Humildad y perseverancia. Dos premisas en la que se sustenta el buen hacer de Tomás Alfonso (Rosario, 26 de noviembre de 1998), un jugador que en tan sólo cuatro meses ha conseguido estar en la picota de la Liga de Primera División Masculina. Con 18 años de edad se ha convertido ya en un revulsivo gracias a la fuerza y potencia que desprende desde la posición de boya.
Joven valiente con mucho recorrido por delante que espera conseguir la salvación con el UE Horta, a día de hoy a tres puntos del descenso. «Confío plenamente qué haciendo las cosas bien como lo venimos haciendo vamos a lograr el objetivo», declara a WATERPOLISTA.com Tomás, al cual le definen como un jugador que «lucha cada balón como si fuera el último». El duro trabajo está dando sus frutos. Más allá de ser una pieza clave en el proyecto que dirige Javi Ribas, está bajo la atenta mirada del seleccionador argentino, Daniel Poggi quien ya contó con él para jugar el premundial en Trinidad y Tobago. Es más a día de hoy cuenta con una beca de la Federación de su país que le permite jugar en España. «Espero que cuenten conmigo para próximas competiciones», puntualiza.
Ya la pasada temporada estuvo jugando en España, concretamente en el equipo juvenil del CN Mataró. Tras volver a Argentina, el que fuera jugador del Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER) puso rumbo el pasado mes de diciembre a tierras catalanas una vez terminó el bachiller. «Lo que me trajo a España son las ganas de progresar y jugar a un nivel más competitivo», recalca un deportista que pretende coger el testigo de su padre, Nahuel Alfonso, quien fue el primer argentino en jugar en Europa. «Quiero seguir sus pasos», insiste.
Con la mente en la permanencia, Tomás aspira a jugar al más alto nivel. «Quiero llegar a ser un jugar profesional y por qué no jugar una Olimpiada», reconoce. Mientras tanto quiere seguir madurando como deportista y mejorar en cuanto al juego para poder aportar mi granito de arena al proyecto del UE Horta.
@etoster