CN Molins de Rei: pionero en Europa a finales de los 80

El equipo catalán que estaba dirigido por Lluis Calomardo, no sólo fue el primer campeón de España,sino que a su vez destacó por debutar por primera vez en una competición internacional

El primer equipo en competir en cita continental no fue otro que el CN Molins de Rei, cuya sección femenina se fundó en la temporada 1981-1982. En aquella época, disputaban una liga bastante similar a la actual Liga Catalana y, en la recta final del curso, participaban en el Campeonato de España, que en aquel entonces era la máxima competición. En relación a esta primera, cabe recordar que antes de la misma ya existían el Campeonato de Cataluña y la Compa Catalana. A raíz de una iniciativa de Domènech Reguès, directivo del CN Sabadell y de la Federación Catalana de Natación, se decidió crear el mencionado campeonato, que contaba con cuatro equipos participantes (el CE Mediterrani, el CN Badalona, el CN Poble Nou y el CN Sabadell) y se disputaba a doble vuelta. Debido al éxito de la misma, surgieron más conjuntos, como el propio Molins de Rei. La creación de la segunda fue fruto de la necesidad, ya que los clubs se dieron cuenta de que si no había un campeón de España era imposible participar en la Copa de Europa, creada en el año 1987. Al alertarse de esto, la FEN decidió celebrar los primeros Campeonatos de España en el 88. Para justificar el nombre de la competición, se incluyó a otras entidades de fuera de la comunidad. Entre ellos, el CN Martiánez, el CN La Latina y el WP Zaragoza, que contaban con un nivel de juego bastante flojo, algo que provocó que los resultados fuesen escandalosos.

| Una experiencia única

Tal y como recuerda Lluis Calomardo, entrenador de aquel equipo, el primer título conseguido por las de Molins fue ese Primer Campeonato de España. En la final, batieron al CN Cataluña por un ajustado 5-3. Esta victoria, a su vez, les dio derecho a participar por primera – y única – vez en la Copa de Europa la siguiente temporada, la 1988-1989. Concretamente, disputaron la fase preliminar que se celebró en Atenas (Grecia) durante los días 21, 22 y 23 de octubre de 1988. Allí, en en marco del Grupo B, se vieron las caras con el BSC Budapest de Hungría –subcampeón europeo-, el representante griego Ethnikos Piero, el Neukölln (RFA) y el Arhus (Dinamarca). Su objetivo, teniendo en cuenta la dificultad de todo debut, era muy claro: coger experiencia, asimilar tácticas y aprender. La realidad es que los resultados fueron mejores de lo esperado, ya que consiguieron una meritoria tercera plaza al batir a las anfitrionas y a las danesas, y los comentarios de la gente fueron muy positivos. Calomardo únicamente guarda un negativo recuerdo de aquella cita, la organización. Básicamente, porque el campeonato se disputó en una piscina descubierta a cuatro grados de temperatura.

En cuanto al equipo que estuvo al borde de tocar el cielo y que marcó una precedente, el entrenador recuerda que se trataba de una plantilla muy joven, con una media de 23 años, y que contaba con poca experiencia por el hecho de disputar únicamente la Liga Catalana. Eso sí, remarca que era un bloque muy comprometido, ilusionado y basado en el compañerismo. “Teníamos jugadoras con muy buena técnica individual y solamente había que jugar minutos para poder ganar experiencia a nivel táctico y de juego en equipo”, explica Lluis Calomardo, quien comenta que 1989 lograron el Subcampeonato de España y un año más tarde fueron terceras. Quien también formó parte de ese equipo desde el 81 hasta la temporada 89-90 es Lídia Calomardo que gracias a su buen hacer formó parte de la primera selección española que participó en un torneo internacional. Al igual que su hermano, guarda un gran recuerdo de esa época, llena de alegría, ilusión, emoción, nervios y responsabilidad. A ello ayuda, según ella, que fuese integrante de un equipo de personas que compartían deporte, competición y, sobre todo, amistad. “Afrontábamos cada competición con ganas, ilusión, fuerza y objetivos muy claros, comandadas siempre por grandes entrenadores que nos transmitían trabajo, esfuerzo y lucha”, afirma la exjugadora, quien asegura que ser el primer equipo español en una competición europea fue una gran responsabilidad. Al igual que lo fue dar a conocer el nombre de Molins de Rei a nivel internacional, algo que le llenó de orgullo y alegría. Lo mismo le ocurre cuando ve hasta donde ha llegado el deporte femenino en la actualidad: “Se habla mucho, hacen mucho ruido y es muy bonito. Me siento pionera”. Después de tantos años, Calomardo sigue vinculada al waterpolo y según ella, siempre lo estará

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