Las dos realidades que vive este CN Cuatro Caminos

Junto a su gerente y entrenador desde el año 2010, repasamos en WATERPOLISTA.com la situación actual de la entidad madrileña, así como su hoja de ruta a corto y medio plazo

El CN Cuatro Caminos es uno de los grandes clásicos del waterpolo madrileño, y que con su trabajo de cantera, su presencia en Nacional y su completa pasión por este deporte se ha ganado el respeto de todos. A día de hoy esta entidad cuenta con 265 deportistas, de los cuales 210 dan forman a la actual sección de waterpolo. Desde el año 2010, Jorge Pancorbo viene formando parte del staff técnico del Club, y hoy día a su vez más allá de entrenar a los equipos cadete, juvenil y Senior B ejerce de gerente. Junto a él repasamos la situación actual del Cuatro Caminos que entre otras cosas, se enfrente a un problema endémico en Madrid: la falta de espacios en los que poder entrenar con cierta normalidad.

– ¿Cuál es la situación actual del club?
«Depende de con quién nos comparemos. Dentro de los clubes pertenecientes a la federación madrileña de natación tenemos una «buena» situación: dinero para asumir imprevistos, los socios pagan unas cuotas razonables, contamos con un gran equipo de entrenadores a los que se ha podido ir contratando, dentro del waterpolo somos el club con mayor número de equipos en competición y dentro de la natación máster contamos con uno de los mejores equipos de España. Si nos comparamos con los clubes pertenecientes a la Real Federación Española de Natación nuestra situación es lamentable. Dependemos de los centros deportivos municipales que entre sus continuos cierres por obras o mantenimiento y la carencia de personal en el horario de 21:00 a 23:00, que es el único dónde se puede entrenar waterpolo, no prestan ni de cerca el servicio necesario. Por otro lado, en las instalaciones privadas los precios son inasumibles para un deporte como el waterpolo que requiere mucho espacio y la gestión indirecta de instalaciones públicas queda en manos de poderosas empresas de fitness, con dinero y contactos».

– ¿Cómo se enmarca el proyecto de waterpolo dentro del club?
«Tiene alta prioridad. Por falta de espacio, en nuestro club sólo hay waterpolo y natación master. Por el lado positivo, no tenemos los problemas internos que existen en los clubes que cuentan con ambas disciplinas en categorías de base».

– ¿Cómo crees que ha sido la evolución en los últimos años?
«En los últimos 10 años el club ha crecido mucho. Contamos con un mayor número de entrenadores, muchos más deportistas, equipos más competitivos en todas las categorías, escuelas de iniciación en más piscinas que antes y mayor presencia en las piscinas del distrito. Lo frustrante es que, en otro entorno u otro deporte, el esfuerzo y la capacidad de todos los implicados habría dado un resultado muchísimo mayor a todos los niveles. Se puede decir que estamos creando un gran club sobre unos cimientos de cristal».

– ¿Qué objetivos se marcan a corto plazo?
«A cortísimo plazo, el objetivo es poder meter a los socios de waterpolo en el agua más de un día a la semana para entrenar un rato. Ahora mismo, de las cuatro piscinas del distrito en las que tenemos concedido espacio de entrenamiento de 21:00 a 23:00, dos están cerradas desde el inicio de la temporada (una por obras y otra por no tener socorrista en el turno de noche) y dos parcialmente abiertas. Digo parcialmente pues cada vez que el socorrista o el operario nocturno tienen vacaciones o están de baja no se les cubre y cierran a las 21 con lo que nos cancelan el entrenamiento. Esta situación, además de lamentable es indignante, pues se acaban de reinaugurar dos de ellos tras cuatro años de obras y una inversión de 26 millones de euros. Ya se ha trasladado la situación a todas las personas que pueden resolver el problema, pero ni una mala palabra ni una buena acción. Los objetivos deportivos son en cuenta a natación máster seguir siendo de los mejores equipos de Madrid y de España y aumentar el número de deportistas. En relación a las categorías de waterpolo los reos pasan por lograr ir más asiduamente a campeonatos de España, mientras que para los equipos senior de waterpolo, el objetivo es competir en ligas nacionales».

