No, el waterpolo no es un pasatiempo

Después de veinticinco Juegos Olímpicos, siendo su estreno en Paris en el año 1900, el waterpolo sigue apareciendo como un desconocido en España. No solo se le desconoce como deporte, sino que llega a ignorarse una trayectoria de participaciones amplia, tan amplia como de hasta diecisiete participaciones en las Olimpiadas, la primera en Paris 1900. Se ha llegado al máximo, a ser oro, campeones olímpicos en Atlanta 96, después de la llorada plata de Barcelona 92. Como les agradaba a los medios, deportivos y no, pronunciar los nombres de Jesús Rollán (dep), Manel Estiarte, Toto García, Chiqui Sans, Chava Gómez, Iván Pérez y compañía. Parecía que fueran conocidos de toda la vida.

Esto en el apartado masculino. En cuanto el femenino, la plata de Londres 2012, propulso a la fama a nuestras chicas, tanto que, algunos de los que hoy desprecian nuestra especialidad acuática al proclamar su desconocimiento, se han peleado por tenerlas en sus programas, ahora veo, solo por la audiencia. Jenifer Pareja, Laura Ester, Anni Espar, Maica García, hasta llegar al elenco que forman las jugadoras de nuestro antaño conocido como futbol acuático. Son periodistas, perdón por los verdaderos periodistas, que viven en un mundo rosa, con los tintes ácidos de los insultos, peleas y desvergüenzas de gente que vive de marionetas que exponen su vida para vivir. Tienen sus seguidores, acepto que haya gente que piensen que las penas de los demás hacen más llevaderas las suyas. Pero no todo vale. Hay ocasiones que la ignorancia se puede perdonar, pero el descredito queda. Quizás les de igual. Pero hay resbalones que merecen respuesta y tuvieron un resbalón grande, demasiado grande para dejarlo ahí.

Como Patri Herrera e Iván Pérez, comentaron en sus cuentas de tweet, la irritación de los que juegan al waterpolo ha sido grande. Dos oros y dos platas en JJOO, hasta cuatro oros en Campeonatos del Mundo, adornados con seis platas y dos bronces, más dos títulos de campeones de Europa, flanqueadas por cuatro platas y cuatro bronces merecen un respeto.