Cuando después de un partido, tu compañero es halagado por el evaluador y la gente que se le acerca y a ti solamente te saludan, no digo nada raro, tienes diversas opciones de pensamiento y comportamiento. Stephen Covey, decía que la libertad es el espacio que hay entre un estímulo y nuestra respuesta. Me parece algo esencial, el percibir estos estímulos en su parte positiva y de esperanza mirando al futuro, me explico. Depende de uno mismo como canalizamos las emociones y cual es nuestro diálogo interno sobre cualquier aspecto.
En este caso concreto, pensar que he arbitrado con alguien que lo hace muy bien, que he compartido su gran arbitraje y además hemos producido una buena sinergia. Esta anécdota me sirve para definir el coaching como un proceso interno de cambio orientado a la acción para alcanzar nuestros objetivos usando nuestro potencial. El coaching no es solamente una técnica psicológica sino, y mucho más importante, una filosofía de vida. Percibir el arbitraje desde el coaching te da una mirada aunque ni es la única, ni la verdadera, cada uno tiene sus opciones y son tan buenas como cualquier otras.
Un arbitraje de calidad
Me gustaría apuntar que los inicios del arbitraje normalmente lo hacemos en un doble arbitraje, tenemos otros aspectos iniciales que aún no controlamos. La mayor diferencia entre el doble arbitraje y el compartido es que en el doble arbitraje hay 2 árbitros y 2 arbitrajes y en el compartido es un solo arbitraje, me parece un reto fantástico porque esta comunión, sincronía, sinergia me parece de alta calidad y que merece todo nuestro reconocimiento a quienes lo consiguen.
Entonces, cuando decimos quien ha llevado el peso del partido, no solamente favoreces el doble arbitraje sino que parece como si liderar sea un lastre una remora porque llevamos al compañero a rastras. Creo, que hemos de ir hacia la compenetración 10.Otro aspecto destacable es como entendemos la intercompetencia, ¿es positiva? ¿Es negativa? ¿Es agresiva? ¿Suma?…
La autoconfianza en nuestras posibilidades también ayudan en donde ponemos el foco los demás, si creemos que lo hará mejor así sucede estamos encima, apreciamos. Somos capaces de disfrutar del camino sin dejar de mirar hacia el resultado y también y muy importante entendemos que podemos ayudar en el arbitraje y podemos evitar el señalar al compañero, esto me parece que hemos de estar en una paz interior superlativa.
Por último, el pensamiento lineal donde hay una causa-efecto, o donde hay una acción conflictiva y tiene una solución puntual pasa a un pensamiento sistémico donde estamos todos formados por sistemas interrelacionados por lo que no se pueden analizar las jugadas aisladas porque influyen los sistemas que hay como también podemos arbitrar interviniendo en otro sistema como puede ser, el banquillo, el entrenador, el capitán, el delegado de campo,etc.