Laura Ester: «Éramos una familia, crecimos juntas, y vivimos lo peor y lo mejor del deporte»

La actual portera de la selección española e integrante de aquel mítico equipo recuerda en WATERPOLISTA.com las sensaciones que tuvo cuando debutó por primera vez en unos Juegos Olímpicos con una selección que era como una gran familia

Laura Ester es una de las jugadoras en activo que formó parte de la selección española que se hizo con la medalla de plata en su debut olímpico. Hablamos, cómo no, de los Juegos de Londres en 2012. «Tengo muchos recuerdos y obviamente todos muy buenos pero podría quedarme con tres que son: la ceremonia de apertura de los JJOO, el momento de entrar en la piscina para la presentación del primer partido y cuando subimos al podio», reconoce a WATERPOLISTA.com la deportista catalana quien en relación a las expectativas considera que «éramos el equipo novato, con el que nadie contaba pero obviamente íbamos a luchar cada partido hasta el final«. «Fuimos a Londres a disfrutar de nuestros primeros JJOO jugándose y dando la cara en cada partido», puntualiza Ester que entiende que el camino hasta la cita olímpica fue «duro, como cualquier otro». «Recuerdo que ese año empezó con el Europeo en Eindhoven donde quedamos quintas, cosa que nos daba plaza para poder disputar el preolímpico. Tres meses más tarde fuimos a Trieste donde nos clasificamos para unos JJOO por primera vez en la historia cuando nadie apostaba por España después del europeo que habíamos jugado hacía tres meses, fuimos un poco la sorpresa. Y para acabar estuvimos más de dos meses entrenando en el CAR para llegar de la mejor forma a Londres«, recuerda.

En este sentido, una de las claves de aquellos Juegos se centraron en la línea ascendente que protagonizó el equipo nacional desde la primera fase del Campeonato: «creo que no pudimos empezar mejor con dos victorias frente a China y Hungría y un empate ante la gran USA, que eso nos permitió quedar primeras de grupo y tener unos cuartos a priori más asequibles porque fáciles no fueron. Puede resultar un tópico pero íbamos partido a partido, no queríamos adelantar acontecimientos y que nos juegan malas pasadas. Siempre pensábamos en el rival que nos tocaba y no en lo que podría pasar. La única vez que hablamos de ello y fuimos un poco conscientes, aunque no del todo, fue el día que ganamos las semifinales, no nos lo creíamos, íbamos a ser medallistas olímpicas», explica Ester quien desvela que aquel equipo «era una familia». «Crecimos juntas. Vivimos lo peor y lo mejor del deporte. En cuatro años pasamos de ocupar la undécima plaza del mundo a ser subcampeonas olímpicas, campeonas del Mundo y campeonas de Europa. El pasar por momentos muy duros hace que te unas mucho más como equipo y que luches con todas tus fuerzas para dar lo mejor de ti y así poder ayudar al equipo», apunta a la par que destaca como punto fuerte de esa selección «la ambición y el hambre por querer ganar«. Sin embargo, en la final se encontraron al rival más difícil, Estados Unidos. «Era un equipo muy bueno, tenía grandes jugadoras y muy veteranas. Muchas de las jugadoras del equipo de EEUU de Londres venían de haber perdido la final de los JJOO hacía cuatro años, ya sabían lo que era perder, lo que era jugar finales en grandes competiciones pero nosotras no, nos faltaba aprender a jugar finales», insiste la actual portera del equipo nacional que desvela que la sensación fue extraña. «Recuerdo el salir del agua llorando, obviamente a nadie le gusta perder, pero tenía una sensación de impotencia porque sabía que podíamos haber dado mucho más de lo que dimos pero ellas fueron superiores, supieron jugar esa final y se notaba que no era la primera que jugaban. Pero nada más salir del agua Miki no cogió y nos dijo que dejáramos de llorar y disfrutáramos del momento del podio, que éramos medallistas olímpicas y poca gente podía decirlo, que subiésemos ahí con una sonrisa porque sin no nos íbamos a arrepentir y eso hicimos, disfrutamos de nuestra plata que también nos la habíamos ganado. Por último, ya en frío y tras muchos años.Yo creo que hizo que nuestra mentalidad cambiase, al final del Europeo de Eindhoven (enero 2012) a los JJOO de Londres (agosto 2012) éramos el mismo equipo lo único que cambió en nosotras fue la manera de pensar, de creer en nosotras y saber que podíamos ganar a cualquier equipo. Eso hizo que compartiéramos de tú a tú con cualquiera y que a día de hoy se sigan cosechando éxitos», sentencia.

twitter-bird@etoster

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