Francesco G. Ladisa dice adiós con la satisfacción de haber disfrutado del waterpolo

Varios son los motivos que les ha llevado a Francesco G. Ladisa a colgar el gorro. «El principal una nueva oportunidad laboral en la que tendré que viajar más a nivel internacional, otro de los motivos de peso es que mi hijo está creciendo muy rápido y cada vez necesita más atención (y más energía) y por último también el hecho de que alguna vez en el agua mi cabeza pensaba una cosa y el cuerpo hacia otra cosa«, reconoce a WATERPOLISTA.com un deportista de enorme experiencia que considera que su trayectoria ha sido «muy positiva». «He tenido la oportunidad de jugar durante más de 20 años en varias ligas nacionales en diferentes países mejorando cada vez más desde un punto deportivo y personal. He podido lincenciarme en ingeniería industrial, tener una familia y seguir entrenándome cada día disfrutándolo como un niño. Creo que mi carrera me ha dado más de cuánto me esperaba», explica un jugador que hasta los 35 años se ha mantenido en activo por medio Del Real Canoe NC en la División de Honor. «Ha sido una temporada muy positiva». «Hemos ido de menos a más, los chavales han mejorado mucho a lo largo del año y hemos luchado en cada partido contra cada adversario. Desde el punto de vista personal ha sido un reto conmigo mismo para aguantar un año más y creo que lo he conseguido entrenando cada día y dándolo todo en el agua«, puntualiza.

En este sentido, Francesco pone fin a una etapa de vida pero lo hace con orgullo y una gran satisfacción. «Seguramente lo mejor ha sido la gente que he conocido durante todos estos años que me han hecho mejorar no solo como jugador, sino también como persona. En cada equipo (Bari Nuoto, Voghera, Bilbao, Concepción y Real Canoe) me he sentido muy a gusto y algún compañero lo considero práticamente parte de mi familia. Lo peor probablemente han sido las lesiones que me han alejado varias veces del agua y me han hecho perder un par de «trenes» importantes desde de un punto de vista waterpolistico», comenta un jugador que le guarda especial cariño a su último equipo. «Para mi el Real Canoe NC ha sido la guinda del pastel de mi carrera deportiva. Jugar en un equipo que ha ganado dos ligas a lo largo de su historia ha sido para mí un gran motivo de orgullo. Además es un club fantástico con grandes profesionales y con unas instalaciones muy buenas. De hecho en los ratos libres suelo llevar a mi hijo a jugar allí porque me siento en familia y me hace feliz que conozca nuevos amigos en el club«, detalla, así como desvela que de alguna u otra manera seguirá vinculado al balón amarillo. «Entre otras cosas, jugando con el equipo máster. He tenido ya la oportunidad de entrenar con ellos y es un grupo de gente muy buena y divertida. Y luego quizás si a mi hijo cuando será mayor le gustará el waterpolo, estaré ahí apoyándolo«, concluye.

@etoster