El compromiso de Miguel Murillo

De la mano de uno de nuestros columnistas de cabecera conocemos a un amante del waterpolo que más allá de ser ex - jugador, entrenador y docente ha profundizado en los aspectos y evidencias científicas

Necesitamos más programación y planificación basada en evidencias. Afortunadamente, cada vez hay un mayor número de investigaciones que pueden servirnos de aproximación, de pista de aterrizaje. No es un copiar y pegar; más bien, contextualizar, diseñar y crear. Salir de la zona de confort. Aprender a desaprender. Crecer. Así, debemos buscar un equilibrio entre las experiencias vividas y las evidencias científicas. Y para ello, necesitamos poder y querer acceder a las publicaciones de nuestros compañeros y compañeras, poder y querer leerlas y estudiarlas, sacar conclusiones, y determinar acciones. Lamentablemente, no siempre son accesibles los textos ni el lenguaje empleado. De hecho, la mayoría son de pago (no todos). Asimismo, todavía no hay cultura científica en nuestra sociedad. Reflexionemos.

Uno de esos compañeros y amigo es Miguel Murillo Ezcurra. Exjugador de waterpolo, exentrenador, y actualmente, docente. Esta es su historia.

A) DEPORTISTA

¿Cómo conociste el waterpolo?
«De casualidad. Durante la etapa primaria en el CEIP Ángel Escoriaza acudía con mis compañeros de clase a los cursos de natación escolar que organizaba el Ayuntamiento de Zaragoza. Una vez a la semana, al terminar las clases de la mañana, íbamos al CDM Alberto Maestro y recibíamos una sesión de 45 minutos. Al finalizar segundo de primaria, me invitaron a las pruebas de acceso de la Escuela Waterpolo Zaragoza. Fue la primera vez que me tiré en la piscina del Parque de Bomberos N.º 1. A las semanas, me dijeron que estaba admitido».

¿Dónde te formaste y jugaste?
«Comencé a jugar en la Escuela Waterpolo Zaragoza en la temporada 1997-1998, permaneciendo en ella hasta la campaña 2005-2006. En la temporada 2006-2007 y 2007-2008 estuve jugando en el Estadio Mirabueno El Olivar. Durante esos dos cursos tuve la suerte de poder entrenar asiduamente con el equipo de División de Honor PLAZA. Agradezco mucho a Ignacio Lobera la oportunidad que me dio de compartir entrenamientos con jugadores internacionales. Fueron dos años donde aprendí mucho. En la temporada 2008-2009 volví a la Escuela Waterpolo Zaragoza, coincidiendo con su independencia de la Federación Aragonesa de Natación. Nos juntamos de nuevo muchos compañeros que tuvimos que abandonar años atrás la institución y, después de varias campañas intentándolo, conseguimos ascender y jugar en Segunda División Nacional en la temporada 2012-2013. Sin duda, el momento deportivo más relevante. No por el hecho en sí mismo, si no por haberlo logrado con los compañeros de siempre en el lugar donde empezamos. Demostramos que nosotros también podíamos. Por desgracia, nuestro sueño fue un suspiro. A pesar de alcanzar la séptima posición y lograr la permanencia, el equipo se deshizo. El poco interés del club, el cierre del Parque Deportivo Ebro y el hecho de que los jugadores tuviéramos que sufragar todos los gastos precipitó el fin de nuestra aventura. No obstante, intentamos un último baile en el Stadium Casablanca durante las temporadas 2013-2014 y 2014-2015. Clasificamos ambas temporadas para la fase de ascenso, pero no pudimos pasar de semifinales en ninguna de las dos. Si no recuerdo mal, en la primera subió CN Granollers y en la segunda CN Montjuic. Después de esas dos experiencias, decidí poner punto final a mi etapa como jugador. Me abría gustado seguir un poco más, pero no fue posible».

B) INQUIETUDES

¿Por qué estudiaste Ciencias de la Actividad Física y del Deporte?
«Siempre me ha encantado el deporte y todo lo relacionado con él. A pesar de que algún profesor me intentó convencer para hacer primero Magisterio y luego CCAFD, tenía claro desde el principio cual era mi primera opción. Quería formarme para ser un profesional del deporte, adquiriendo conocimientos que me permitieran mejorar mi disciplina».

¿Alguna formación más a tener en consideración?
«Mientras estudiaba la carrera hice el curso de entrenador auxiliar de waterpolo y, después el de entrenador superior. Para completar mi formación, realicé también el curso de entrenador auxiliar de natación. En el ámbito académico, cursé el Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas, Artísticas y Deportivas y luego, a recomendación de mi tutor, el Máster en Aprendizaje a lo largo de la vida: Iniciación a la Investigación. Este último me permitió ingresar en la Escuela de Doctorado».

