La doble pasión profesional que ejerce hoy día Daniel Román

Este amante del waterpolo que marcó sus comienzos entorno a la figura del CW Elx desarrolla ahora su pasión por el balón amarillo por medio del arbitraje, ya que ejerce de colegiado en Liga Nacional

Daniel Román es una esas personas que disfruta con lo que hace, y que en cada cosa que se aplica da el máximo, y más si tenemos en cuenta que en los últimos años ha venido combinando su pasión por el arbitraje con su trabajo como enfermero de urgencias en el Hospital de Torrevieja. Y es que en tiempos de pandemia su labor como sanitario le ha convertido en un profesional esencial que se ha dejado siempre la piel, ya que si hay algo que le caracteriza es su capacidad de esfuerzo y superación, que en plena era Covid19 le ha permitido aprender a «priorizar». «Te das cuenta que lo primero es la salud, ya habrá tiempo de jugar a waterpolo. En los momentos álgidos de saturación de trabajo he doblado turnos, he trabajado en varios hospitales a la vez y he dejado un poco de lado aquello de ser árbitro. Por suerte tengo estupendos compañeros que ya están acostumbrados a cambiar turnos en fin de semana para que yo pueda ir a arbitrar, cuando ha bajado la actividad«, explica ahora a WATERPOLISTA.com un profesional que comenzó en el waterpolo por medio del CW Elx de la mano de Alejandro Carrasco y Sergio Navarro. «Ellos me han enseñado todo lo que se», comenta Román, quien explica que cuando ya era absoluto y tenía «una visión más global del waterpolo empiezas a fijarte en cosas en las que antes no prestabas atención». «Precisamente, Sergio Navarro era árbitro en categoría nacional y su visión del waterpolo, su comprensión y el respeto que tenía hacia los demás árbitros hizo que me picara la curiosidad por ese mundillo. Primero me saqué el curso de auxiliar de waterpolo y al año siguiente el curso de árbitro. Me gustaba aquello de controlar los partidos y estudiar y profundizar en el reglamento de waterpolo como no lo había hecho antes», asegura.

| Sus comienzos en el arbitraje

En este sentido, el colegido ilicitano explica como fueron sus inicios: «recuerdo que el curso de árbitros se realizaba en Valencia durante unas 6 semanas entre teoría y práctica, por aquel entonces un fanático del waterpolo como es Borja Furió, actual entrenador del Bidasoa, entrenaba en Elche conmigo y no sacamos el título juntos, la verdad es que nos motivamos mucho juntos. Creo que él también hubiera llegado a nacional si se lo hubiera propuesto, es una gran persona y un gran profesional. Los inicios fueron de menos a más, en la liga de la C Valenciana, no es que destaque por su gran volumen de partidos, pero poco a poco fueron convocándome a más partidos y de mayor dificultad. Enrique Benedí, árbitro del CNA, fue la persona que me impartió el curso y siempre ha apostado por mí. Se interesó mucho en mis actuaciones y me dio siempre buenos consejos», explica una persona que como anécdota recuerda que en su primer partido oficial, «fue un viernes a las 21:00h de juveniles en la pequeña piscina de Torrellano, me preparaba para dar el inicio de partido, pité el comienzo y cuando me dirigía al medio del campo para dejar caer el balón me resbalé y caí al suelo, por lo menos pité saque neutral. De ahí ya solo podía mejorar», recuerda con cariño Daniel, quien para él, «el arbitraje se ha convertido en un elemento con bastante peso en mi vida». «Ahora ha adquirido un aspecto más formal, el estar en el ámbito nacional te requiere una responsabilidad mucho mayor, actualizarte más a menudo, tener disponibilidad para viajar los fines de semana, tener compatibilidad con tu trabajo diario, ya que soy enfermero y trabajo a turnos, no solo entre semana. Por el momento tengo mucha ilusión y ganas de seguir arbitrando, de hecho, mi pareja la cuál no ha jugado nunca a waterpolo ha acabado siendo árbitro de la comunidad valenciana, yo creo que para entender de lo que le hablaba», puntualiza.

Por otro lado, Román se marca el reto de «disfrutar de esta magnífica experiencia«, ya que según apunta «nunca sabes cuando puedes poner punto y final«, aunque eso sí como objetivo se propone el de subir de nuevo de categoría a la A1, perteneciente a partidos de Primera Nacional Masculina y División Honor Femenina, en un par de años», comenta, al igual que da su punto de vista de la situación del arbitraje en España que al califica como «más que notable». «Se está trabajando muy bien por parte de la vocalía de waterpolo y creo que se están aunando esfuerzos para ir todos en la misma dirección. Se ha implementado un programa de tutores en el que un árbitro de categoría A internacional nos tutoriza, dándonos consejos, interpretaciones de las evaluaciones y partidos y fomentando la comunicación y transparencia entre evaluadores y árbitros que quizás anteriormente era más deficitaria. Actualmente ha habido cambios en la vocalía arbitral, pero estoy seguro de que lo harán igual de bien o mejor que los que había anteriormente», explica un colegiado que es consciente de que lo primero que debe mejorar es la situación epidemiológica que nos ha causado el Covid19, ya que considera que «ha sido un duro mazazo para un deporte minoritario en el que muchos clubes han tenido que considerar su viabilidad«. «Por lo que a arbitraje se refiere este año ha sido muy atípico y aún podemos dar las gracias de que la mayoría de los partidos se han acabado jugando. Hemos tenido convocatorias de última hora, cancelaciones de partidos en el mismo día, cuadrar fechas con equipos en cuarentena… creo que la organización ha trabajado muy duro para poder cuadrar todo. La temporada que viene esperemos que sea todo un poco más fácil», sentencia.

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