Patricia Del Soto: «Tengo claro que el waterpolo es hoy día mi vida»

Los inicios de Patricia Del Soto en el waterpolo se centran en su llegada al CE Mediterrani, cuando por aquel entonces era el campeón de España indiscutible. «Era un quipo muy duro en todos los sentidos y a las pequeñas nos tenían bien a raya. Fue una lección express de disciplina, humildad y determinación para ganarme su respeto que a día de hoy agradezco muchísimo, ya que me sirvió tanto para la piscina como para la vida», reconoce a WATERPOLISTA.com pasados los años Del Soto. Ahora trabaja para hacer realidad una serie de proyectos tanto a nivel nacional como internacional.

– ¿Cómo era el waterpolo femenino en España por aquel entonces?
«Por aquel entonces éramos dos equipos fuertes en España: el Mediterrani y el Sabadell. Aunque el tema de remuneración era algo impensable, esa generación tenía las ideas muy claras y un gran espíritu de trabajo y disciplina. Trabajaban y por las noches lo daban todo en los entrenos. Es obvio que por falta de horas de entreno y profesionalización fue una generación que se merecía más mérito del que realmente tuvo».

– ¿Cuáles son las principales diferencias con el que se vive actualmete?
«Obviamente el presupuesto. Antes los clubes no tenían nada que ofrecer y se entrenaba una sesión al día. Hoy en día por poco que te paguen te exigen asistencia total. Es más fácil mejorar y ser competente a nivel nacional y europeo con dos sesiones al día que con una y el dinero te hace profesionalizarte mentalmente».

– ¿Cuáles serían los grandes hitos deportivos que destacarías de tu trayectoria?
«No nombraré la plata de Málaga porque considero que tendríamos que haber ganado. Tuvimos un mal liderazgo y se notó a la hora de ganar. Sí que destaco mi primer año con el Sabadell en el que ganamos la liga y destronamos al Mediterrani de su reino. Y por supuesto las dos copas de Europa con el Vouliagmeni, Grecia nunca había ganado ninguna copa europea y sentí que aporté mi granito de arena para hacer historia tanto en el club como a nivel nacional. Los griegos son muy patriotas y todo el país se volcó con nosotras, fue muy bonito. Y por último un play off que le ganamos al Olympiakos en su casa, 3 partidos a 0. Teníamos mucha presión encima y demostramos que éramos un equipazo».

-Después de terminar tu carrera como jugadora, ¿te quedó alguna espinita por cumplir?
«No voy a decir unos Juegos Olímpicos, porque aunque parezca mentira a día de hoy es algo irrelevante en mi vida. La única espina que me ha quedado es dejarme liar por los griegos (me dejo liar fácilmente..) y no haber tenido la oportunidad de haber trabajado con Miki. Me habría encantado, me parece un gran líder, y se nota. Me gustaría recalcar otra espina que espero se cumpla antes de que cumpla los 60 es ver el beach polo como deporte federado y jugar. Creo que sería fácil encontrar esponsors y es un deporte rápido con el volvería a disfrutar».

– Fuiste 174 veces internacional con España, ¿qué recuerdas de tu etapa en la selección nacional?
«Yo pasé por varias generaciones. Recuerdo sobre todo la era Mar Sanromà y sus 8 horas diarias de entrenamiento en el CAR. Gracias a su cabezonería empezamos a ganar a las que para entonces eran las “intocables”. Empezamos a hacernos un sitio y a ganar respeto en el mundo. Fue una gran etapa y la más bonita con la selección para mi».

– ¿Cómo ves ahora desde la barrera el actual equipo nacional?
«Hoy en día la selección tiene las ideas muy claras y el camino a seguir. Como he dicho antes están dirigidas por un gran líder. Nadie es indispensable y se percibe una sensación de equipo muy equilibrado. Al no ser nadie indispensable no dependes de que la “estrella” tenga el día, la sustituirá otra y mantendrá el nivel. Miki ha conseguido eso».

– ¿Cómo fue el momento en el que decisiste salir a jugar fuera del pais?
«Ese verano sentí el momento para jugar en Italia o Grecia y casualmente me leyeron la mente los griegos y me llamó el Ethnikos. Necesitaba estímulos y retos nuevos, aquí en el Sabadell ya ganábamos con los ojos cerrados a nivel nacional y a nivel europeo siempre nos faltaba un click. Me alegro de haber salido de mi zona de confort».

– ¿Que vinculación mantienes a día de hoy con el waterpolo?
«Después de admitir que el waterpolo es mi vida, cosa que costó tuve unos años de negación y de querer desvincularme. Pero me fue imposible, así que desde hace unos años me he centrado en l@s porter@s. Sigo en el Molins de Sergi Pedrerol y muy agradecida ya que desde que llegué he aprendido mucho, es una generación totalmente diferente».

– ¿Te gustaría liderar algun tipo de proyecto relacoonado con el waterpolo?
«A parte de lo que he nombrado antes del Beach Polo, y sí, me gustaría liderar la profesionalización de ese deporte porque sería un abanico para muchas jugadoras que piensan en retirarse pero que aún tienen mucho que dar. Y desde el confinamiento, momento del año del que estoy muy agradecida he empezado dos proyectos para porter@s que no existen todavía a día de hoy. Es fácil ser pionera en el mundo de l@s porter@s ya que siguen siendo una minoría infravalorada a nivel de preparación. Estoy preparando un proyecto a nivel internacional y otro a nivel nacional».

– ¿Qué visión tienes de la situación del waterpolo en España?
«Gracias al medallero en curso de esta última generación somos un deporte destacado en este país. Y tenemos muchísima guerra que dar todavía. Eso es muy bonito, pero aún hay que insistir en dos puntos a mejorar: la desigualdad de presupuestos y salarios entre hombres y mujeres, apoyar y valorar la función de l@s jugadores/ as que no están en el equipo nacional o no son de la generación más joven (entre 22 y 30 años). Son deportistas que reciben una miseria pero aportan mucho a los equipos, la liga y al waterpolo español. Deben ser valorad@s. Fuera de estas reivindicaciones, es reconfortante saber que dedicas tu vida, aunque sea fuera de la piscina, a un deporte respetado y reconocido».

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