Pablo Quattrocchio pone punto y final a su etapa en CN Badía: «Aquí recuperé la ilusión por el waterpolo»

El curso pasado, el CN Badía hizo historia al consumar el salto a la Liga de Primera División Nacional, justo un año después de alcanzar la categoría nacional. Sin embargo, esta temporada a pesar de intentarlo hasta el final, descendieron a la división de bronce. «Un descenso de categoría difícilmente puede suponer una valoración positiva. Desde luego el resultado final de la competición arroja un balance negativo en términos deportivos, muy lejos de los objetivos que nos propusimos al momento de planificar la temporada. Dicho esto, los equipos salen “vestidos” de una u otra forma de las competiciones, en función de cómo los gestionan y los recursos que utilizan para intentar alcanzar sus objetivos. Y la indumentaria que luce este equipo, está plena de nobleza y compromiso. En ese aspecto el equipo y el Club salen reforzados y eso supondrá un escalón de positivo hacia el éxito de Badía y este grupo a largo plazo«, explica a WATERPOLISTA.com Pablo Quattrocchio, quien una vez ha finalizado la temporada anuncia que no seguirá al frente del equipo catalán. «Soy de la idea que en materia de gestión hay que guardar silencio y dejar que los hechos hablen por sí mismos, para bien y para mal. Han de ser los destinatarios de mi trabajo quienes lo valoren. En lo que a mi respecta, siento un profundo agradecimiento hacia la institución, el equipo y la afición», reconoce el técnico argentino, quien en relación a este curso considera en cuanto a las claves que «la responsabilidad principal en el saldo negativo del apartado competitivo reside en su entrenador«. «Cuando se dispone de un grupo dispuesto a hacer todo lo que se le exige y los resultados no son los esperados no hay mucho más por indagar. Quien conduce, no ha podido, no ha sabido o no ha querido tomar las decisiones adecuadas y optar por el camino correcto para arribar a los objetivos«, puntualiza.

En este sentido, Quattrocchio analiza la evolución a lo largo de la temporada del grupo: «la primera Fase de Grupos tuvimos 3 derrotas por un gol y 2 por penaltis en partidos, la gran mayoría de ellos, con trámites favorables para poder rematarlos con resultado positivo y no supe gestionar adecuadamente el cierre. Esa circunstancia hizo mella lógicamente en el ánimo del grupo, sin perjuicio de lo cual, siguieron entrenando sin fallar. Nos costó mucho encontrar la funcionalidad necesaria en la instrumentación del modelo de juego y consecuencia de ello, la estabilidad en el rendimiento del equipo que es la llave para obtener resultados. Luego en la segunda fase de grupos, la dinámica de resultados siguió igual sin que consiga acertar con las decisiones adecuadas para torcerla», asegura el técnico del plantel catalán, quien considera que este grupo es «como un regalo para cualquier entrenador comprometido con su profesión». «Si tuvieron dignidad para ganar, la forma en la que enfrentaron la racha negativa y este resultado final adverso, los pone en un plano superior, si cabe. La asistencia tozuda cada lunes luego de perder, la intensidad puesta en cada minuto de entreno, la ausencia absoluta de reproches, la felicidad que rezuman al encontrarse cada día, la seriedad con la enfrentan sus obligaciones fuera del deporte, el respeto hacia sí mismos y hacia los demás. No exagero. Fueron muy buenos al ganar. Pero excepcionales al perder», apunta.

En esta misma línea, desde el equipo definen la experiencia en Primera División como «un máster riquísimo». «El nivel de exigencia y la enorme paridad de la categoría nos ha obligado a prodigarse en todos los aspectos para tratar de obtener la mejor versión de nosotros mismos. Navegar en el umbral de nuestros límites es la única fórmula para superarlos. Todos somos un poco mejores deportiva y personalmente luego de esta temporada y no albergo el menor margen de dudasque Badía volverá a Primera Nacional, siendo esta temporada un piedra fundamental en ese proceso de crecimiento que necesariamente tiene altibajos y nunca es lineal», detalla, a la vez que considera que a título personal por el Badía ha supuesto «una vuelta a las fuentes». «El retorno a la ilusión que nos llevó a una piscina por primera vez y aquello que nos empuja a los entrenadores a enseñar el deporte que amamos. Significó volver a nadar en lo mejor de las aguas del deporte, del ejercicio de sus valores. Solo puedo repetir aquella frase memorable de Gustavo Cerati en su despedida, Gracias Totales«, sentencia.