuvo en un equipo de ensueño que se hizo con los grandes títulos internacional, bajo la batuta de Ratko Rudic. Lo cierto es que era capaz de transmitir pasión por un deporte que le fue inculado por su padre, Gabriele, quien fuera director general de Pescara y de la selección italiana. Con él vivió lo que era la esencia del waterpolo, o lo que es lo mismo, la felicidad de los éxitos, y las tristezas de los fracasos.

| La rivalidad, España – Italia

En este sentido, Pomilio que vivió el auge de su carrera entre los años 80 y 90, considera que mientras que por aquel entonces, este deporte era más amateur, con el pasó de los años se ha ido profesionalizando, hasta nuestros días, gracias en gran parte a «la tecnología, la metodología y la competitividad, ya que se ha evolucionado rápidamente hacia un deporte de alto nivel, potenciando en todo caso, el trabo técnico para sumar fuerza, contacto y potencia a la hora de poner el foco en el ámbito físico«, explica el técnico, quien entiende que a pesar de que en aquellos años el waterpolo no tenía esas características, bien es cierto que era «igualmente rápido y espectacular«, puntualiza Amadeo, el cual reconoce que por aquel entonces el enfrentamiento entre España e Italia siempre tuvo «un encanto especial». «Particularmente, la final de Barcelona se convirtió en la más famosa de todos los tiempos, donde se demostró que ambos equipos contábamos con jugadores muy talentosos, capaces de emocionar al público con un juego bien organizando y a la vez improvisado que hizo que los partidos entre nosotros, siempre estuvieran llenos de sorpresas y emoción. En definitiva, era el juego, al más estilo latino«, asegura.

Por otro lado, el integrante del equipo técnico italiano, entiende que hoy día el waterpolo actual va camino de convertirse en un deporte más dinámico y con mucho movimiento de arco. Sin embargo, el entrenador considera, por otra parte, que «el arbitraje puede a veces no permitir mucho contacto físico, especialmente en el centro de arco. Esta tendencia se confiere y no se conforma a un contacto físico con elasticidad o menos obstructiva. En las jugadas de superioridad numérica se mantienen con una notable importancia. Al público le encanta seguir las superioridades y por lo tanto potenciar ese aspecto será positivo para hacer más espectacular el waterpolo para el público general», comenta a la par que da su punto de vista sobre la evolución de la Settebello los últimos años: «Bajo la dirección de Campagna, Italia está de vuelta entre los mejores equipos y ha logrado mantener ese nivel constante gracias a una buena programación que ha permitido un cambio constante y rico de jugadores año tras año. Nuestro país en los últimos años ha dejado una huella muy fuerte gracias a un juego innovador, espectacular y, también, ganador«, asegura a la par que desvela la hoja de ruta que se marcan de cara a la cita olímpica de Tokio de este próximo verano: «no debemos escondernos, el sueño de todos los equipos es ganar los Juegos Olímpicos, y todos trabajarán lo más duro posible para lograr ese objetivo. Tokio será una Olimpiada muy competitiva y habrán entre siete u ocho equipos con potencial suficiente para ganar el oro», asegura, al igual que entiende sobre el waterpolo en España, que «después de un periodo leve de crisis, España ha vuelto a unos niveles muy altos entre los últimos tres o cuatro años. Esto es gracias a un excelente programa y una excelente escuela técnica que han permitido alcanzar un nivel de juego muy avanzado«, concluye.

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