El waterpolo sin presencia televisiva, no terminará de crecer como queremos

Para llegar a competir con disciplinas deportivas con más arraigo social e histórico, y sobretodo con mayor apoyo popular y económico, el waterpolo como deporte global se debe emplear a fondo a la hora de crecer exponencialmente su presencia e impacto entre el público generalista, sin obviar que es imprescindible fidelizar al aficionado al waterpolo. Y por aficionado me refiero a waterpolistas de base, familiares de estos y toda persona que tenga algún vínculo (por mínimo que sea) con el balón amarillo. Para ello es primordial que el seguimiento a nivel de comunicación de nuestras principales competiciones esté a la orden del día, y sirva de vaso comunicante a través de retransmisiones que acerque el día a día del deporte y en particular los tramos más decisivos de los Campeonatos. Ejemplo de ello han sido los recientes playoffs por el título de División de Honor. Las finales se han podido seguir a través de Teledeporte y Esport3, ya sea en su versión análogica o a través de web o aplicaciones móviles.

A lo largo de las últimas temporadas, la Champions League Masculina se ha consolidado en la parrilla televisiva cada semana, aunque el gran protagonismo suele residir cada año en las citas internacionales tipo Mundiales y Europeos, donde las selecciones españolas pasan a un primer plano, debido en gran parte a que durante los meses estivales la afluencia de citas de otros deportes mayoritarios es menor. Esto sumado a los grandes éxitos de los equipos nacionales, provoca un incremento considerable de espectadores generalistas viendo waterpolo, algo que a posteriori ayuda a que un porcentaje de niños y niñas (por poco que sea) se interesen en el  waterpolo, y se acerquen al club más cercano para iniciar su práctica.

Y para ello no basta con el streaming semanal de los partidos de División de Honor, que aunque son importantísimos y juegan un papel determinante, no copan la necesidad inherente que ansía el balón amarillo en España, principalmente porque estos streaming los siguen en un alto porcentaje seguidores ya habituales de nuestro deporte. Eso no quita (y reitero) que es crucial que se mantengan e incluso se mejore la calidad para potenciar la pasión de una comunidad ya asentada.

Sin embargo, hay una realidad difícil que discutir: lo que interesa al waterpolo es que sus partidos se emitan en televisión, y por abierto, puesto que de esta manera el ‘nicho’ de espectadores generalistas es mucho mayor. Y doy un ejemplo. El pasado jueves Teledeporte emitió el segundo partido de la final femenina entre CN Mataró y CN Sabadell en la Joan Serra. El partido era a las 19.30 horas, y a mi me pillaron los dos primeros tiempos en el gimnasio. Allí cuentan con 10 televisores repartidos por todo el local. Y es habitual que durante las 15 horas que está abierto emitan de forma continúa la programación de Teledeporte, como en otros gimnasios o incluso en bares y cafeterías. Ese día, una vez comenzó el partido (y eso que iba sin audio) se conglomeraron frente al televisor varios grupos de personas que estaban entrenando, y no eran capaces de quitar ojo alguno al partido, comentando incluso las jugadas. Y yo sin vergüenza alguna, les pregunté si tenían alguna relación con el waterpolo y todos me dijeron que no, pero que sí que lo veían cuando lo echaban por la tele. Ellos son solo un ejemplo de ese perfil de aficionado al deporte que se interesa por disciplinas deportivas más allá de fútbol o baloncesto, y para lograr fidelizarlos hay que ponerles las cosas fáciles. Hay que dejarlo en bandeja. A tiro de piedra. Ellos no van a seguir un partido por streaming, pero si que lo harán si lo emiten por televisión.

Posiblemente lo expuesto es una obviedad, pero visto lo visto, no está de más insistir de vez en cuando.