Francesco Guiseppe: “Este año es un regalo y un honor”

Analizamos la situación del AR Concepción, equipo de Liga PREMAAT que peor lo tiene para mantenerse en la categoría reina, con Francesco Guiseppe, el veterano del equipo y uno de los pocos jugadores de la actual plantilla que se mantienen tras el ascenso en el curso pasado

Tras el ascenso la temporada pasada de la Concha, hubo un cambio radical en la plantilla, manteniéndose apenas cuatro jugadores, entre los que destaca Francesco. Y es que, tras llevar 21 años vinculado al waterpolo, de los cuales 17 han sido en ligas nacionales (tanto en Italia como en España), este año afronta una de las temporadas más complicadas pero, a la vez, más ilusionantes de su carrera. Empezó jugando en su ciudad natal, en el Bari Nuoto, donde ha estado gran parte de su carrera. Más tarde, cuando vino a España estuvo jugando en el CD Bilbao, hasta llegar en 2014 a la Concha. Entre sus éxitos más reseñables destacan, por supuesto, el ascenso de la temporada pasada y varias pre-selecciones con Italia sub 18, entre otros.

– ¿Cuáles son las diferencias más notables entre el waterpolo de Italia y el de España?
“Si hablamos de las ligas nacionales (Primera y Honor), en Italia hay más nivel ya que se invierte mucho más dinero y los jugadores están pagados. Eso sí, los primeros cinco equipos de aquí podrían competir perfectamente contra los equipos de la A1. En categorías inferiores se trabaja mucho mejor en España. Por ejemplo, en Italia no existe el CAR, y esto se nota».

– ¿Cómo valoras este año en la Concha?
“Es todo un reto. Soy el más mayor del equipo, se ha ido la columna vertebral… No obstante, las ganas de jugar son incluso más que el año pasado, parezco un niño en su primer partido. Veo a los chavales que nunca han jugado en liga nacional mejorar cada semana, con entrenos muy duros a los que no estaban acostumbrados. Es un honor jugar con estas personas que lo están dando todo y ser como una referencia para ellos. Es algo totalmente distinto al año pasado pero no por ello tengo menos ilusión, al contrario, va a más».

– ¿Cuál es tu rol este año en el equipo?
“Al ser el más mayor, creo que es ser un líder dentro y fuera del agua. Dentro dando consejos por la experiencia que tengo y puedo aportar, y fuera para mantener un grupo unido a pesar de los resultados que están llegando».

– ¿Qué objetivos os habéis puesto este año? ¿Qué es lo importante?
“Que el equipo mejore en cada partido, independientemente del resultado. Creo que los chavales lo están demostrando, se empeñan al máximo, y en cada partido se ven mejoras. Estoy más contento cuando un pequeño marca que cuando lo hago yo. Ver sus caras de felicidad… creo que no hay resultado que compense eso. Si ganáramos algún partido sería increíble, pero hay que ser realistas y hay que centrarse en la mejora de cada uno».

– ¿A qué se debe la juventud del equipo? (17´3 años de media)
“Los mayores del año pasado, por razones personales, han querido concentrarse en otras cosas. Aunque a mí, personalmente, me extraña mucho. En Bari, cuando se asciende, hay cola para poder jugar. Es cierto que aquí también entraría un tema económico, pero para mí, el jugar con los mejores va más allá del dinero. Eso sí, yo estoy contentísimo con esta juventud».

– ¿Por qué no hubo fichajes este verano tras la salida de tantos jugadores?
“Eso creo que es por dos motivos. Uno porque la gente no se quiere comprometer a jugar a este nivel, no quiere tener un sacrificio tan alto. Por un lado lo entiendo, porque gente con 30 años, que ya ha jugado en División de Honor… Pero que gente de 20 no quiera porque los entrenos son muy duros, eso sí que no lo puedo entender. Entonces, no ha habido fichajes porque la gente no ha querido comprometerse».

– ¿Ves evolución desde que comenzarais en septiembre con respecto a ahora?
“Claro. Al principio para los chavales fue muy impactante. No habían jugado en liga nacional y llegan a Honor, con todo lo que conlleva. Por ejemplo, antes ni siquiera podían coger buenas posiciones para atacar, ahora ya se mueven más. Va por buen camino».

