Qué veinte años no son nada

El éxito en el último Campeonato del Mundo nos hace soñar en un futuro consolidado para seguir creciendo. Hemos estado atravesando un período glaciar durante un largo período. Debemos creer que ya hemos llegado o tan sólo es un espejismo y volveremos a invernar otros 20 años más. En los inicios del waterpolo es España, existía un pequeño núcleo que tomaba las decisiones y realizaba sus esfuerzos para enfrentarse con más o menos éxito a las contiendas europeas y mundiales. No existían salvo honrosas excepciones, otros núcleos solventes de trabajo y de ilusión. Madrid hacía lo que podía en las condiciones que tenía por aquel entonces y otros puntos románticos como podía ser Ceuta, y algún punto aislado del Norte y del Sur. Se trataba de dos velocidades diferentes, lo que proporcionaba una corta o nula coordinación de esfuerzos. Cuando se piensa en incrementar el esfuerzo de lugares diferentes y conseguir agrupar y aunar esfuerzos. Significa implantar un carácter de calidad y esfuerzo necesarios para colaborar en la optimización y complementar los ya existentes. Nos referimos a Madrid, Pamplona, la amplia zona Sur y Canarias

En la década de los 80 se inicia una tímida eclosión proporcionando nuevos puntos de ilusión y de rendimiento. A partir de los años 80 y 90 se puede vislumbrar entre la niebla, pequeños atisbos de nueva vida. Surgen nuevas expectativas, tanto de Clubes nuevos, como talentos individuales. Se comienza a contar con nuevos miembros y nuevos valores que aportan savia nueva. Los grupos de edades y las competiciones internacionales, empiezan a dejar ser cotos cerrados y tímidamente y se van integrando grupos del extra radio. No todo era Barcelona. Se llegó en diferentes momentos a contemplar selecciones que alcanzaban un número elevado de jugadores que llegaban de otras zonas. Se conseguían buenos resultados y ya no eran comparsas de banquillo de los eternos protagonistas. Los años 90 con resultados explícitos se consolida esta igualdad y se puede hablar de una simbiosis de gentes de varios núcleos con un amplio y contrastado nivel. Un arranque con motivos de los JJOO de Barcelona daba la sensación de haber conseguido este impulso soñado.

Se alcanza el oro en los JJOO de Atlanta y cuando nadie confía en nadie, salta la sorpresa en Fukuoka ganando de nuevo el oro. Daba la sensación que habíamos conseguido el zenit de nuestras pretensiones. La maquinaria de dos velocidades se había reiniciado. El tiempo de espera sin obtención de resultados se prolonga algún tiempo… veintitantos años… La aparición del nuevo grupo con su nuevo líder, empieza a consolidarse y a obtener resultados brillantes. Nos hace pensar que el relevo de resultados había pasado al otro lado de la balanza. Se obtenían resultados y se había conseguido de nuevo el cajón de los ganadores. Si comprobamos los resultados y el tipo de equipos que confirman las Ligas Nacionales. Comprobamos un núcleo central de 8 a 10 equipos catalanes y acompañados por 1 a 2 equipos del resto de España. Pamplona se resiste a desaparecer, aunque cada vez su actuación es más débil. Canarias sigue con su esfuerzo aportando su equipo que trata de mantener a pesar del esfuerzo económico y su lejanía. Los equipos de Madrid que consiguen a trancas y barrancas permanecer en las ligas de alto nivel, una vez dos equipos, en otras un solo equipo, en momentos ninguno. Hasta se atreven dos veces a ganar las ligas de división de honor. Así como la Copa Del Rey.

En un país donde el deporte con mayúsculas, se circunscribe a las Ligas de Futbol y sus fichajes estratosféricos, no es para nadie una sorpresa, que siendo el único deporte a valorar. El resto no existe, se les tilda de deportes simbólicos y por tanto de poco interés. En las finales del Mundial de Budapest ganado el título mundial las noticias en prensa y televisión no dejaba de comentar el estado de la lesión del pie de Nadal. ¿Qué lectura tiene todo este preámbulo? En realidad somos deportes de período olímpico. Cuando acabado el fútbol, las noticias de ciertos deportes raros trascienden para la gran masa. Se consiguen cotas notables en un país donde el deporte de alta competición es de once jugadores y se juega en hierba. Estando sumergidos en un ambiente rotundamente hedonista, de nulo esfuerzo y de escasos sacrificios para alcanzar objetivos complejos o por lo menos fatigantes. Considerar que en la actualidad la memorización tiene poco interés, los estudios son livianos y posibilidades de pasar de nivel con lastre de asignaturas. Resulta paradójico solicitar a los jóvenes una serie de esfuerzos y de privaciones, en una sociedad del bienestar en el que el esfuerzo y el compromiso tiene poco eco. No tengo una idea exacta del número de equipos que actualmente participan en todas las competiciones en nuestro país. Sin ser demasiado agudo ni tirar de estadísticas, el número de jugadores en el año actual sobrepasa con holgura al de los años 90. Hay prácticamente actividad de algún tipo en la mayoría de comunidades. Cuantos jugadores de las diversas comunidades tendrán opciones en algún momento de su etapa deportiva y optar a formar parte de las diferentes selecciones nacionales? Si hacemos un pequeño análisis del actual equipo Nacional podemos comprobar que:

– FAMERA. Jugador nacionalizado de origen eslovaco. Residente en Barcelona hace ya algunos años.
– DEL TORO. Jugador sevillano. Residente en Barcelona hace ya varios años y jugador en equipo catalán.
– MUNARRIZ. Jugador navarro residente en Barcelona hace ya al menos 7 años
– PERRONE. Jugador brasileño de origen. Con residencIa en Barcelona desde el año 2000
– ALEJANDRO BUSTOS. Jugador madrileño. Reside en Barcelona hace al menos 6 años
– EDUARDO LORRIO. Jugador madrileño residente en Barcelona al menos 6 años.

Todos estos jugadores juegan en diversos equipos catalanes. El resto de jugadores son todos de origen catalán. Residen en Barcelona y juegan en equipos catalanes. Me gustaría suponer que todos estos éxitos conseguidos por las elites, supondrán un estímulo, enseñanza y ejemplo en los diferentes grupos de las diferentes Comunidades españolas. Como colofón a todas estas ideas de domingo tarde. Recuerdo que en los Mundiales de Perth y de Fukuoka, participaron 5 y 6 jugadores de Madrid respectivamente. En la actualidad tan sólo 2. Tal vez la motivación ,enseñanza y ejemplos anteriormente citados no lleguen a cristalizar, dependiendo del lugar. Quizás tendremos que esperar otros veinte años más.