Copa, Supercopa… y lo que se ha podido

Una montaña rusa, un año de transición… Con el inevitable condicionante de la pandemia, es difícil ponerle un calificativo a este 2020 del equipo femenino del Astralpool Natació Sabadell. Quizás porque la piscina no ha dilucidado los grandes títulos de este año natural; quizás porque cuando parecía que el engranaje del pentacampeón de Europa se comenzaba a engrasar, todo se frenó en seco. Hoy hace 12 meses, las dudas se cernían sobre un proyecto renovado forzosamente tras el aluvión de bajas del verano. La aparición de las canadienses Gurpreet Sohi y Monika Eggens, con cuentagotas y tímidas a partes iguales, más la apuesta fallida de la italiana Laura Barzon, no paliaban las salidas de las internacionales españolas, que reforzaban a la postre rivales directos en liga.

Terrassa y Orizzonte asaltaban consecutivamente Can Llong durante la primera semana de febrero. Fue ese partido contra las italianas, pese a la derrota, una especie de punto de inflexión. En la Supercopa de Europa, pocos meses antes y en el mismo escenario, habían sido netamente superiores; en la ida de cuartos de la Euroliga, David Palma supo finalmente cómo desactivar la defensa en ‘M’ de las de Catania: Maica García por fuera y Katia Tankeeva por dentro. La rusa, cumplidora como segunda boya, ha sido otra de las claves de la mejoría del Astralpool como bloque durante el año. La reválida llegó el 1 de marzo, a dos semanas del confinamiento, reivindicándose en la Copa de la Reina. No fue la final más vistosa en Can Llong en cuanto a juego pero sí la más emocionante en años: una tanda de penaltis memorable contra un Terrassa heroico. El trofeo, eso sí, se quedaba una vez más en casa y los pilares de siempre seguían imponiendo respeto: Laura Ester bajo palos, el cerrojo de Mati Ortiz en defensa, la zurda de Judith Forca y la omnipresencia de Maica García.

Pero el coronavirus, de un plumazo, envió el deporte a un segundo plano. Y con él, la racha de títulos ligueros de la última década en Sabadell. La hegemonía que se había puesto en jaque en la piscina en los últimos meses por parte, sobre todo, de Mataró y Mediterrani, se rompía con un último movimiento en los despachos que fue muy protestado en Can Llong. Pasaron los meses sin waterpolo pero se iba gestando un nuevo proyecto, más versátil pero con un mismo objetivo: volver a reinar. Y con las neerlandesas Sabrina van der Sloot y Maartje Keuning, más la internacional Irene González, el rendimiento fue inmediato. Golpe de autoridad en la Supercopa de España… y poco más. Este tramo final de 2020 no nos ha brindado demasiados enfrentamientos de nivel más allá de un empate contra el ‘Medi’. Pero el 2021 que viene, toquemos madera, nos guarda lo mejor: regresa la Copa de la Reina, el ‘playoff’ de la liga y la Euroliga. Y regresan también las aspiraciones de ver al mejor Astralpool en el agua.