Quim Mairal: «Invertir en el bienestar emocional de nuestros deportistas debería de ser una prioridad en cada deporte»

Conocemos en WATERPOLISTA.com la figura del psicólogo deportivo que esta temporada el primer equipo masculino del CN Catalunya ha incorporado como parte de su staff técnico en la División de Honor

Esta temporada el primer equipo masculino del CN Catalunya ha incorporado a su staff la figura de Quim Mairal, psicólogo deportivo. «Mi labor se centra en trabajar directamente tanto con los deportistas como con el staff técnico del equipo«, reconoce a WATERPOLISTA.com un profesional que valora «mucho la confianza que me da la dirección técnica para trabajar temas de gran importancia en el equipo y sus dinámicas». «Apostar por la psicología en el alto rendimiento siempre es un acierto, ya que no hace falta que exista ningún problema para que los psicólogos del deporte nos pongamos a trabajar, simplemente se requieren ganas de mejorar y constancia en el trabajo psicológico que planificamos. Debo de reconocer que tanto el staff técnico como todos los miembros del equipo se han comprometido con todo lo que les voy proponiendo semanalmente. Estoy encantado con todo el trabajo que estamos haciendo juntos», explica una persona que aunque no tenía antecedentes en el waterpolo, bien es cierto que se ha sentido cautivado por el deporte del balón amarillo donde ha buscado poner su experiencia como psicólogo colegiado por el COPC y biólogo. «Llevo nueve años trabajando con adolescentes y jóvenes en las aulas. Hace unos años decidí ampliar mi actividad profesional también al mundo del deporte, y por ello me especialicé en Psicología Deportiva. También cuento con formación de psicología aplicada al mundo de los esport y experiencia en equipos del sector«, puntualiza un profesional que nos ofrece las principales claves de su especialidad en el mundo del deporte.

– ¿Qué grado de importancia tiene la psicología en el deporte?
«Creo que la psicología tiene un papel protagonista en el deporte en general, pero este papel se convierte en crucial en el deporte de alto rendimiento. Muchos atletas dedican interminables horas a entrenar en el ámbito físico, técnico y táctico, pero no siempre se le da la misma importancia al aspecto mental. La diversidad, imprevisibilidad e intensidad del deporte de alto rendimiento desafía constantemente a los deportistas y les obliga a encontrar maneras de superar esos obstáculos, obstáculos que muchas veces no se pueden sortear entrenando más horas o con más intensidad.La psicología deportiva tiene las herramientas para ayudar a los y las deportistas a estabilizar su rendimiento deportivo y contribuir al crecimiento profesional de estos dentro del mundo del deporte».

– ¿Cómo se puede gestionar la presión en el deporte?
«Esta es una pregunta clave que no tiene una única respuesta. Igual que nos pasa al resto de mortales, los deportistas cuentan con unas habilidades innatas para gestionar la presión (y otras variables psicológicas relevantes en el deporte) durante sus entrenos, competiciones y concentraciones. Algunos practican rituales antes de ser convocados, otros aprovechan el calentamiento previo a la competición para cansarse físicamente y así desplazar las ideas negativas que pueden rondar por su cabeza… Éstas no tienen por qué ser malas herramientas “anti-presión”, pero a veces se convierten en rituales rígidos que hacen más daño que bien. Por eso es importante conocer cómo funciona el deportista y trabajar con él en los entrenos, en los viajes… y evidentemente durante la competición. Muchas veces se entiende el trabajo del psicólogo como una intervención casi mágica en la que se convierte a un deportista nervioso e inseguro en una máquina de competir… ¡y en cuestión de segundos! Pero me temo que no es así. Nuestro trabajo es detectar cuál es el motivo original de esa presión y trabajarlo desde esa misma base, ya que la presión no siempre proviene de la situación competitiva. Esto requiere un trabajo previo exhaustivo que puede requerir días, semanas y hasta meses. En algunos casos habrá que trabajar sobre expectativas y resultados previos, en otros casos podremos observar excesos de motivación, en otros puede tratarse de falta de autoconfianza… Cada deportista es (y tiene) un mundo, y muchas veces hay que explorar más allá de la propia competición (e incluso de la propia actividad deportiva) para encontrar aquellos obstáculos que pueden estar impidiéndole disfrutar del deporte y del ambiente competitivo para rendir con todo su potencial.

