El legado de Julen Artola será eterno

El capitán del CW Navarra los últimos seis años pone punto y final a su trayectoria deportiva con la satisfacción de haber dado todo por y para el club de su vida teniendo como mejor recuerdo el ascenso a División de Honor del año 2007

Julen junto a su padre tras el partido / ARANTZA MAQUIRRIAIN

A sus 32 años Julen Artola cuelga el gorro con una sensación de satisfacción absoluta. «He jugado al más alto nivel en el equipo de mi vida y de mi ciudad«, reconoce a esta web el jugador que capitaneara los últimos seis años al CW Navarra años horas después de jugar su último partido en la Liga de División de Honor Masculina. Atrás deja una dilatada trayectoria deportiva que inició con tan sólo 10 años en el CD Larraina bajo la estela de su hermano mayor, Mikel, quien se retirara en 2012. Fue el quien le introdujo en un mundo que según reconoce «me ha dado grandes y buenos momentos«. «Más allá de eso me ha dado la oportunidad de conocer a gente con la misma pasión, y después de tantos años, tener muchos amigos en diferentes partes del mundo que espero visitar en un futuro«, explica.

Llegados a éste punto y después de tantos años de total dedicación al waterpolo, Artola ha considerado oportuno poner final a su etapa como jugador profesional. «Muchos entrenamientos, partidos y viajes, aunque es cierto que lo he hecho encantado hasta ahora, pero cada vez me costaba más esfuerzo y creo que era el momento de dejarlo«, confiesa un símbolo del waterpolo navarro que al hacer balance lamenta no haber conseguido un título nacional. Sin embargo, si que recuerda con cariño otros éxitos logrados, como el que consiguió en el CN Martiánez clasificándose para jugar competición europea o el haber debutado con la selección española en 2009. No obstante, sus mejores recuerdos giran en torno a dos hechos históricos para el club de Pamplona: el ascenso a División de Honor en 2007 y la victoria ante el todopoderoso CN Atlétic Barceloneta en 2010.

A día de hoy parece pronto para saber si ésta decisión es un punto y final o un punto y aparte, puesto que el propio Artola reconoce que todavía no sabe lo que va a hacer. «No quiero decidir nada en caliente y prefiero que pasen un poco los meses y ver realmente qué es lo que más me apetece. Eso sí, seguro que iré a Amaya los días de partido a animar al equipo«, puntualiza un deportista que sabe como nadie lo que significa tener el ADN del CW Navarra. «Es el equipo que me ha hecho poder conseguir esas experiencias, pero sobre todo somos una gran familia desde el presidente hasta el chaval más joven de la menor categoría. El hecho de ser un club atípico en la élite, fuera de Cataluña y Madrid (donde hay más cultura de waterpolo) y sin instalaciones propias, creo que ha hecho que esa unión sea todavía mayor«, concluye.

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