¿Por qué la tesis sobre waterpolo?
«Tenía claro que quería hacer algo relacionado con el waterpolo porque hay muy poco conocimiento científico sobre nuestro deporte. Además, la mayor parte de los estudios se han centrado en parámetros físicos desde diferentes ciencias o el análisis de juego, habiendo una falta clara de trabajos en otros campos como el de la psicología del deporte».

¿Por qué centraste tu trabajo en variables psicológicas?
«Durante mis primeros años dirigiendo equipos de waterpolo, mi mayor preocupación era saber transmitir los aspectos técnicos y tácticos para que el equipo jugara tal y como yo quería. Con el paso del tiempo, como suele ser normal en cualquier estudiante de CCAFD, empezó a interesarme mucho tanto la preparación física general como la específica del waterpolo. No obstante, hacia el final de la licenciatura y después de cursar un par de asignaturas relacionadas con la psicología, me empezó a llamar la atención el análisis de la conducta y los procesos mentales de los individuos y de grupos humanos en distintas situaciones y contextos deportivos. Por ello decidí, junto con mis tutores y compañeros del grupo de investigación, que mi tesis doctoral intentará aportar evidencias científicas sobre la importancia de las variables psicológicas en el rendimiento deportivo».

¿Qué conclusiones sacaste?
«Los resultados que obtuvimos señalan que los entrenadores de waterpolo deben crear en sus entrenamientos y durante los partidos entornos de aprendizaje donde los jugadores perciban que se fomenta su autonomía, se favorece su competencia y se promueven las relaciones sociales. Esto puede permitir que los jugadores desarrollen una motivación más autodeterminada. Es decir, que los deportistas practiquen deporte por su propia voluntad, sin sentirse presionados u obligados a hacerlo. Si bien es cierto que la motivación controlada, practicar por razones como la obtención de recompensas o la evitación del castigo, puede ser fuerte y eficaz, solo predice cambios de conducta a corto plazo y, como se infiere de los hallazgos de nuestra investigación, no se correlaciona con la diversión. En cambio, cuando la motivación es más autodeterminada, se aprecian puntuaciones más altas de diversión y la probabilidad de que los deportistas se comprometan a largo plazo aumenta. Pero la clave de todo este proceso la tienen los entrenadores. Como hemos comentado al principio, son los entrenadores los que pueden desencadenar un proceso psicológico positivo o negativo. No se puede pasar por alto que los resultados señalan que, si bien algunos comportamientos de los entrenadores como el control de recompensas pueden no llegar a ser percibidos como estrategias de control por los jugadores, parece que su presencia podría estar relacionada con el desarrollo de una motivación menos autodeterminada, lo que repercute, como hemos dicho antes, negativamente tanto en la diversión como en el compromiso deportivo. Ni que decir tiene que conductas como la intimidación o el control personal pueden producir niveles más altos de desmotivación, reduciendo considerablemente el compromiso deportivo de los jugadores. En definitiva, se hace patente la necesidad incluir herramientas formativas que ayuden a los entrenadores a ser plenamente conscientes de las conductas que desarrollan y de cómo estas son percibidas por sus jugadores ya que pueden afectar negativamente a los procesos motivacionales de estos».

C) ENTRENADOR

¿Experiencias?
«Mi primera experiencia como entrenador fue en el Estadio Mirabueno el Olivar durante la temporada 2007-2008 con el equipo alevín. En las temporadas 2008-2009 y 2009-2010 estuve en la Escuela Waterpolo Zaragoza dirigiendo equipos de categorías y al equipo femenino que participaba en la Liga Euskal Herria. Después de un parón, durante las campañas 2013-2014, 2014-2015 y 2015-2016 fui entrenador de categorías en el Stadium Casablanca. Mi última experiencia hasta la fecha fue en San Sebastián, donde ejercí como director deportivo y entrenador de todas las categorías del Club Waterpolo Donostia en los cursos 2016-2017 y 2017-2018».

¿Aprendizajes?
«Que los jugadores jóvenes pueden desarrollar una inteligencia táctica individual y colectiva muy por encima de lo que los entrenadores creemos. Todo se reduce a principios de acción y su aprendizaje a través del juego. ¿Por qué debemos hacer el campo ancho y profundo en una transición ofensiva? Un jugador benjamín puede comprenderlo si se le dan las herramientas correctas».

