Joan Alled: experiencia y pasión por su deporte

El catalán que destacó por su dilatada trayectoria como técnico en diferentes equipos del CE Mediterrani, es una voz autorizada del waterpolo que vive ahora el deporte desde su faceta como delegado en el CN Molins de Rei junto a su hijo David

El CE Mediterrani y Joan Alled guardan una estrecha relación. Fue en la entidad del barrio de Sants donde este catalán no sólo aprendió a nadar, sino que a su vez se sumergió en el mundo del waterpolo, pasando por todas las categorías del club de la Josep Vallès. «En el año 1971 y aún estando en edad juvenil empecé a jugar con el primer equipo y recuerdo la primera salida a Madrid para jugar un cuadrangular ante Real Canoe, Parque Movil y Sevilla», recuerda Alled, quien un año después fue preseleccionado para el equipo nacional juvenil, y aunque estuvo hasta el final fue el último descarte. No obstante, continúa creciendo y dilató hasta 1983 su trayectoria deportiva en el equipo tanto en Primera Nacional como en División de Honor del Mediterrai. «Era un jugador listo, hábil y goleador, con un lanzamiento no muy potente pero si muy colocado, puesto que tengo controlados 380 goles y se que faltan muchos mas, eso si defender lo que se dice defender, lo justito«, puntualiza Joan quien en este sentido considera que el waterpolo de aquella época no era nada profesional, y se caracterizaba por ser «mucho más estático». «Se entrenaba cuando se podía y más mi club que en aquellos momentos sólo teníamos piscina los tres meses de verano, y durante el año teníamos que entrenar unos días en la piscina de Poble Nou, otros en la de la Barceloneta y ya otros en la Sant Jordi. Más adelante cuando empezamos a tener instalaciones propias todo empezó a mejorar, aunque a mi me duró poco ya que al poco me retire, concretamente en la temporada 1982/83 después de hacer la mili, casarme y tener a mi primer hijo, David», insiste.

| El CE Mediterrani, de su vida

Una vez puso punto y final a su etapa como jugador en activo, Alled vivió su primera experiencia en los banquillo, particularmente en la temporada 1989/90 cuando se hizo cargo del equipo juvenil del Mediterrani que se proclamaría campeón de Cataluña y subcampéon de España. «Desde entonces hasta la temporada 1999/00 siempre en categorías y haciendo de segundo de Pepe AlcÁzar en el primer equipo. Despues de un paréntesis por motivos familiares, entre los años 2003 y 2006, con la ayuda de Jose Avilés asumí la riendas del primer equipo y el juvenil del CN Molins de Rei«, detalla el técnico catalán que a su vez colaboró como segundo de Quim Colet en la selección española juvenil, con quien participó en diferentes citas internacionales, así como en el Europeo de Istambul en 2003. «Después de un desconexión larga y apartado del waterpolo (solo era espectador para ver jugar a mis hijos Marc y David) regresé al Mediterrani en la temporada 2012/2013, primero por medio del cadete femenino, y en la 2013/2014 por medio del juvenil y primer equipo femenino, hasta que asumió el absoluto Marc Comas, con quien estuve de segundo un tiempo«, puntualiza un verdadero apasionado del balón amarillo que por otro lado recuerdo con mucho cariño cuando el Mediterrani ganó la Copa del Rey en 1992, año en el que a su vez llegaron a la final de la Recopa de Europa. Sin embargo, entre sus recuerdos, también destaca el poder compartir vestuario y coincidir con «auténticos monstruos» de nuestro deporte, que en aquella época era juveniles y que años después serían uno de los clásicos de nuestro deporte. Jugadores como Marc Minguell, Marc Roca, Albert Español, Blai Mallarach, EricMarsal, Fran Fernández, Jordi Pérez, Fran Sánchez y Óscar Aguilar, entre otros. «De mis tres temporadas en Molins fue muy importante quedar campeones de Segunda y subir a Primera Nacional pero sinceramente creo que lo mejor fue quedar campeones de Catalunya Juvenil y dejar un grupo de jugadores jóvenes que ayudarían a consolidar al equipo en Primera División durante los próximos años«, apunta.

Tras una dilatada y destacada trayectoria en primera línea, ahora Alled vive el waterpolo, pero lo hace como delegado del equipo femenino del CN Molins de Rei, que este año accedió a la Primera División Nacional Femenina, y donde su hijo David ejerce de entrenador. «También voy a ver partidos de alevines y de benjamines donde juegan mis nietos Nil y Pau con el Molins de Rei. Y como no, ahora que ya se puede, veo mucho waterpolo por internet» apunta Joan quien considera que el waterpolo «ha representado una parte muy importante de mi vida«. «En mi caso decir waterpolo es decir amigos para siempre, ya que la amistad hecha dentro del agua no se olvida nunca mas, y aún conservo a los amigos de cuando éramos juveniles. Por otro lado, decir waterpolo también es decir familia, ya que mi padre era directivo del Mediterrani y él, junto al Sr. Regues del Sabadell fueron los pioneros del waterpolo femenino en España. Mi hermano Lolo también jugó y llegamos a coincidir en el Mediterrani. Mis hijos Marc y David también jugaron y llegaron a jugar juntos en el Molins de Rei. Y es más David ahora es entrenador. A su vez mi nuera Meri es árbitro de mesa y mis dos nietos Nil y Pau ya empiezan a divertirse con el balón amarillo, a si que contesto fácil a la pregunta, diciendo que el waterpolo es mi familia«, explica.

Por otro lado, Alled debido a su destacada experiencia en estos años tiene una opinión clara y muy respetable sobre el waterpolo español: «en primer lugar veo difícil que a la gente que no es de agua le pueda gustar. Aquí en nuestras ligas no arrastramos a público nuevo, en los partidos somos los de siempre, las novias, padres, amigos, abuelos y algún directivo y alguna vez especial los equipos de base, ya que los socios no van a ver los partidos tan solo son usuarios de la instalación. Los que piensan ya están intentando hacer cambios en el reglamento para intentar mejorarlo, para que sea más espectacular, pero hagan lo que hagan seguimos a lo de siempre, cada tres balones a la boya dos son expulsiones, es igual quien defienda o quien sea el boya, termina el partido con 12 expulsiones por bando como mínimo. Total que prácticamente todo el partido se basa en expulsión jugada de mas o de menos y en las transiciones», explica el catalán que por otro lado considera que en la Liga de División de Honor «ahora todo es mucho más profesional». «Los equipos tienen mucho más material para poder entrenar, los clubes invierten mucho más, los entrenadores (algunos pueden vivir de ello) están mucho mas preparados y además tienen muchos más recursos. Quien más quien menos tiene como mínimo servicio de fisioterapia o algunos hasta médico, jugadores que este es su trabajo por lo tanto tiene un sueldo«, sentencia.

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