‘Las emociones como claves del éxito’

Entender la parsimonia como un estado de calma, quietud y equilibrio te permite como jugador rendir al máximo en cualquier tarea bajo presión

Gestionar las emociones focalizándolas hacia el resultado. He podido comprobar en Belgrado, como el equipo español y en general la mayoría de equipos, no perdían los papeles por decisiones arbitrales erróneas, por rifirrafes con rivales o por fallos garrafales de sus compañeras… Todas las jugadoras incluyendo al equipo técnico estaban focalizados en hacer su labor lo mejor posible ayudando a la compañera si lo necesitaba. Creo que ya han pasado aquellos tiempos dónde se formaban grandes tanganas y protestas, aunque siempre está abierto a que suceda. Este cambio de paradigma tiene que ver en relacionar los buenos resultados con el buen comportamiento que repercute en la imagen del equipo y con el uso adecuado de la energia para conseguir buenos resultados.

Las emociones son claves para el éxito. Y es que todas las emociones se sienten y ninguna es buena o mala, según como la gestionamos puede ser eficaz o perjudicial. Una alegría desorbitada puede hacer perder concentración y una rabia bien canalizada puede motivar para competir hasta el final. Por este motivo, cuando había algún indicio sobre pérdida de control emocional automáticamente la jugadora se iba hacia el banquillo a refocalizarse. En ningún momento del campeonato, en total 6 partidos, y sobretodo en los momentos críticos, que los hubo, todo el equipo estaba centrado en sus tareas. Eso dice mucho de la madurez de un equipo fantástico.

La Parsimonia un valor para el alto rendimiento. Hay un valor muy apreciado para gestionar con absoluta efectividad las emociones que es nada menos que la parsimonia. Entender la parsimonia como un estado de calma, quietud y equilibrio que permite rendir al máximo en cualquier tarea bajo presión. La parte más importante de la parsimonia es cuando sabes que tienes una emoción que puede afectar tu rendimiento como la rabia o la frustración y lo que haces es en lugar de intentar quitarla, alimentandola y haciendola mayor, dejo que se quede sin hacer nada sabiendo que pasará y efectivamente se va.

Por lo tanto hacer fácil lo difícil y con la menor energía posible es una gran característica de la parsimonia y como no, de este equipo campeón donde su éxito radica en focalizar toda la energía en hacer aquello que saben hacer muy bien sin centrarse en aspectos que no pueden controlar. Lo más complicado, me parece, es como han conseguido llevarlo a cabo sin ninguna fisura, al menos externa, y eso tendríamos que preguntarle al equipo técnico.

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