¿Si volvieras a entrenar, qué cambiarías de tu versión anterior?
«Creo que la formación continua que experimenté mientras ejercía como entrenador hizo que mi primera versión como entrenador se pareciera poco a la última. Aún así, creo que siempre podemos escuchar más y hablar menos. A todos se nos olvida nuestra visión como jugadores cuando nos hacemos entrenadores. Para recuperarla, hay que hacer un esfuerzo por dejar hablar a nuestros pupilos, tengan la edad que tengan. Una decisión consensuada siempre es mejor que una impuesta».

D) PROFESIÓN ACTUAL

Desde el curso 2018-2019, me dedico a la enseñanza. Compagino mi puesto de profesor interino en institutos públicos aragoneses con contratos de profesor asociado en la Universidad de Zaragoza. También dirijo una Asociación que tiene como objetivo integrar a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social a través del deporte. Sueños/retos. A nivel académico-profesional-personal. De momento, no tengo nada nuevo en el horizonte inmediato. Es cierto que me gustaría poder compaginar mi labor docente con la de entrenador ya que tuve que dejar de lado lo segundo cuando volví a Zaragoza para terminar mi tesis doctoral. Me encantaría ayudar a que hubiera más equipos aragoneses, masculinos o femeninos, en competiciones nacionales. O, simplemente, que hubiera más equipos de waterpolo en Aragón. Es muy triste ver como otras comunidades autónomas han evolucionado muchísimo y nosotros seguimos igual que hace veinticinco años.

Investigación. Últimos años, temáticas. ¿Qué te gustaría?
«Como es normal, las últimas publicaciones que hemos realizado están relacionadas con el ámbito de la psicología del deporte. Hemos publicado tres estudios donde analizados el impacto que tienen las conductas del entrenador en los procesos motivacionales de los jugadores. Aún nos quedan por publicar un par de trabajos más dentro de este campo. En uno realizamos una comparación entre la percepción de jugadores y entrenadores sobre las conductas y comportamientos de estos últimos. En el segundo, queremos comparar la percepción del entrenador sobre sus conductas con la percepción de observadores externos mediante grabaciones. Ambos trabajos están encaminados a tratar de comprender mejor como interactúan los entrenadores con sus jugadores. En un futuro me gustaría investigar sobre otros aspectos que considero pueden ser relevantes. Por ejemplo, tiempo real de juego en competición y percepción de competencia».

¿Qué te parecería la propuesta de organizar un Simposio de Waterpolo e Investigación?
«Creo que sería muy interesante realizar un congreso con los últimos avances científicos que pueden aportar mejoras a nuestra disciplina. No obstante, pienso que es algo que no puede partir de un individuo o un colectivo concreto. Deben ser las federaciones las que promuevan la expansión del conocimiento. No hay que olvidar que, en nuestro deporte, la Real Federación Española de Natación es la encargada en exclusividad de la formación de sus técnicos, puesto que todavía no está recogida dentro de las Enseñanzas Deportivas de Régimen Especial. Esto implica y exige una constante renovación de conocimientos para mantener actualizados a los profesionales que se dedican a formar deportistas».

¿Algo más que te gustaría añadir?
Muchas gracias por darme la oportunidad de compartir nuestra investigación.

Un privilegio Miguel.

Artículos de interés:
· Abós, Á., Murillo, M., Sevil-Serrano, J., & Garcia-Gonzalez, L. (2021). How coaches’ need-supportive and controlling behaviors are related to different (mal) adaptive outcomes in water polo players: A person-centered approach. Current Psychology, 1-12.

· Murillo, M., Abós, Á., Sevil-Serrano, J., Burgueño, R., & García-González, L. (2022). Influence of coaches’ motivating style on motivation, and sport commitment of young water polo players. International Journal of Sports Science & Coaching, 17(6) 1283-1294.

· Murillo, M., Sevil-Serrano, J., Abós, Á., & García-González, L. (2021). Estrategias didácticas y motivacionales para entrenadores de waterpolo. RFEN: Comunicaciones técnicas, 3, 4-11.

· Murillo, M., Sevil-Serrano, J., Abós, Á., Samper, J., Abarca-Sos, A., & García-González, L. (2018). Análisis del compromiso deportivo de jóvenes waterpolistas: un estudio basado en la teoría de la autodeterminación. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 13(1), 111-119.

· Murillo, M., Sevil-Serrano, J., & García-González, L. (2021). Estilo motivacional, motivación y compromiso deportivo en waterpolo. RFEN: Comunicaciones técnicas, 4, 4-13.

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