Cristina Ungo: la primera representante española en irse al extranjero

Hablamos y analizamos el waterpolo femenino, de principio a fin, con Cristina Ungo, una voz más que autorizada en el waterpolo catalán y femenino

Cristina Ungo es sinónimo de pionera, y es que no sólo fue parte de la primera selección española que disputó la primera competición internacional, sino que también fue la primera waterpolista española en jugar en el extranjero como profesional, cuando se marchó a Italia. Sus ganas e ilusión le permitieron seguir jugando, esta vez bajo los palos del CN Badia, hasta los 40 años.

– ¿Cómo era el waterpolo cuando empezaste a jugar?
“Nada que ver con el de ahora, tanto a nivel personal como deportivo/ profesional. Por aquellos entonces ningún equipo era profesional por lo que el esfuerzo era mayor. Recuerdo que algunas salíamos antes de la universidad o del puesto de trabajo para ir a entrenar al mediodía con nuestros clubes y en verano intentábamos cuadrar las vacaciones para poder ir con la selección. En verano era el único momento que había convocatoria de selección y que podíamos coincidir todas más o menos. A nivel de juego, te diría que en aquellos tiempos había equipos españoles con una gran técnica individual, quizás faltaba la gran cohesión como grupo equipo. Faltaban horas de entreno, horas de portería, horas de piscina entera para poder disputar un partidillo con otro equipo. Según el club donde estuvieras era complicado, muy complicado”.

– ¿En qué crees que ha cambiado el waterpolo femenino con respecto ahora?
“El gran cambio creo que está en que se haya convertido en un deporte profesional. El plan ‘ADO’ conseguido en el mundial del 2003 fue una gran inyección para el waterpolo femenino en España. A lo largo de estos años se ha visto el gran salto que ha dado el waterpolo español, como poco a poco ha ido ganando territorio hasta convertirse en uno de los más fuertes. La liga española es una liga deseada, antes nadie se hubiera planteado jugar aquí. El waterpolo femenino se ha dotado de una gran técnica, un juego rápido, perseverante, un juego ambicioso, miras los equipos y todos creen en ellos mismos, todos creen que pueden ganar. Además de tener unas jugadoras fantásticas, creo que actualmente España tiene magníficos entrenadoras y entrenadores, todos ellos están haciendo un gran trabajo”.

– ¿Crees que le queda camino por recorrer al waterpolo femenino? ¿Cuáles crees que son los pasos a llevar a cabo?
“Siempre hay camino que recorrer, pero superar el estado actual no sé si va a ser posible. Estamos en un gran estado de forma, hasta hace nada España era vencedora en todas las categorías a nivel internacional. Creo que hay que seguir trabajando así de bien, empezando por los clubs, que haya una liga tan competitiva es lo mejor para todos. Creo que hace años que no se vivía una Copa de la Reina como esta última, ojalá vengan más así”.

– ¿Cómo fue el momento en el que diste el salto a Italia?
“Ese momento no lo voy a olvidar nunca. Recuerdo que decía: ‘¿seguro, seguro que me queréis a mí?’ Creo que fue en Spilimbergo, en un torneo con la selección, allí había un ojeador, alguien que buscaba una portera para un equipo recién ascendido a división de honor en Italia. Por aquellos entonces la liga italiana era una de las más fuertes del mundo, así que imagínate mi cara. Dejar a mi equipo, el Catalunya, me costó horrores, me fui llorando de un club que había creído en mí y me había dado una gran oportunidad, pero sabía que me esperaba una de las ligas más fuertes del mundo, era una oportunidad única para formarme como portera, para aprender. En principio el contrato era de un año, pero me quedé 5 años defendiendo la portería del Lerici Sport (Liguria), viví una experiencia increíble. Allí el waterpolo femenino se vivía de una manera totalmente diferente a aquí, los aficionados pagaban por ver los partidos y las gradas estaban a reventar, los medios siempre hablaban de waterpolo, salíamos en programas de TV… Ahora por suerte esto ya pasa aquí, pero vivir todo este ‘boom mediático’ me pareció en su momento alucinante. En el 2003, y por prescripción médica tuve que abandonar mi aventura en Italia y en definitiva el waterpolo”.

– ¿Era diferente en aquella época el waterpolo en Italia con respecto a España?
“Era muy diferente. En aquella época Hungría, Italia, Rusia, Grecia, eran muy potentes. En todos estos países el waterpolo femenino era profesional, con el equipo ruso prácticamente no pasábamos ni de media piscina. El equipo italiano creo que tenía uno de los mejores equipos de la historia, eran equipos con una gran técnica. Creo que había un gran nivel de waterpolo fuera de España. Los equipos eran mucho más potentes en todos los sentidos. A pesar de todo, nunca perdimos la ilusión, nunca nos dimos por vencidas a pesar de todos los inconvenientes con los que nos cruzamos. Conseguir el plan ADO en el 2003 fue una gran satisfacción para aquel grupo”.

– ¿Mantienes ahora de alguna manera vinculación con el waterpolo?
“Hasta hace 3 años era entrenadora/jugadora del CN Badia, pero ya no. El buen papel de nuestras guerreras me hizo volver a la piscina con 37 años, me devolvió la ilusión por jugar de nuevo. Mi situación profesional actual y un accidente de coche volviendo de un partido hizo que dejara definitivamente, de nuevo, el waterpolo. Echo muchísimo de menos al estar alejada de este mundo que me ha dado tantas cosas. Pero feliz de estar fuera y ver los éxitos que está cosechando el waterpolo femenino español”.

twitter-bird@jplazar7

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