Anna Pardo: una jugadora adelantada a su tiempo
La ex - waterpolista catalana formó parte de una de las generaciones más importantes de la historia del waterpolo español femenino, ya que abrieron el camino de profesionalidad que se vive hoy día
Habiéndose iniciado bien joven en el CE Mediterrani, Anna Pardo ha sido parte activa de la historia del waterpolo femenino en nuestro país, gracias a una dilatada trayectoria deportiva que le ha llenado como persona, puesto que a pesar de haber retirado hace ya unos años, el waterpolo, y en particular toda la relación que ha tenido con este deporte, le ha hecho la persona que es hoy día. «Ha supuesto satisfacciones, decepciones, pero sobre todo ha servido para forjar valores. Lo que más me ha enseñado e inculcado ha sido la cultura de la disciplina y del esfuerzo, la constancia, no rendirse nunca, comprometerse, y una de las cosas más importantes: el objetivo y el equipo por encima de uno mismo», reconoce ahora a WATERPOLISTA.com la ex – waterpolo catalana que siempre se mantuvo al lado del equipo del barrio de Sants, con quien logró sin ir más lejos el Campeonato nacional en el año 2003.
En este sentido, su carrera profesional fue siempre destacada, ya que estuvo, también, becada en el CAR cuando se admitió por primera vez el waterpolo femenino, consiguiendo a su vez los primeros éxitos y medallas de la historia en categorías: terceras en el Campeonato de Europa Junior (Loule, 2002) y tercera en el Campeonato del Mundo Junior (Calgary, 2003) con Mar Sanromà al frente. Esta etapa le convirtió en una deportista de peso y de gran proyección que posteriormente cruzó el charco para continuar evolucionando por medio de University of Southern California (USC), durante tres temporadas. «Allí acabé mis estudios y conseguimos ganar el título nacional en 2004. Con una temporada de por medio, que volví a España, me fui a Hungría, la cuna del waterpolo. Jugué durante dos temporadas, en los equipos de OSC y Domino Hónved. Después volví a España, y con el CE Mediterrani ganamos la Liga, en una temporada inolvidable para todas aquellas que formamos parte. Al año siguiente jugué con el CN Sant Andreu con el que conseguimos quedar segundas de Liga. Esa fue mi última temporada«, asegura una jugadora que durante todos los años en los que estuvo en el equipo nacional, jugó varios Campeonatos de Europa, del Mundo y Ligas Mundiales, aunque ahora ya en frío se queda con dos recuerdos especiales: el Campeonato del Mundo en Barcelona (2003), y el Campeonato de Europa en Málaga (2008), donde se consiguió la primera medalla de la selección absoluta.
| Su mejor y peor momento deportivo
En esta misma línea, Pardo pone el foco, sobre los mejores momentos, los éxitos, vivencias y oportunidades de las que disfrutó. «Momentos y éxitos, como partidos o campeonatos que marcaron un antes y un después en mi carrera deportiva (Campeonato de Europa Jr en Loule 2002, Mundial de Barcelona 2003, Campeonato de NCAA 2004, Subcampeonato de Europa en Málaga 2008) o momentos concretos en entrenamientos o viajes con las compañeras de equipo, que hace que recuerdes todo lo vivido con un cariño especial. Oportunidades, como estudiar una carrera y jugar en una de las mejores universidades de Estados Unidos (University of Southern California), jugar profesional en una de las cunas del waterpolo (Hungría), viajar muchísimo», asegura, a la par que desvela que el peor recuerdo que tiene fue en su última temporada en Estados Unidos, «donde la presión por conseguir resultados era muy difícil de soportar. Pero al final, son éstas las situaciones donde realmente creces en fortaleza y madurez». «Aunque tampoco he olvidado el día en que decidí dejar de jugar a waterpolo. Una de las decisiones más difíciles y duras, porque a día de hoy, sigo echándolo de menos. Aunque siempre llega ese momento en que uno debe tomar esa decisión y no mirar hacia atrás, porque en realidad, hay muchas cosas maravillosas que nos esperan fuera de la piscina«, puntualiza.
Por otro lado, Anna que reconoce que el momento de retarse fue duro, se mantuve vinculada al waterpolo como aficionada por también como apoyo de su marido, Gábor Egedi, entrenador del equipo femenino del CN Catalunya, en división de honor. «El waterpolo está muy presente en casa, por no decir cada día! y en muchas de nuestras conversaciones. Mis amigas son antiguas compañeras de equipo, así que siempre acaba saliendo también alguna conversación de waterpolo en nuestras quedadas. Sobre todo, porque algunas siguen vinculadas directamente a este deporte«, explica a la par que valora el papel actual del waterpolo femenino en España: «Creo que esta temporada, el hecho que más de dos equipos han tenido opciones de ganar la Liga, y se haya roto la dinámica habitual, hace que la Liga sea más atractiva, y favorece que a muchas más jugadoras y equipos sientan la competitividad a un alto nivel. Esto es un plus de experiencia, que debería verse reflejado en la selección, si no ahora, en un tiempo si la Liga sigue en esta dinámica», comenta a la par que considera que «el waterpolo femenino español está en lo más alto del waterpolo mundial, y no de una forma puntual, sino que está consolidado desde hace años. Así pues, creo que un reto es mantenerse en lo más alto, y seguir consiguiendo medallas los próximos años, y que los cambios generacionales afecten, en todo caso, en positivo», explica a la par que entiende que «todavía queda mucho por hacer, pero nada es imposible«. » También creo que los clubs, aunque algunos ya lo están haciendo, deberían invertir más en los equipos femeninos, puesto que está comprobado que con menos presupuesto que en equipos masculinos se consiguen mejores resultados. Me encantaría ver una división de honor femenina, donde todos los equipos tengan presupuesto para tener a jugadoras profesionales, puesto que todavía hay un importante porcentaje de jugadoras amateur, a las que se le exige igualmente dedicación, compromiso y profesionalidad, como si fueran profesionales«, sentencia.