– ¿Y a largo plazo?
«A largo plazo el objetivo primordial es dar continuidad a la historia del club y para ello es necesario encontrar entrenadores y directivas apasionadas por este deporte que se sientan realizadas empleando su tiempo y perdiendo dinero. Metafóricamente, el waterpolo en Madrid consiste en construir castillos de arena en la orilla del mar una y otra vez. Algunas veces se logran construir castillos más altos y sólidos que otras, pero sabiendo que, o nos vamos de la orilla, o siempre vendrá una ola a golpear el castillo. En Madrid las olas son múltiples, pero principalmente vienen de tres formas: La ya mencionada, de gestión y mantenimiento de las instalaciones municipales De clubes-buitre. En Madrid, en lugar de colaborar para subir el nivel de nuestras ligas facilitando la aparición de mayor número de equipos competitivos, hacemos lo posible por reforzarnos a costa de debilitar a los rivales deportivamente inferiores quitándoles los jugadores que despuntan. Desde nuestra manera de entender el deporte, un jugador debería permanecer en su club mientras le pueda aportar lo que necesita para evolucionar como deportista y como persona. El problema no es que se vayan, el problema es que lo hacen antes de tiempo (cadetes, infantiles y ya hasta hay casos de alevines) cuando su club aún les puede hacer crecer y ellos pueden hacer crecer a su club. El resultado real es que en muchísimos casos los chicos que se van no mejoran lo que esperaban, habiendo muchos que además dejan el deporte, y prácticamente en todos los casos, los equipos que abandonan no pueden seguir compitiendo como lo hacían, lo que supone la salida de más jugadores y la desmotivación de otros muchos. Esto puede llevar a la desaparición de una categoría y afectar a las siguientes puesto que al llegar a la categoría perdida pueden no ser suficientes para presentar equipo. En resumen, regular para los que se van, malo para los chicos que se quedan, terrible para el club y pésimo para el nivel de la liga. Lo lamentable es que esto ocurre cada temporada y es muy fácil de hacer puesto que la distancia entre clubes no es grande, porque desde los clubes y el entorno se fomenta y porque los padres no conocen la historia de otras generaciones ni son conscientes de las consecuencias. De las políticas del deporte. Los gobiernos, a pesar de presumir de los éxitos deportivos a nivel internacional siempre que se presta la ocasión, la realidad es que cada vez apuestan e invierten más en el deporte-salud para todas las edades en detrimento del deporte de competición, sin entender que el deporte-salud no es una demanda real en la edad adolescente. Una vez pasados los 14-15 años, hasta dónde se llega por la inercia familiar y el entorno social generado alrededor del deporte, los adolescentes o están muy comprometidos y además tienen un equipo competitivo o se van a socializar a un entorno menos sacrificado y saludable».

– ¿Qué supone para el club la presencia del absoluto en nacional?
«El femenino es clave para el club, tanto a nivel económico por las importantes subvenciones recibidas como a nivel deportivo para poder mantener la sección. En Madrid el 85% de los clubes tienen equipo en liga nacional y de no tenerlo, por el efecto «clubes-buitre» ya explicado, podrían desaparecer nuestros equipos cadete, juvenil y senior de una temporada para otra. A pesar de ser pocos clubes femeninos, aún es menor el número de jugadoras que logramos sacar entre todos y son muy cotizadas. Cuando un club pierde la categoría, el resto de los clubes le abrimos las puertas a sus jugadoras de una manera más o menos descarada, y en cuanto empiezan a salir las primeras, una gran parte va detrás al ver su equipo mermado y sus amigas saliendo. Al ser equipos con tan pocas jugadoras, en cuanto esto ocurre el equipo se queda sin suficientes deportistas y no puede continuar, con lo que las pocas que no querían salir se ven forzadas a hacerlo o como ocurre en muchos casos, a dejar el deporte. Una vez descabezados, es casi imposible recuperarse puesto que el problema será recurrente en el futuro y la amenaza permanente. Con el masculino esto es exactamente los que nos pasó al perder la categoría nacional hace ya cinco temporadas. En ese momento, además del senior perdimos el juvenil pues otros clubes abrieron las puertas a los chicos y los que quedaban lo dejaron por no ser suficientes, y eso fue pasando generación tras generación hasta que por fin, la presente temporada no hemos logrado presentar un equipo con todos de primer año. Esto es más doloroso y significativo cuando somos el club con mayor número de equipos y deportistas en categorías inferiores».

– ¿Qué radiografía hacen desde el club de la situación del waterpolo madrileño?
«Tenemos pocos medios y ni sabemos, ni logramos conseguir nada que los mejore significativamente. Esto desmotiva mucho y los entrenadores acaban hartándose de la situación y yéndose a otras ciudades o dejando el deporte con lo que se llevan su «saber hacer» que es precisamente en lo que destacamos en Madrid. Sale gente nueva para dar continuidad a lo que hay, pero no para mejorar».

twitter-bird@etoster

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