Joan Jané: el arquitecto español que mantiene la ‘chispa’ por el waterpolo

Es uno de los entrenadores más destacados de nuestro deporte. Su influencia en la historia del waterpolo español es determinante al ser el ideólogo del único oro olímpico del que disponemos; a sus 70 años continúa al pie del cañón, ahora como seleccionador de China junto a Chava Gómez, el que fuera pupilo suyo en la década de los 90

Si decimos que Joan Jané es uno de los mejores entrenadores españoles de la historia, posiblemente no nos equivoquemos. El técnico catalán fue ideólogo y arquitecto de la mejor generación de waterpolo de nuestro país que logró los grandes éxitos como el oro en Atlanta 96 o los dos títulos más en los Campeonatos del Mundo. Y es que en su trayectoria cuenta con un palmarés envidiado por muchos, forjado a fuego a base de una personalidad propia que ha llevado no sólo como seleccionador masculino, ya que a lo largo de su carrera profesional también pasó por el equipo nacional femenino, o por la selección de China (estuvo del 2017 al 2020), sin olvidar su paso por el waterpolo colombiano. Pero lo cierto es que su trayectoria al frente del equipo nacional es digna de mencionar, y recordar después de que sin ir más lejos el equipo de David Martín lograra acabar con 21 años de sequía, ya que la última vez que España lograba un oro mundial fue en 2001 y con Joan Jané en el banquillo. Sin embargo, el éxito más destacado para él y para nuestro deporte fue «el oro olímpico en Atlanta fue el sueño más grande que le puede pasar a una persona, y más tenemos en cuenta que yo viví desde dentro los Juegos Olímpicos de México y Múnich, pero prácticamente para hacer la vuelta de inauguración y de clausura sin aspiraciones de nada con un ranking muy lejos de los mejores, pero sin embargo, con el paso del tiempo jugar contra los mejores de tu a tu y ganarlos es la cosa más bonita que me ha pasado en el mundo del deporte», comentó con nosotros alguien que cuando parecía haber dejado el waterpolo a un lado, se ha reenganchado por la puerta grande, para asumir (de nuevo) las riendas de la selección de China. Lo hizo junto a Chava Gómez, su pupilo como jugador en la década de los 90. Ambos forman un especial tándem con la mente puesta en los Juegos Olímpicos de este verano tras la participación en el pasado Mundial de Doha (Catar).

Lo cierto es que bajo su liderazgo y con una apabullante personalidad estuvo al frente de una generación única. «Eran una serie de deportistas súper fantásticos, súper increíbles, cada uno en su posición era casi único y si juntas todos los mimbres era una selección que no solo se llevó el oro en esos Juegos, sino en los Mundiales de Japón y Australia. Íbamos a cualquier piscina, cualquier ciudad como si fuéramos Los Angeles Lakers; casi nos tenían miedo con solo llegar a la piscina«, recuerda el propio técnico catalán quien considera que a lo largo de su carrera siempre procuró «valorar a los figuras y jugadores que son extraordinarios por su coherencia, sentido y en defensa dar un pasito hacia delante que apoyándonos con Jesús Rollán se podía conseguir». Y es que para Jan´ñe tras el gran éxito vivió una paradoja. «Esta es una de las grandes tristezas y grandes decepciones, ya que considero que el éxito duró lo que dura un telediario. La fama, la proyección, la promoción y el ir a programas de televisión pasó y fue importante, pero a medida que transcurrieron entre ocho o diez días se fue diluyendo y quedó en agua de mayo», comentó el técnico español.

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