El constante crecimiento del Waterpolo Urgara Txingudi

Este club de reciente creación tras la escisión del Bidasoa XXI continúa en total crecimiento con un mayor número de deportistas y bajo la idea de prolongar en el tiempo el reto de promocionar la actividad del waterpolo en la región

Desde la escisión del Bidasoa, la evolución del Waterpolo Urgara Txingudi es una realidad constante. «Después del duro trabajo realizado la temporada pasada, ahora estamos contentos con la incorporación esta temporada de bastantes niños y niñas en categoría de escuela, algo que es importante para que la masa social del club siga creciendo«, comenta a WATERPOLISTA.com la cabeza visible de la entidad, Ana Olazábal, quien considera que lo mejor en este tiempo ha sido «la inmensa satisfacción de ver como todos los chavales aman este deporte, y tienen la oportunidad de crecer y desarrollarse en un ambiente saludable«. Sin embargo, entiende a su vez que lo peor hasta el momento ha sido «la falta de disponibilidad de lámina de agua y el desconocimiento por la práctica de este deporte en la comarca», puntualiza sobre el actual momento de una entidad que cuentan con 76 deportistas, de los cuales 38 están en edad escolar (categorías de alevin, benjamin, a los cuales se les inicia a la natación, infantil y cadete). El resto son categorías juvenil y absolutos. Y es que tal y como desvela la línea de trabajo del club está basado en una estructura dividida en departamentos y llevada por padres y madres voluntarios del club. Desde el departamento de contabilidad, hasta el deportivo pasando por funciones derivadas de diversos ámbitos como el de desplazamientos o el federativo e institucional.

Bajo estas premisas, el club se plantea una propia hoja de ruta: «diría que los objetivos no los diferenciamos a corto y largo plazo sino que siempre los tenemos presentes. Y esto pasa por ofrecer una actividad física y deportiva en el ámbito de la salud para niños y adolescentes. Complementar a través de la actividad física y deportiva, la labor formativa desarrollada en los centros educativos, especialmente en lo referente a los valores y hábitos de vida saludables. Además adaptar esta actividad a la competición y a las finalidades y necesidades de cada etapa educativa, más allá de fomentar la visibilidad del waterpolo para la captación de niñ@s en edad escolar, colaborando y ofreciendo a los colegios la posibilidad de probar y conocer más sobre la actividad del waterpolo para que los niñ@s tenga n la oportunidad de ampliar el abanico para la elección de sus actividades», explica Olazábal, quien desvela que su sueño en el plano colectivo se centra en «crecer en número de participantes y en visibilidad de la actividad y poder disponer para crecer de más horas de lámina de agua y como he mencionado antes la creación de un grupo de máster con chaval@s que hayan tenido en su día que dejar de practicar el waterpolo por falta de tiempo o por incompatibilidades con los estudios o el trabajo, para que así puedan retomar esta actividad como hobby«, explica la dirigente del Urgara Txingudi, quien a su vez considera que la filosofía del club pasa por «concienciar a los chavales que deporte es sinónimo de mente y vida saludables y para ello invertimos nuestro tiempo en potenciar el desarrollo de todos y cada uno de los jugadores», sentencia.

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