Cómo el histórico CN Madrid Moscardó busca realzar el vuelo

Este clásico del waterpolo madrileño y nacional con 74 años de historia viene trabajando para realzar el vuelo y recuperarse de la notable "hecatombe" que vivieron en el 2016, año en el que recibieron un duro golpe del que hoy día se siguen recuperando a través de trabajo y esfuerzo

Hablar del CN Madrid Moscardó es hablar de un clásico madrileño que en los 74 años de historia, ha vivido tres etapas claramente diferenciadas. La primera hasta el año 1993, en la que en el club compite tanto en la disciplina de natación como en la de waterpolo y en la que se entrena en un peregrinar por distintas instalaciones de Madrid. No más de 85 licencias entre las dos disciplinas y mucha, mucha ilusión, pero eso sí destacaba como una entidad muy cohesionada, con deportistas y familiares implicados en la gestión del Club. El año 1993, es el año en el que el Ayuntamiento concede la gestión de la Piscina Moscardó al Club. Esto naturalmente lo cambió todo. Las posibilidades de organización, captación de deportistas y desarrollo de programas les hicieron mejorar año tras año. En categoría masculina se alcanzó la Primera División y en femenina la División de Honor, donde se mantuvieron un total de 16 años consecutivos, llegando a alcanzar el tercer puesto en Liga, e incluso las semifinales de Copa de la Reina, disputando a su vez competición europea durante tres temporadas. «La apoteosis fue la medalla de Plata obtenida en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 por Laura López y la presencia en Río 2016 de Patricia Herrera con Diploma olímpico. En este periplo, decenas de internacionales en categorías inferiores, sobre todo en femenino y medallistas en campeonatos del mundo y europeos», recuerda en WATERPOLISTA.com el actual Director Deportivo del club, Anselmo González, quien por otro lado detalla el momento en el que se produjo la hecatombe, concretamente en el año 2016. » El ayuntamiento de Madrid decide realizar una serie de obras de mejoras en el Centro Deportivo, concretamente en la piscina cubierta que nos dejó sin instalación durante 18 meses y afectando gravemente al desarrollo de dos temporadas. Pasamos de casi 300 deportistas inscritos en programas deportivos competitivos, tanto de waterpolo como de natación a 106. Prácticamente una vuelta a 1992 y todas las categorías tanto de waterpolo como natación muy muy tocadas. El trabajo de dos décadas se desmoronó en un brevísimo espacio de tiempo. La realidad es que el Club estuvo muy muy cerca de su desaparición. Con el inicio de la temporada 2018-2019, nuevas ilusiones y vuelta a intentar recomponer toda la entidad. Y en esas estábamos cuando llegó el Covid-19«, explica González, quien desvela que hoy día la sección de waterpolo cuenta con 55 deportistas, todos de categoría masculina. «Actualmente contamos con benjamines, alevines, cadetes, juveniles y absolutos, algunas de las categorías cogidas con pinzas y adoleciendo de los problemas heredados de años de la época de obras y de Covid«, puntualiza.

En este sentido, esta última temporada, el club ha podido presentar equipo en todas las categorías. «Nuestro objetivo ahora mismo está centrado en la captación de los más pequeños y en trabajar. Muy importante está siendo que al no ser grupos numerosos, las condiciones de entrenamiento que están disfrutando son excepcionales para lo que suele ser habitual en Madrid en categorías. Nosotros podemos disponer de campo completo para entrenar con edades como infantil o cadetes prácticamente todos los días de la semana. A medio plazo, nuestros objetivos van encaminados a volver a tener una escuela de waterpolo en categorías benjamín y alevín numerosa y fuerte, dotarlos de medios para entrenar en las mejores condiciones posibles y dejar que el tiempo vaya consolidando desde la base el resto de categorías. Volver al nivel deportivo de nuestro waterpolo anterior a la obra de la instalación llevará años, ilusión y trabajo, mucho trabajo. En eso estamos«, comenta a la vez que considera que el progreso de su proyecto está demostrado, «e íntimamente ligado a la Gestión del Centro Deportivo Piscina Moscardó. La continuidad en el tiempo en la dirección del Centro por parte del Club es el elemento base para cualquier proyecto ambicioso«, detalla a la par que define la situación del waterpolo en Madrid como «complicadísima». «No soy muy optimista al respecto. El mayor problema es la disponibilidad y acceso a unas condiciones de entrenamiento mínimamente aceptables por parte de los clubes madrileños. La dificultad para acceder a espacios para entrenar en las piscinas municipales por parte de los clubes es complicada y muy limitada, tanto en espacios como en horarios “decentes” que permitan desarrollar programas con edades tempranas. Vamos aguantando porque la ilusión de nuestros deportistas, familiares y técnicos es infinita y porque las entidades en muchos casos hacen milagros«, concluye.

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