– Habitualmente, ¿se tiene en cuenta el estado emocional del deportista?
«Generalizar es algo que no debería hacerse, pero si nos centramos en el deporte de alto rendimiento y preguntamos a los propios deportistas, la respuesta que encontraremos seguramente sea negativa. Todos recordamos la situación incómoda en la que se encontró Naomi Osaka en los pasados Juegos Olímpicos. Algunos pudieron pensar que por ser una de las más grandes deportistas del mundo, y por haber ganado cuatro Grand Slams, Osaka no podía “rendirse ante sus emociones”, porque parece que los deportistas de alto rendimiento no sufren ni padecen, otorgándoles un estoicismo que muchas veces todavía añade más presión a la situación. Lo mismo pasó con Simone Biles y muchos otros grandes del deporte Olímpico, que por suerte han compartido con todos nosotros su experiencia y han ayudado a normalizar el hablar de emociones y salud mental en ambientes altamente competitivos. Por un lado, existe una falta de educación emocional en la mayoría de ámbitos profesionales, y el deporte no es una excepción. Hay deportistas que no saben describir cómo se sienten más allá de “estoy nerviosa” o “estoy desanimado”. Es por eso que la educación emocional en deportistas es básica para poder ayudarles a crecer personal y profesionalmente. Trabajar estados de ánimo, sensaciones, emociones… y sobre todo ayudar a entender al deportista cómo le afectan esas variables en determinadas situaciones es algo de suma importancia si se quiere rendir al 100%. Por otro lado, las demandas y exigencias del deporte de alto rendimiento no facilitan que se pueda tener en cuenta, por lo menos de forma regular, el estado emocional de nuestros deportistas. Si a eso le sumamos todos los miembros que pueden llegar a formar un equipo, entiendo que puede resultar difícil para el equipo técnico estar atento a cada detalle y es fácil que se puedan pasar por alto situaciones emocionales complejas que más adelante pueden pasar factura. Es por ello que invertir en el bienestar emocional de nuestros deportistas debería de ser una prioridad para todos los que trabajamos en el mundo del deporte. Trabajarlo de manera integrada en la temporada competitiva nos puede ayudar a prevenir situaciones en las que nuestros deportistas “se rompen” o “explotan” como hemos visto suceder, desgraciadamente, tantas veces».

– ¿Cómo se puede detectar situaciones complicadas que afectan al trabajo del grupo?
«Observando. Observando de forma sistemática, registrando todo lo que se observa y cruzando esa información con la que te llega de las distintas partes (entrenadores, deportistas, fisioterapeutas, médicos…). Es muy fácil sacar conclusiones precipitadas al observar una situación problemática dentro de un entrenamiento, o durante un partido importante. Nuestro trabajo como psicólogos es determinar cómo ha llegado cada una de las partes a esa situación y ver qué factores han podido intervenir, muchas veces de manera acumulativa, para propiciar esa situación. Es por eso que no existen remedios universales a situaciones complicadas, sobre todo si se trabaja en equipos tan numerosos como en el waterpolo y con tantos cambios a lo largo de un partido (por no decir de temporada en temporada). Creo que la solución pasa por el análisis funcional, en frío (por suerte la mayoría de competiciones se registran en vídeo) y minucioso de todos los factores relevantes en situaciones complejas. Es por esto que a los psicólogos del deporte siempre nos gusta estar presentes desde el inicio de la temporada. Observar desde el inicio nos permite conocer las relaciones que se dan entre todos los miembros de un equipo (incluido el equipo técnico) y entender cómo evolucionan a lo largo de la temporada».

– ¿Crees que se apuesta por necesario en este ámbito dentro del deporte? ¿Y del waterpolo?
«Me alegra poder decir que cada vez se cuenta más con la psicología deportiva, tanto en el deporte de formación como en la alta competición. Aun así considero que todavía no es suficiente. El psicólogo del equipo no debería de ocuparse solamente del rendimiento deportivo de sus atletas, sino que también debería asegurar su bienestar emocional “dentro y fuera de la piscina”. Muchas veces se cuenta con la figura del psicólogo del deporte cuando uno de los jugadores del equipo no rinde, o cuando existen problemas graves de comunicación dentro de un equipo. No quiero ser catastrofista y decir que a esas situaciones se llega demasiado tarde, pero creo que es primordial trabajar de forma proactiva anticipando posibles situaciones complicadas que se puedan dar a lo largo de la temporada competitiva. El waterpolo no es una excepción a esto que comento. La intensidad del trabajo físico constante, añadida a la necesidad de tomar decisiones de forma casi automática, hace que el trabajo en habilidades psicológicas sea una apuesta segura para este deporte. ¿Cuántas veces habremos visto equipos “venirse abajo” tras una racha de goles en contra, dando lugar a parciales que parecían imposibles sobre el papel? ¿O equipos que han hecho intervenciones espectaculares, probablemente, porque ya no tenían nada que perder? Al fin y al cabo, si tenemos a dos jugadores con la misma preparación física, técnica y táctica, la decisión entre chutar o pasar, cuando quedan pocos segundos, recae totalmente en el plano mental. Y esa ha sido y seguirá siendo una situación que puede dar la vuelta a un partido en cualquier piscina y en cualquier competición. Esperemos encontrar cada vez más presencia de la psicología deportiva dentro de los grandes clubes presentes en la liga, pero sin olvidar lo necesario que es formar a entrenadores y técnicos que se dedican a entrenar a las futuras generaciones de deportistas. En este sentido, celebro que el Club Natació Catalunya haya optado por incluir la psicología deportiva en su playbook y creo ciertamente que puede ser un referente para otros equipos que quieran dar un paso más en el alto rendimiento y en el bienestar de sus deportistas».

twitter-bird@etoster

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