La vida deportiva de Teresa Gorría entorno al waterpolo

Para Teresa Gorría, el waterpolo ha sido determinante en una época de su vida, puesto que según reconoce a WATERPOLISTA.com ha sido «un estilo de vida» durante un periodo de hasta 13 años. «Sin duda, a nivel personal, me ha aportado valores los cuales me han hecho crecer como persona y que son aplicables a mi vida personal y laboral como son la disciplina, el compromiso, el trabajo en equipo o la perseverancia. Y por otro lado, me ha regalado recuerdos, experiencias y sobre todo a mis amigos que sin duda es lo más bonito que me va quedar del waterpolo», reconoce una jugadora que empezó a los 11 años en el CN Barcelona de la mano de Albert Plaza. «Cuando era cadete tuve que pasar a un equipo femenino, conocí al entrenador Manolo Suárez y empecé a jugar en el Club Natació Sant Andreu donde estuve seis años. En esa época, es cuando empezaron los Campeonatos de España formando parte de la selección catalana y en el 2008 fui convocada ya con la selección española para el europeo juvenil en Hungría, desde entonces cada verano, según el año, jugábamos un campeonato de Europa o del Mundo y no fue hasta el 2011 donde conseguimos una medalla quedando campeonas del mundo en Trieste. Luego fiché por el Club Esportiu Mediterrani donde jugué cuatro años más hasta retirarme», recuerda.

| Una etapa muy feliz

A lo largo de este camino deportivo, Gorría disfrutó de lleno del balón amarillo. «Lo mejor ha sido poder compartir todas las vivencias, experiencias y el día a día con mis compañeras, ya fueran de mi club como de la selección. La verdad es que tengo muy buenos recuerdos y he sido muy feliz«, comenta una ex – waterpolista que por otro lado explica que la decisión de retirarse no fue fácil. «Pero lo cierto es que ya iba a iniciar quinto de medicina y la dedicación hacia el waterpolo ya no me motivaba de la misma manera y quería disfrutar del tramo final de mi carrera. Había dado el 100% hasta ese momento, tanto en waterpolo como en la carrera, pero ya no me veía con la misma capacidad de disfrutar otro año más en esa exigencia tan alta. La verdad que el día a día me cambió por completo y fue un periodo de adaptación sobre todo el primer año. Además al ver partidos echaba de menos la sensación de competición y compartir todo eso con mi equipo. Ahora ya no me ocurre igual y de alguna manera sigo en contacto ya sea por mi hermano o por mis amigas«, explica.

Por otro lado, la deportista catalana considera que el papel de la mujer en el waterpolo femenino español es «determinante y ejemplar, con un crecimiento bestial los últimos años y que sin duda la ilusión y dedicación de las jugadoras hacen grande al waterpolo«, asegura a la par que considera que «como en la gran mayoría de deportes femeninos, los retos pasan por mejorar la visibilidad hacia el público y el reconocimiento que se merecen por todo el sacrificio y esfuerzo que dedican. Y aunque los últimos años se están haciendo esfuerzos para mejorar el valor del deporte femenino se ha de seguir apostando por todas ellas sea del deporte que sea«, relata, al igual que entiende que «el papel de la mujer en el waterpolo siempre ha sido importante ya desde hace años, donde con escasos recursos y por motivación e ilusión han hecho crecer a nuestro deporte y las siguiente generaciones como la nuestra o la que ya hay ahora en activo han ido creciendo y demostrando de todo lo que es capaz el waterpolo femenino«, concluye.

@etoster