Si le preguntas a cualquier aficionado de Estados Unidos quién es el mejor waterpolista de la historia de Estados Unidos, la mayoría coincidirán en que es Tony Azevedo. En el día de ayer, el referente para todos los jugadores norteamericanos de las últimas dos décadas anunció que colgará el bañador. En una fiesta celebrada en un restaurante de su ciudad de origen, Long Beach (California), Azevedo, que lleva el sobrenombre ‘El Salvador’, comunicó su retirada ante amigos, excompañeros de equipo y entrenadores.
Además de ser un gran jugador, disputando los últimos cinco Juegos Olímpicos jugando hasta en cuatro países distintos a lo largo de su dilatada trayectoria, ha sido mejor embajador de la historia para su país. Por último jugó en el SESI brasileño, ayudando a que creciere este deporte en su país natal (se mudó a California con tan sólo un mes).
La razón de esta decisión es básica: quiere pasar más tiempo con su familia. “Me encanta este deporte, quería juga pero en nuestro deporte hay que jugar en el extranjero y ya era hora de volver a casa y estar con mi familia,” dijo Azevedo en un artículo de un diario local de Long Beach, Gazette. “Mi mujer y yo hemos tenido nuestro segundo bebé y no pude verles los dos meses antes de los JJOO». Azevedo dio todo al deporte al representar a su país de la mejor manera posible, y seguro que se echará de menos tanto en la selección como en los clubes por el mundo.