No estamos habituados a los éxitos deportivos de nuestros equipos. Vivimos en una ciudad de 125 mil habitantes dónde no hay un deporte que predomine por encima de otro. En fichas federativas el futbol y el básquet se llevan el gato al agua. Pero deportivamente no son los mejores años para ellos. En cambio estamos habituados a vivir partidos de primer nivel en deportes que para la sociedad son minoritarios, como el hoquei patines o el waterpolo. Mucho deporte, muy variado pero con pocos títulos.
A nivel europeo hasta el 2009 ningún equipo de la ciudad había ganado un título europeo. Fue el primer equipo masculino de hoquei patines el que ganaba una Copa CERS. Siete años más tarde el segundo título nos llegaba en una semana histórica. En siete días La Sirena Mataró de waterpolo se hacía con la Copa de la Reina y la Copa LEN, los dos primeros títulos para la sección.
Como responsable de deportes de la televisión local me ha tocado poder vivir estos pocos éxitos deportivos de la ciudad. Pocos en cantidad, muchos en sentimiento. Como ya he dicho, en Mataró somos como un pueblo, y el éxito de un equipo te toca como si fuera tuyo. Por sentimiento, por trabajo o por las dos cosas, la temporada pasada el corazón o el deber nos pidió hacer un vídeo motivacional para la final de la Copa LEN. Salió bien. Un vídeo que se hizo gracias a la complicidad del cuerpo técnico y el deporte de la ciudad en general.
Este año el mismo cuerpo técnico nos puso la miel en los labios para poder hacer el recorrido al revés. Que fuera el equipo quien animara a la ciudad a participar de una gesta. Y ha vuelto a salir bien. ¿Somos nosotros o son ellas? En algún momento he pensado en que nosotros éramos talismanes. Pero creo que hay algo más. Algo que convierte al equipo en especial.
Unas más pronto, otras más tarde, pero ya están aquí, y vienen para luchar por la Liga y por la corona continental ¡A seguir!
Este año, expertos en waterpolo opinaban que la Sirena perdía potencial con las sustitución de sus extranjeras y la marcha de Roser Tarragó. Una de las hijas prodigas del waterpolo mataronés. Parecía una valoración normal. Pero el corazón te hacia escuchar al cuerpo técnico que confiaba en un nuevo proyecto, y guiaban nuestros pensamientos hacía otro gran año del waterpolo femenino.
La verdad es que no fue fácil. Las virtudes tardaron en llegar, pero como todo tiene sus inicios complicados y su adaptación al medio. Las nuevas piezas han ido aportando su granito de arena. Unas más pronto, otras más tarde, pero ya están aquí, y vienen para luchar la liga y Europa. Y como dice Laura López, de la nada se ha hecho un equipo que a finales de abril luchará con los otros tres mejores de Europa.
¿QUIÉN ES QUIÉN?
Willemsz se crece en partidos clave. La “holandesa eficiente” se ha convertido en el eje de una defensa que gira a su alrededor y como ella quiere. Que no entren, pero que lancen. No fear. Porque Willemsz sabe pararlo casi todo desde la media distancia.
Siguiendo con el uno por uno. Vaya año el de Laura López. De lesionada y perderse el inicio de temporada a crecerse desde del día de l’Escullera en partido de Supercopa d eEuropa al partido del sábado en el Sorrall. Deja la selección. Muchos años, muchos éxitos, pero en Mataró esperemos que le quede mucho para demostrar. Laura da los goles, pero no juega sola. Ona Meseguer es una pareja de baile perfecta para la madrileña. Un ejemplo, contra el Sant Andreu en la Euro League o contra el UVSE en Budapest, los goles determinantes salen del brazo y la visión de Meseguer.
Por no decir el papel de la capitana Marta Bach, a la que no le pesan los galones. Muchas veces en la oscuridad, esta temporada sale a relucir sus luces. Menuda temporada se está marcando. Ciara Gibson sigue con sus treces. Su poder goleador aumenta con los años. Voleas o misiles, como el del sábado, son clave para las aspiraciones del equipo. A Clara Cambray la pondría en el grupo de las jóvenes que suben. Pero me equivocaría si valoro su papel en los partidos importantes. Me pregunto cuándo su clase podrá verse con la selección…
Por detrás llega Alba Bonamusa que sigue derrochando ganas, ilusión y potencial. Su futuro con la selección absoluta cada vez está más cerca. Y si, ya no diré más que las extranjeras que han llegado son peores que las que se fueron. Está claro que teníamos mucho potencial, pero lo que ha llegado está demostrando sus virtudes. Zablith es un portento físico. Una jugadora con quien sueña más de un entrenador para poderla tener en su equipo.
Marta Bach, a la que no le pesan los galones. Muchas veces en la oscuridad, esta temporada sale a relucir sus luces. Menuda temporada se está marcando
A Liana Dance le costó, pero su trabajo cada día da más frutos. Tiene 18 años, viene de Nueva Zelanda, y vaya boia están creando Bonca y Cardenal, que junto a Beto Fernández ya habían deducido sus virtudes con los vídeos que habían visto. Suplir a Alki no era un trabajo fácil y la neozelandesa está acercándose. Y qué decir de Zoe Arancini. El equipo gana un cambio con ella. Un cambio que se nota cuando no está y que puede dar al equipo cosas como las que le dio contra el UVSE.
Un equipo normal, con gente normal pero que trabaja mucho. Y aquí me quito el sombrero por Florin Bonca y su segundo Pau Cardenal, y por quién confió en ellos. El martes, en el Sorrall -que se ha convertido en el escenario que más éxitos europeos ha vivido de nuestra ciudad- Florin me dijo que no sabía aún la táctica para superar al UVSE. Sólo se quería coger una rápida ventaja en el marcador. Al final no fue así. No hubo gran ventaja de inicio, pero si trabajo, si ilusión, y si otra jugada mágica del rumano. Siendo jugador nos regaló grandes dosis de waterpolo en la mítica Piscina Municipal. Una bombonera. Y ahora nos regala sueños europeos cada vez que su equipo juega en la ya mágica piscina del Sorrall. A seguir.
@jmspa