– ¿Cómo ves el futuro de este equipo?
“Si este año seguimos manteniendo el entusiasmo, los resultados llegarán. Tendremos un equipo bastante unido, un grupo consolidado que ya ha jugado junto y se conocen. De esta manera, si bajamos a Primera, poder disfrutar de un año en el que no estemos constantemente pendientes de no descender».

– ¿Qué te parece la Concha como club?
“Lo primero que me extrañó fue que hubiera que pagar por jugar, pero esto viniendo de Italia es normal que me sorprendiera. Al final, es una gestión familiar, con lo bueno y lo malo. Lo malo es que haya que pagar, claramente. Pero lo bueno es que te sientes parte de la familia desde el primer momento. Puedes hablar con el entrenador, el presidente o quien sea como si fuera un tío, uno más. También, hay mucha más compresión si tienes que faltar algún día por motivos personales o laborales».

– ¿Cuáles son tus objetivos a título personal?
“Seguir haciéndolo bien, ser un punto de referencia para los chavales, y poder conciliar la vida personal, laboral y el waterpolo. (Entre risas) También, que Nieves, mi mujer, siga aguantando que entrene todos los días, que nos vemos apenas una hora al día».

– ¿Te pesa que te vean como un líder?
“Ni mucho menos. Me da una carga más, porque sé que cuando entro al agua tengo que dar el 120%, ser un ejemplo para los chavales y que puedan confiar en mí porque los voy a ayudar en todo lo que pueda. No me asusta, todo lo contrario».

– El que no haya nada que perder, ¿crees que es positivo para el equipo?
“Es un arma de doble filo. El objetivo de este año es mantener el ánimo alto y así poder mejorar. Para mí, el factor motivacional para que un equipo vaya bien, independientemente de resultado, es el ambiente. Si hay buen ambiente, te deja mal sabor el resultado, pero sigues teniendo ilusión por ir a entrenar y mejorar. Entonces, que no haya nada que perder te quita presión de encima. Por el contrario, si hay mal ambiente, que no haya nada que perder puede ser una desventaja porque la gente dejaría de ir a entrenar ya que de todas formas no vas a ganar. Por el momento los chavales están respondiendo bien, salen juntos, fuera de la piscina hay buen rollo, y esto es fundamental».

– ¿Qué significa el waterpolo para ti?
“Este año en particular es un regalo, es motivo de orgullo. Para mí siempre ha sido un reto, siempre me han dicho que era imposible compatibilizar el waterpolo con estudios y trabajo por las horas que implica, pero en realidad es una válvula de desahogo para quitarme el estrés del día. Siempre he entrenado todos los días, sacando curso por año y ahora siendo responsable de España y Portugal en mi trabajo. Esto también es posible gracias a Nieves, que es una mujer súper comprensiva que entiende lo que significa el waterpolo para mí. Aunque está un poco enfadada con los horarios de entreno, pero no es mi culpa, es por la Federación Madrileña. El waterpolo me ha quitado mucho, porque cuando era joven no tenía vida social, pero también me ha dado mucho. He viajado mucho gracias al waterpolo, he conocido a mucha gente, formarme desde el punto de vista del carácter para el mundo laboral, etc. Que es algo que se nota en el trabajo, quién ha hecho deporte y quién no por la forma de afrontar el día a día».

-¿Cómo se lleva la conciliación laboral y personal jugando a tan alto nivel?
“Hay que hacer sacrificios, porque durante la semana y los fines de semana tu cuerpo te impide salir de fiesta, pero bueno, repito que esto también es posible gracias a Nieves, es fundamental, me apoya en todo. Lo ideal sería adelantar algunas horas de entrenamiento, pero ya sabemos lo que hay».

– ¿Te queda aún cuerda para rato?
“Ya llevo un par de años preguntándomelo, y de momento este año lo voy a dar todo. Físicamente me encuentro bien, luego si el trabajo y la familia me exige más tiempo, evidentemente el waterpolo será el sacrificado».

twitter-bird@jplazar7

También podría gustarte
¡Suscribete a WATERPOLISTA.com totalmente GRATIS!
Disfruta de todas las novedades que se publican en WATERPOLISTA.com y muchas ventajas que irás recibiendo semana tras semana.