Samuele Avallone: el italiano que se quedó a las puertas de los Juegos Olímpicos con Australia

El italiano fue uno de los jugadores más prometedores de la generación nacida en 1986, y que tiempo después buscó acceder a la selección australiana, aunque se quedó a las puertas de los Juegos de 2012

Desde sus primeras brazadas con diez años en la RN Bogliasco se veía su talento y su gran determinación. Es por ello que se convirtió en uno de los jugadores más destacados del waterpolo italiano de los últimos quince años. Muchos le califican inclusive como el más talentoso de la camada nacida en 1986. Samuele Avallone (Genova, 10 marzo 1986), que cuenta con 28 participaciones internacionales con la selección italiana y 25 con la australiana, ha sido un gran ejemplo para el equipo nacional australiano con quien estuvo a punto de disputar los Juegos de Londres 2012. En su dilatada trayectoria destacó en muchas citas, pero siempre recordará la derrota en la final de consolación disputada ante España en el Mundial junior celebrado en Mar de Plata (Argentina). «Teníamos un equipo increíble con Gallo, Gitto, Aicardi, Astarita, Luongo, entre otros. En frente estaban algunos de los mejores jugadores españoles del momento tales como Perrone, Español, Minguell y Mallarach. Creo con rotundidad que ha sido uno de los momentos más importantes de mi carrera», puntualiza Avallone quien destacó por mantenerse siempre entre dos países: Australia e Italia.

En el caso del país oceánico, Samuele recaló en noviembre de 2007, «exactamente después de la medalla de plata a las Universiadas de Bangkok». «Era muy joven tenia solamente 21 años. Me encontraba en un momento muy importante de mi carrera, puesto que formaba parte del giro que Paolo Malara estaba haciendo en la selección italiana. Seguramente era uno de los mejores jóvenes del momentos. Después de haber jugado en la serie A1 italiana desde los 15 años sentí la necesidad de una experiencia diferente, con metas internacionales como Estados Unidos y Australia. Un amigo y compañero de equipo en el Bogliasco, Niccolo Patrone, vino a Australia para jugar y después de un par de meses vine yo también», reconoció en su momento el jugador italiano, quien se enamoró de la ciudad de Sydney. «a. Llegué a las tres de la madruga, me fui a dormir hasta por la mañana y ya por la tarde tuve mi primer partido con el Drummoyne Club. Ganamos de tres goles. Después del partido mis compañeros me llevaron a “Opera Bar”, un famoso local con fantásticas vistas del ‘Harbour Bridge’. Me quedé impresionado por la belleza del lugar», apunta un jugador que dos años después decidió sumergieres en el equipo nacional. «En 2009 el entrenador de la selección australiana después de ver mi excelente rendimiento en la Liga, me preguntó si quisiera jugar por la selección. En principio me quedé con la duda si aceptar o no, siendo yo italiano. Después de una reflexión decidí aceptar la oferta. Me pareció una buena oportunidad, no solamente deportiva sino de vida. Mientras tanto la Universidad Macquarie de Sydney me ofreció una beca deportiva y la noticia me empujó aún más a jugar con los Aussie Sharks», comenta Samuele que no tardó en regresar a su Italia natal.

«En el año 2010 decidí volver a Italia para jugar por dos razones. La primera fue porque estaba echando de menos la Liga Italiana, queriendo volver jugar en la Liga de A1. La otra fue seguir jugando a niveles altos, siendo que no podía todavía jugar con la Selección Australiana por falta de pasaporte. De común acuerdo con el entrenador de aquel tiempo John Fox decidí de jugar para el R.N Camogli«, comenta Avallone que vivió en 2012 un duro traspiés en lo deportivo. «Una vez acepté la oferta de la selección australiana hice de todo para prepararme y meterme al servicio de entrenador, equipo y compañeros. Fueron muchos sacrificios, entrenamientos a las cinco de la mañana todos los días sumado a estudio y trabajo a tiempo partido. En fin, muchos sacrificios por un único objetivo: Londres 2012. Desgraciadamente la ciudadanía australiana llegó tarde por motivos burocráticos. Concretamente en marzo de 2012. No jugué ningún partido oficial hasta aquel momento al no tener el pasaporte. Esto un poco me penalizó junto al hecho de que en el mes de abril recibí un golpe en un partido y me lesioné con dos costillas rotas. Estaba entre los quince jugadores seleccionados para ir a Londres, sin embargo, por mala suerte al final el entrenador decidió no convocarme. Fue muy duro aceptar la desilusión de no participar en las Olimpiadas después de cuatro años de sacrificios no solo deportivos sino de vida. No obstante todo esto se ha convertido en una experiencia importante para mi vida de la cual estoy muy orgulloso. Claro que las Olimpiadas siempre han sido mi sueño, pero he llegado a ser mas maduro y fuerte después de esta desilusión deportiva. Aprendí mucho», asegura.

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