El último servicio de Álvaro Romero

El ya experimentado jugador madrileño fue pieza clave en que el CNW Majadahonda lograra el ascenso a Segunda División antes de que decidiera dejar el waterpolo, por el momento

En el deporte, y de forma particular en el mundo del waterpolo, la experiencia es un grado y eso es algo que tiene muy claro un jugador del perfil de Álvaro Romero, quien por ahora ha decidido dejar a un lado el waterpolo. Pero antes de ello, consiguió uno de sus últimos éxitos: ser pieza clave del ascenso del CNW Majadahonda a la Liga de Segunda División Masculina. “Únicamente se puede valorar de manera positiva, el club hizo un buen trabajo el año pasado para poder estar en esta fase, y pese al año atípico que hemos tenido que vivir todos, se hicieron las cosas bien para poder disfrutar de la fase. Una vez ahí, hay que ganar y demostrar que el equipo es de liga nacional. Así se hizo, por tanto, muy contento”, explica a WATERPOLISTA.com el deportista madrileño quien valora de forma positiva su participación en esta gesta de la entidad. 

Sin embargo, entiende que “lo único en lo que puedo poner un pero es a que podría haber estado en mejor forma para jugar la fase, pero las circunstancias en Madrid me impidieron poder disfrutar de una buena puesta a punto. Aún así, como ya te he dicho el objetivo era subir, más allá de individualidades, el equipo tenia que ganar y lo consiguió. Eso hace que de manera personal me sienta muy contento de haber podido aportar mi granito de arena”, asegura el jugadora que desvela que para él este ascenso a Nacional logrado con el Majadahonda, «supone una alegría enorme ver como un equipo que lleva formándose desde hace muchos años, haciendo las cosas bien en categorías y formando muchos jugadores, con un gran entrenador, consigue poner al club en Liga Nacional. Puede parecer un logro menor, pero hay que reconocer el increíble mérito que tiene crear un equipo desde cero y conseguir con chicos jóvenes y de la casa subir a Segunda División”. “Estoy muy orgulloso de haber podido disfrutar con ellos el éxito que supone para el club y deseando ver como progresan, hay calidad en el agua y en los banquillos para conseguir las metas que se propongan”, añade Romero. 

“En unos años si que me veo ligado al waterpolo, no en el agua ni el los banquillos, pero si de alguna manera que me permita ayudar a los clubes a crecer”

Álvaro Romero

En este sentido, Álvaro siempre ha tenido una estrecha vinculación con el Real Canoe. “Estoy muy agradecido a este último año en las filas del Canoe. Es el club de mi vida y volver a jugar con amigos y sentir de nuevo la competición que supone División de Honor es una maravilla. He podido disfrutar un año con mi hermano pequeño, que nos separan nueve años, entrenar y jugar con el, para mi no tiene precio. Como a todos, me hubiera gustado que el año hubiera sido diferente, creo que el equipo tenía aún que demostrar el nivel al que podía jugar y creo que se estaban haciendo las cosas bien para el último tramo de temporada sumar más puntos de los que veníamos haciendo.  A nivel personal, creo que conseguí mostrar un buen nivel, pero dos años sin estar en la liga te descuelgan un poco del nivel competitivo y creo que por ahí tenía mucho margen de mejora, que estoy convencido que podría haber alcanzado”, explica el deportista, que ahora se mantendrá vinculado al waterpolo como un aficionado más. “Intentaré disfrutar desde la grada o desde la televisión (como el virus lo permita) del waterpolo. Más adelante no lo sé, en mi cabeza no pasa el volver a jugar, pero nunca se sabe, hoy por hoy diría que no. En unos años si que me veo ligado al waterpolo, no en el agua ni el los banquillos, pero si de alguna manera que me permita ayudar a los clubes a crecer. Por el momento trataré de disfrutar de este bonito deporte”, concluye. 

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