David Martín: identidad propia, constancia y una controlada dosis de perfeccionismo

Todo comenzó en 2017 con el cambio del capitán del barco, David Martín, iba a sustituir a Gabi Hernández tras la debacle en los últimos Juegos de Río — La selección española quedó séptima tras caer frente a Grecia, su peor clasificación desde Múnich ‘72 —. Tras ese tropiezo y con la intención principal de reestructurar la selección iba a asumir el cargo David Martín. Su aventura, pero sobre todo un gran reto de formar una selección competitiva, iba a comenzar con el Campeonato Mundial de Budapest de 2017 en el cual la selección obtuvo un noveno puesto que reflejaba el trabajo que tenía el recién llegado David Martín. El Campeonato Europeo de Barcelona (2018) con la selección española jugando en casa, concretamente en las piscinas Bernat Picornell, iba a dar inicio a una selección que como ha sido visible en este último Mundial en Budapest ha vuelto a dejar el listón muy alto. Tras un primer año en el que David Martín tuvo que trabajar para reconstruir la selección. En 2018 y con la oportunidad de hacer algo bonito en Barcelona, la selección española generaría una ola de afición por el waterpolo nacional como respuesta a un sensacional europeo. En una entrevista en el peródico El País, el propio David Martín daba las claves a nivel físico para poder superar a los combinados balcánicos. Una superioridad balcánica que es habitual en el waterpolo, pero que selecciones como España la combate y en muchas ocasiones con gran éxito.

Pero el trabajo de David Martín no es solo físico y táctico, sino que también es mental. Esta vez en la Voz de Asturias daba las claves para cómo se afronta un torneo europeo frente a tu afición. Como parte de la preparación, la selección española visionó en Barcelona el documental gallego «Máis ca Vida», un trabajo que se centra en la capacidad de superación de personas con discapacidad, grabado por el ourensano Rubén Riós. Los siguientes retos iban a ser el Campeonato del Mundo de Gwangju y el Europeo de Budapest. En ambos torneos la selección comandada por David Martín dejó grandes actuaciones a pesar de caer en las dos finales. El trabajo de David Martín ya era visible en una selección que comenzaba de nuevo a colarse entre las mejores selecciones y sobre todo lograba mostrarse competitiva y ambiciosa. Unos aspectos que también fueron visibles en los Juegos de Tokio 2020 en los cuales la selección española quedó cuarta y sin poder optar a medalla, pero volviendo a mostrar su potencial. Tras una fase de grupos excepcional en la que la selección quedó primera en un grupo con rivales como Croacia, Serbia y Montenegro. Sin embargo, un cruel desenlace dejó a España fuera de la final, la selección de David Martín cayó 10-9 frente a Serbia y más tarde en la pelea por el bronce contra Hungría. En Budapest y tras vencer a Italia en penaltis pueden decir que son campeones del mundo tras años intentando que la suerte en las finales se decantase del lado del cuadro nacional. Desde entonces, el mayor de los éxitos que ha protagonizado este grupo (con la notable figura de Felipe Perrone, al extensión en el agua de David), es haber logrado una regularidad. Es más, es la única selección que desde el 2018 se ha mantenido entre los cuatro mejores clasificados en las principales citas internacionales, y a excepción de una, en el resto de los Campeonatos se subió al podio. El oro en el Europeo en Zagreb y el bronce en el Mundial de Doha es sólo el reflejo de la constancia que ha imprimido David Martín entre los suyos. Ese mismo ADN que hacía diferente a David en su etapa como jugador en activo, se ve en cada partido, y en cada cita. Veremos hasta donde llega la capacidad regular y ascendente de cara a la gran cita para este grupo graduado y madurado: los Juegos Olímpicos de este verano en París.