Cuando Jesús López volvió a nacer

Hace diez años el ahora responsable técnico del Waterpolo Albacete sufrió un episodio de muerte súbito que le hizo renacer ayudado del mundo del balón amarillo

Hace diez años Jesús López tenía 22 años y estaba terminado la carrera de Educación Física. Ese día tuvo un examen por la mañana y por la tarde volvió a casa para estudiar y descansar tras una intensa jornada de estudio. Después de una siesta, se marchó a entrenar. Por aquel entonces, el equipo afrontaba con ilusión el último tramo de la temporada. Tras regresar de entrenar, y tomar una cena ligera, Jesús no tardó en marcharse a la cama. Al día siguiente tenía un nuevo examen. A partir de entonces, su vida cambió por completo. «Recuerdo que sobre la doce de la noche me dio una sensación muy extraña. Me quedé dormido viendo la tele y acto seguido me desperté en el hospital. Me desesperé muy desubicado. Me había dado un episodio de muerte súbita», explica Jesús, quien tenía un síndrome llamado Wolf Parkinson White. «Es un síndrome muy raro que lo tiene entre el 0,1 y 0,3 de la población y consiste en que tenía una vía eléctrica adicional en el corazón, de nacimiento, pero pocas veces se activa esa vía supletoria y en el momento que se activó produjo un choque de la sangre que me acabó produciendo una parada cardiaca. La suerte que yo tuve que empecé a hacer ruidos raros y me vieron convulsionar y llamaron a la vecina, que curiosamente era enferma y me empezó hacer la RCP y creo que tuve hasta 3-4 paradas cardiacas. Hasta que no llegó la ambulancia y me pusieron el desfibrilador no se pudo estabilizar», explica diez años después el ahora responsable técnico del Waterpolo Albacete.

Una vez le estabilizaron y comenzó a progresar adecuadamente llegó el momento de comenzar a ser consciente del incidente médico en el que se vio abocado. «Por aquel entonces no me lo tome nada mal. Me desperté en el hospital que me tenían que operar. Me tenían que meter un cable por una arteria de la pierna y me tenían que quemar esa vía eléctrica. Fueron dos operaciones. Pero cuando me desperté y me lo explicaron, me vine arriba rápidamente. Suelo ser positivo en la vida y en ese momento lo vi así. Me pasó justo en el año 2010 cuando empezó el Mundial de futbol y me vino a la mente los casos recientes de Antonio Puerta o Dani Jarque, chavales deportistas aparentemente sanos que desgraciadamente fallecieron, yo tuve suerte de mi vecina y que no era mi hora. Y desde entonces entendí que en la vida había que centrase en cosas más importantes«, explica Jesús, quien tuvo un apoyo constante: el waterpolo.

«Me apoyé en el deporte para superarle«, reconoce el protagonista quien explica que llevaba un par de años en la natación, pero con el waterpolo le dedicaba por aquel entonces poco tiempo, a pesar de que le encantaba. «Acabamos de crear el nuevo club y los primeros partidos eran un par de semanas después, un torneo amistoso de verano, yo estaba deseando jugarlo hasta que me pasó esto», asegura López, quien no paraba de pensar en el waterpolo, al tener miedo de no poder reanudar la actividad deportivo. Por suerte, le permitieron volver a jugar pasados unos meses. «A las dos semanas de mi operación íbamos a jugar un torneo a Mallorca, ‘El Trofeo Ciutat de Palma’ y yo quería que ir, pero luego me engañaron y los médicos me dijeron que no me aconsejaron los viajes en avión, fue una mentira piadosa para que me quedara en casa descansando. Y me quedé en casa viendo el Mundial de Futbol. El waterpolo para era algo fundamental y me ayudo a para poder superarlo«, concluye.

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