María Ballester tiene las ideas claras y una gran entereza
Siguiendo la tradición familiar, esta joven deportista valenciana continúa disfrutando del día a día del waterpolo a través del CW Levante donde se ha convertido en una jugadora diferencial y de gran calidad
Deportivamente, María Ballester nació en Godella, donde su padre era el coordinador de la piscina y su hermano mayor, entrenador de categorías. Fue él quien le abrió las puertas de este deporte. A los nueve años empezó a jugar en categorías, donde ella era la única chica. Ya en los siguiendo años fueron llegando nuevas compañeras al club y pudimos hacer un equipo absoluto, con quien jugaba aún siendo de categorías. «Esto me hizo crecer a pasos agigantados, ya que eran dos formas distintas de juego y además mis rivales era gente que me duplicaba la edad«, recuerda una deportista valenciana que adquirió experiencia a través de sus participaciones en diferentes Campeonatos con sus anteriores equipos. «Al terminar la etapa infantil, me consolide en el equipo absoluto el cual fuimos perfilando con el paso de las temporadas. De esta etapa destaco la disciplina y el sacrificio para poder compaginar este deporte con los estudios y relaciones personales. Tuve mucha suerte de tener en mi equipo a compañeras que se convirtieron en mi familia. No todo fue fácil ya que lidiamos con un entrenador diferente cada temporada y junto con la falta de apoyo institucional en el waterpolo femenino, esto nos dificultó la consecución de mejores resultados tanto del equipo como personales», explica Ballester, que hasta el día de hoy su vida como jugadora ha sido «ideal para mi formación integral».
| No ha parado de crecer año a año
En este sentido, a lo largo de todo este tiempo no ha dejado de crecer deportivamente en ningún momento, ya que aunque ha tenido altibajos, ha sido capaz de a base de una gran perseverancia «progresar positivamente». «He sido capaz de aprender algo de cada persona con la que he jugado y cada entrenador que he tenido. Aquí destacaría a mi ex entrenador Luca García, con él pasé de ser una jugadora sin más a alguien relevante. También el cambio de equipo que he tenido esta temporada, me ha venido muy bien teniéndome que ganar otra vez la titularidad, que ya tenia afianzada en Godella«, detalla una jugadora que se caracteriza por ser bastante completa, con detalles que pulir. «Lo que más destacaría de mi, es la serenidad con la que juego, el dinamismo que aporto al equipo y la ambición que tengo por ganar», comenta, a la par que muestra un gran orgullo por pertenecer al CW Levante, un club que para ella supuso un cambio radical, puesto que así de entrenamiento con 10 o 12 chicas a 30. «Es buen rollismo, un cambio de aires total, lo que más me gusta de estar aquí es que he estado cómoda desde el minuto 1, tienen una manera de acoger a las jugadoras que es increíble. Además destaco de este club el apoyo incondicional al equipo femenino, el cual no he tenido la suerte de tener a lo largo de mi carrera«, asegura Ballester, la cual tiene unos retos muy claros que debe de pone en valor el club: «fortalecer las categorías inferiores para darle continuidad a equipos absolutos que puedan, a su vez, marcarse objetivos más ambiciosos como disputar fases de ascenso y subir a nacional. Sobre todo, conseguir sacar equipos cadetes y juveniles femenino año tras año, ese sería un gran reto«.
En este sentido, María también tiene su particular hoja de ruta: «mi reto principal sin ninguna duda es subir a nacional con mi equipo. Creo que esto sería muy gratificante para mi. No obstante si no se pudiera, no quiero terminar mi carrera sin haber jugado ahí, me gustaría irme fuera a jugar, ya que estos últimos años lo he tenido imposible por tema de estudios. A nivel a los más ‘pequeños’ mi reto es seguir puliéndome día a día y como suelo decir “en los días malos trabajar aún más”. También seguir enseñado a mis compañeras cosas que yo ya tengo consolidadas y hagan crecer más al equipo. Pero mi reto del día a día es no dejar de disfrutar haciendo lo que hago, para mi el waterpolo es mi máxima forma de expresión, ahí dentro soy más yo que en ningún otro sitio. El no dejar de disfrutar creo que es un trabajo muy costoso ya que a veces las cosas no salen como una espera y estamos acostumbrados a disfrutar únicamente de lo bueno, cuando realmente lo que más te hace progresar es ese chut que no metes, ese partido que pierdes o esa meta que no consigues«; comenta una jugadora que siempre se ha dejado en «la entereza y la visión de juego» que tiene Bea Ortiz, pero también se ha dejado en el dinamismo y las ganas de meter gol de la rusa Ekaterina Prokofyeva.