La sonrisa de Rosa Rodríguez da color al arbitraje español

La árbitra vasca que lleva desde el año 1995 dirigiendo partidos de Liga Nacional es un ejemplo de pasión, humildad pero sobretodo buen hacer cuando se cuelga el silbato cada fin de semana y disfruta del balón amarillo a pie de piscina

Para Rosa Rodríguez, el waterpolo ocupa un lugar único a la par que especial en su vida. En un primer momento, fue una de las pioneras en los inicios de este deporte en Euskadi al ser parte del primer equipo femenino de la Deportiva Náutica de Portugalete. De ahí, pasó a la mesa arbitral, antes de dar el salto a las labores de árbitra a pie de piscina. Desde el año 1995 dirige partidos en Liga Nacional. «He tenido una evolución potenciada por ese gusanillo que ha supuesto en mi, este deporte, pero sobretodo las personas que lo rodean», reconoce a WATERPOLISTA.com la colegiada vasca quien desvela que los inicios no fueron fáciles, más bien «complicados». Esto se debió en parte «por la falta de costumbre de ver a una mujer dirigiendo un encuentro«. No obstante, siempre contó con la inestimable ayuda de sus compañeros, que «hicieron que fuera salvando los obstáculos que se fueron planteando», puntualiza.

En este sentido, Rodríguez que se caracteriza por ser humilde y vivir con los pies en el suelo es una colegiado dialogante a la que le gusta ver jugar, pero sobretodo «que los equipos puedan desarrollar su juego, facilitándolo en ataque, pero a su vez en base a una defensa limpia«, comenta Rodríguez, quien considera que todos los partidos «son un reto». «Siempre intento realizar mi labor de la mejor forma posible y conseguir que los jugadores y su juego sean lo principal«, comenta a la vez que entiende que a nivel global, «la labor arbitral en muchos casos cuenta de inicio con el descrédito del público. No somos conscientes de que los y las arbitras son/somos una parte integrante de este deporte. La labor arbitral no sólo en este deporte sino en casi todos los deportes, se ve como el mal menor que hay que soportar, por lo que es importante poner en valor una labor didáctica, que se debería empezar desde las categorías inferiores, pero pasando también por los padres y madres. Todos deberían probar en alguna ocasión a ponerse en la piel de una arbitra y enfrentarse a la dificultad de su labor», detalla una árbitra que tras años en nacional, siempre han tomado como referencia la figura de colegiados en clave vasca como son Josemi Espinosa, Andrey Demirev y por supuesto Iñigo Garate. Éste último además es su compañero de vida, y una de las grandes referencias del waterpolo en Euskadi, pero también en el plano nacional, como es también la catalana Noe Donato, una pionera en el plano internacional.

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